Ya es oficial. Lavado de cara para los cestos y corquetes y buena sesión de lavadoras para los buzos y prendas que durante semanas se han teñido de violeta. La vendimia 2021 ha bajado el telón y ahora la presión la ejercen las prensas en las bodegas. El gran remolque de Rioja ha trasportado en algo más de dos meses cerca de 414 millones de kilos de uva (403 amparados). Una producción recabada hasta el 31 de octubre, ya que a partir de esa fecha el Consejo Regulador no ha recepcionado más tickets.
El último parte de arrastre publicado esta semana concluye que la campaña se cierra trece días después de lo que lo hizo la de 2020, con una curva que experimentó su mayor crecimiento entre el 20 de septiembre y el 20 de octubre. Una campaña algo más larga que la anterior y también algo más abundante. Para el 18 de octubre del año pasado la denominación guardaba en su despensa unos 409 millones de kilos de uva, de los cuales 362 eran de tinta. Esta cosecha, en cambio, la uva tinta ha rozado los 365 millones de kilos.
Rioja Alta sigue liderando las cifras con sus 193.515.347 kilos (el 47 por ciento de la producción total cosechada), mientras que su vecina Rioja Alavesa ronda el 23 por ciento con 96.498.649 kilos acumulados. En 2020 la Rioja más occidental notificaba una producción total de 189.789.366, mientras que al otro lado de la muga con Álava los viñedos dejaban una producción similar a la actual: 94.118.571 kilos.
Ha sido la subzona de Rioja Oriental la primera en cruzar la línea de salida de la vendimia el pasado 25 de agosto y la última en llegar a la meta este 31 de octubre. Lo ha hecho con casi 124 millones de kilos, 1.490 de uva tinta cortados el último día. Una cantidad algo más mermada que la recabada hace un año, donde el balance oficial a cierre de cosecha cifraba la producción en 124.951.487 kilos.
A partir de ahora, los enólogos de las bodegas tienen una difícil y determinante tarea por delante para elaborar una nueva añada que deberá ser el fiel reflejo del año climático y del desarrollo de una campaña con muchos signos optimistas para quienes han visto el proceso desde que comenzaron a brotar las primeras cepas.
