“¿Pero qué está pasando aquí?”. Esa es una de las preguntas más repetidas por los riojanos desde el pasado sábado, cuando la crónica negra de la comunidad escribió su última página con el brutal asesinato de Salwa a manos de su marido en Logroño. La cuestión está más que justificada en una región que, hasta hace tres años y medio, vivía acostumbrada a leer las páginas de sucesos desde la distancia.
No es que, como rezaba un repetido eslogan extraoficial, aquí nunca pasara nada. Pero ni de lejos golpeaba la tragedia con la intensidad delictiva que en los últimos 43 meses sacude la tranquilidad de una de las regiones con menor tasa de delincuencia del país. En ese periodo se han producido la friolera de once asesinatos, lo que arroja una escalofriante media de una muerte violenta por cuatrimestre.
El ‘caso Carolina’ (enero de 2020)
La oleada de asesinatos en La Rioja se inició con uno de esos crímenes que se recordarán durante décadas en La Rioja. A primera hora del 27 de enero de 2020, la Policía acudió a un céntrico hotel de Logroño tras el aviso de una mujer amenazaba con tirarse desde una ventana de la cuarta planta. Era Adriana Ugueto y, cuando los agentes la pusieron a salvo, encontraron oculto bajo una manta en la habitación el cadáver de su hija de cinco años, la pequeña Carolina Corral.
Dos años después se impuso la primera pena de prisión permanente revisable en La Rioja, tras un juicio con jurado popular en el que quedó probado que Adriana y su madre -que después apareció ahogada en el Ebro- decidieron un plan conjunto para poner fin a sus vidas y, además, acabar con la de la menor.
Un crimen casi perfecto un mes después (febrero de 2020)
Apenas unos días después del terrible asesinato de Los Bracos, la sociedad riojana se conmocionó con el brutal homicidio de Pedro José Sáez Alfaro, un profesor jubilado, en su propio domicilio. Durante más de un año no hubo pistas sobre los autores de un crimen que sorprendió a los propios investigadores por la brutalidad y ensañamiento empleado por los asesinos.
La instrucción del caso dio un vuelco en febrero del pasado, cuando la Policía -en colaboración con sus homólogos en Italia- detuvo al último de los dos acusados del asesinato: una pareja que decidió matar al profesor para evitar que declarara contra ellos en un juicio tras haberle estafado 60.000 euros.
El parricida de Nájera (junio de 2020)
Ya en plena pandemia, la crónica negra riojana sumó una nueva página en Nájera, donde un hombre de 47 años asesinó a martillazos a su madre (de 74) mientras esta dormía en la cama y trató de suicidarse después.
FOTO: EFE/Raquel Manzanares.
El Tribunal Superior de Justicia de La Rioja condenó al acusado a 20 años de cárcel, más otros diez de libertad vigilada cuando abandone la prisión, tras tener en cuenta su alteración psíquica en el momento de cometer el crimen.
Un asesinato con interrogantes (octubre de 2020)
En el expediente de la crónica negra riojana figura una hoja trufada de interrogantes con fecha de 13 de octubre de 2020. Durante la fase más severa de la pandemia, la Policía Nacional acudió a un domicilio de Logroño en el que yacía el cadáver de una mujer de 56 años y catalogó el suceso como suicidio. La investigación dio un giro y terminó por calificarse -a efectos policiales- como asesinato machista, pero las conclusiones del Juzgado de Violencia de Género no concuerdan con esa hipótesis y el marido de la víctima (también de 56 años) permanece en libertad a día de hoy.
FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.
Aquel fue un extraño suceso desvelado en extrañas circunstancias, pues no se tuvo conocimiento de la muerte de esta mujer hasta mayo de 2022. Y no afloró por cauces policiales, sino por una actualización del Ministerio de Igualdad, que catalogaba la muerte de esta logroñesa como violencia de género “a efectos estadísticos”. ¿Se suicidó? ¿La asesinó su pareja sentimental? ¿La mató otra persona aún sin identificar? Son preguntas que, casi tres años después de la aparición del cadáver, siguen sin respuesta.
Una paliza mortal con una víctima “al azar” (abril de 2021)
Más claras, por absurdas que resulten, son las causas que motivaron uno de los crímenes más miserables de la última década en La Rioja. Ocurrió el 6 de abril de 2021 en el Parque del Ebro. Issam Haddour regresaba a Oyón al término de su jornada laboral en Logroño y se tomó un descanso a las 23:15 horas en el Parque del Ebro.
Un grupo de seis chavales -dos de ellos, menores de edad- se le acercó para pedirle un cigarrillo y, tras negárselo, le propinaron una “brutal” paliza y le dejaron inconsciente, con sangre en la cabeza y las manos. Pero los asesinos no habían dado por finalizada su actuación.
Minutos después volvieron a buscar a Issam y le robaron la bicicleta, el abrigo, el móvil y el dinero que llevaba encima, dejándolo moribundo en el parque, donde lo encontraron al día siguiente. Pero ya era demasiado tarde: el joven murió en el hospital apenas unas horas después.
La brutalidad del ataque sorprendió a los propios investigadores por la “violencia gratuita” empleada durante la paliza y por una conclusión escalofriante: “Fue ese chico como podía haber sido cualquier otro; estamos totalmente convencidos de que eligieron a Issam al azar”.
El “caso Marta del Castillo de La Rioja” (julio de 2021)
Así definió el abogado contratado por el padre de Javier Ovejas para ejercer la acusación particular durante el juicio celebrado hace apenas unas semanas. El 29 de julio de 2021 el joven acudió a casa de Óscar Pastor, en Entrena, y nunca más se supo de él.
El veredicto emitido por el jurado popular sostiene que Pastor mató de varios disparos a Ovejas como venganza por el robo de una colección de monedas y billetes para, después, deshacerse del cadáver hasta en dos ocasiones. La ubicación del cuerpo sigue siendo un misterio dos años después.
FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.
A falta de que la Audiencia Provincial haga pública la sentencia, el fiscal pide 23 años de cárcel para Óscar Pastor, que no reconoce los hechos y asegura que el ‘Caso Entrena’ es “un montaje” pergeñado por Javier Ovejas, que en realidad se habría fugado a un lugar indeterminado: “Javi está vivo; donde estén las monedas, está él“.
Un cadáver entre la basura (octubre de 2021)
En el otoño de ese mismo año tuvo lugar un crimen casi antagónico al del ‘Caso Entrena’. De un culpable sin cuerpo del delito, a un cadáver sin noticias de su asesino. El 11 de octubre las alertas saltaron en el Ecoparque de Logroño, al encontrar entre los residuos restos de huesos humanos.
FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.
Además de enviar los huesos a identificar al Instituto de Medicina Legal, la Guardia Civil abrió una investigación para esclarecer lo sucedido en torno a este misterioso caso. Las interrogantes siguen, al menos,oficialmente, sin respuesta.
El crimen que encogió el corazón de un país (octubre de 2021)
Sin lugar a dudas, ningún otro crimen ha despertado en lo que va de siglo el interés mediático y la indignación que produjeron hace un año y medio el asesinato del pequeño Álex, de 9 años, en Lardero. Francisco Javier Almeida, asesino y agresor sexual reincidente, engañó al menor para llevarlo a su casa durante una fiesta de Halloween y, una vez en el domicilio, lo violó y asfixió hasta la muerte.
FOTO: EFE/Fernando Díaz.
El jurado popular no tuvo dudas y declaró a Almeida culpable del asesinato y la agresión sexual por unanimidad, lo que supuso la segunda condena de prisión permanente revisable firmada en La Rioja. Aunque posteriormente su defensa recurrió la pena, el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja la ha ratificado recientemente y es probable que uno de los asesinos más conocidos de España pase sus últimos días en la cárcel.
Un tiro en la nuca y un cadáver en la sima (agosto de 2022)
El pasado verano estuvo marcado por el elevado riesgo de incendios en los montes riojanos, que llevó al Gobierno autonómico a prohibir la circulación de vehículos a motor en caminos y pistas forestales. Una medida que, de forma indirecta, resultó crucial para resolver otro escalofriante asesinato: el del argelino Djafer Bechkat en Viniegra de Arriba.
Djafer Beckat.
Un agente forestal identificó a una furgoneta circulando por la pista forestal de ‘Las Hormazas’, de la que se apearon dos individuos para arrojar por un barranco de 50 metros de altura lo que parecía un cuerpo humano.
La Guardia Civil resolvió la investigación en 72 horas y detuvo a dos hombres (de 39 y 45 años con amplio historial delictivo) como presuntos autores del asesinato, motivado por un ajuste de cuentas por asuntos de drogas, así como a la pareja de uno de ellos por encubrimiento.
Uno de los detenidos -que disfrutaba de un permiso penitenciario- debía 13.600 euros a Djafer y acudió con el otro acusado en su busca, propinándole una paliza y ejecutando a la víctima de un disparo en la nuca. Embolsaron el cadáver y lo dejaron en la furgoneta casi dos días, antes de acudir a la sima para deshacerse de él.
El crimen de Cuzcurrita (mayo de 2023)
Hasta el asesinato machista de este sábado, la última página de la crónica negra riojana se escribió en Cuzcurrita del Río Tirón. Un municipio en el que una personalidad sobresalía del resto de vecinos: la de Guillermo Castillo, regente de la Bodega Guillermo, que atraía la visita de decenas de comensales cada fin de semana.
FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.
La mañana del 2 de mayo el municipio contuvo la respiración cuando uno de los empleados del restaurante encontró un rastro de sangre en la vivienda de Guillermo. En su interior, la Guardia Civil encontró su cadáver con múltiples cuchilladas encerrado bajo llave en una despensa.
FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.
La Unidad Orgánica de la Policía Judicial y el Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil en La Rioja desarrolla desde entonces una discreta investigación que aún no se ha traducido en detenciones y mantiene en vilo a los vecinos, que sospechan que el asesino gozaba de la confianza de Guillermo, al no encontrar los investigadores forzada la puerta de acceso al domicilio.
El horror machista golpea La Rioja (julio de 2023)
La última tragedia en estos tres años y medios de asesinatos se produjo el pasado sábado en la Plaza Martínez Flamarique de Logroño, donde la violencia machista tuvo como protagonistas a una familia de refugiados sirios. Un hombre de 44 años mató a su esposa en su domicilio y luego recogió a sus hijos de la Biblioteca Rafael Azcona para intentar matarlos en el río Ebro y suicidarse después.
La crucial intervención policial evitó una tragedia de mayor alcance y ahora los menores, en situación de orfandad, pondrán rumbo a Alemania tras haber declarado ya ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer en La Rioja. El presunto asesino, por su parte, ingresó el pasado martes en la cárcel de Logroño tras declarar durante una media hora ante la jueza.
