“Javi está vivo, lo tengo más que claro”. Así de contundente se ha expresado su presunto asesino, Ó. P. R., en la primera sesión del juicio por el conocido como ‘Caso Entrena’. “Si no ha aparecido su cuerpo, ni las monedas… Donde estén las monedas está él, ¿por qué no le han buscado en vida?”, ha añadido el único acusado por la desaparición del joven riojano.
No hay cuerpo del delito, pero sí pruebas suficientes para determinar que Ó. P. R. asesinó a tiros a Javier Ovejas en la noche del 29 de julio de 2021. Así lo entienden el Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares -que representan a la pareja sentimental y la familia del joven-, que apuntan al hallazgo de la sangre de Javier y unos casquillos de bala en la vivienda del acusado como pruebas concluyentes del terrible asesinato.
La Audiencia Provincial de Logroño ha acogido este lunes la primera sesión del juicio del conocido como ‘Caso Entrena‘, por el que el fiscal pide una pena de 23 años de cárcel para Ó. P. R. como presunto autor del asesinato del joven Javier Ovejas en el verano de 2021. En concreto, el fiscal le imputa al único acusado por la causa un delito de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas.
La primera sesión ha estado marcada por la declaración del presunto asesino -que cuenta con antecedentes por robo con fuerza y maltrato animal- y las de otros ocho testigos -entre ellos, cuatro guardias civiles- para ahondar en la prueba de la causa.
“Donde estén las monedas está él”
En su testimonio, el presunto asesino ha explicado que conocía a la víctima “de hacía un par de meses” y que “sabía” que Javier y su pareja sentimental “me habían robado las monedas”. De hecho, según el abogado defensor -del turno de oficio- ha deslizado la teoría de que su cliente sea “víctima de una trama” por la que el joven desaparecido habría “fingido su muerte para que mi cliente, estando en prisión, no pueda perseguirle para recuperar las monedas”.
En la noche de autos, Ó. P. R. ha negado que Javier Ovejas accediese a su domicilio, aunque sí admite que le convocó a él y a su novia “para que me devolvieran cien euros que me debían”. “Estaba sin dinero y le llamé, pero como tantas otras veces; no sabía si vendría”, ha indicado, asegurando que cuando el desaparecido llegó a su casa “abrí la puerta corredera y lo vi a unos 30 o 40 metros; me dijo que se le había estropeado el coche y escuché junto a él a otras dos o tres personas”. Según su relato, Javier Ovejas dejó su coche aparcado frente a su casa, se marchó y ya no volvió a verle más.
“Todo es un montaje”
A preguntas del fiscal, Ó. P. R. ha aseverado que todo el caso es “un montaje que les está saliendo muy bien” a Javier Ovejas y su entorno, ya que “en mi casa podían entrar por detrás o por delante y sabían cómo hacerlo”.
Según su relato, la víctima y sus amigos prepararon la presunta escena del crimen para propiciar su detención: “Los casquillos de bala aparecieron posteriormente, las salpicaduras de sangre de Javier son gotas limpias, que pueden ser de un corte que se ha producido intencionadamente, como estoy seguro de que así ha sido; mi furgoneta estaba abierta…”.
“En media hora nadie mata a una persona y se deshace del cuerpo; es materialmente imposible”, ha afirmado el presunto asesino.
Cambio de teléfono
El fiscal ha detallado que al día siguiente del presunto asesinato, sobre las cuatro de la tarde, el acusado prescindió de su smartphone y lo cambió por un móvil de antigua generación, sin geolocalizador. “Tuve el smartphone un día más o dos porque me estaba dando problemas”, ha justificado Ó. P. R.
A preguntas del Ministerio Público, el acusado también ha señalado que entre el 2 y el 6 de agosto, cuando se perdió su rastro, se dedicó a “estar en casa de un amigo” y a trabajar una tarde con un conocido. Cuando el fiscal le ha apelado directamente sobre el paradero de Javier, el acusado le ha respondido: “¿Me lo puede decir usted? ¿Por qué no lo han buscado en vida? Donde estén las monedas, está él”.
Según reflejan los escritos de la acusación particular (emprendida por la pareja sentimental y la familia de Javier Ovejas), el acusado mató al joven de varios disparos, tal y como se desprende de los restos de sangre de la víctima y ocho casquillos encontrados en la vivienda del presunto asesino.
Para enjuiciar a Ó. P. R. se ha constituido un jurado popular integrado por cinco hombres y cuatro mujeres de edades comprendidas entre los 27 y los 59 años.