Agricultura

Alcanadre saca a relucir su espárrago de primera a orillas del Ebro

Ángel Aranda tiene por delante unas dos hectáreas de plásticos negros para destapar en Alcanadre

Ángel Aranda y Pedro Morillas en una de las esparragueras en Alcanadre. | Fotos: Leire Díez

Apenas una semana lleva Pedro cargando la cesta de espárragos a orillas del Ebro. La campaña avanza poco a poco, pero los brotes que se están sacando de la tierra salen con un calibre “que da gusto verlos”. “Y espera a que el sol caliente bien estos días, ahí sí que van a tirar”, advierte desde una finca cubierta de plásticos negros en Alcanadre que rondará la hectárea.

Esta es una de las pocas esparragueras que quedan ya en el pueblo, donde la tradición por este cultivo viene de décadas atrás. Al frente está Ángel Aranda, agricultor de la localidad que hace ocho años decidió abarcar algo más que la viña y retornó a sus orígenes. Primero probó suerte colocándolos dentro de los invernaderos, donde se adelantaba un poco la campaña, pero luego pasó a tierra abierta. “De niño, como mucha gente en Alcanadre, siempre iba a coger espárragos. Pero antes se hacía con la azada porque no había plásticos que protegieran los brotes del sol, así que los descubríamos donde estaban las marcas y seguido volvíamos a taparlos con la tierra. Ahora con los plásticos, además, se adelanta más y viene más producción”, recuerda.

Este año cuenta con unas dos hectáreas plantadas de espárragos y junto a alguna pequeña finca más de otro particular, son las únicas que resisten en Alcanadre. “Este año vamos a plantar alguna más para recoger ya el año que viene, pero esto ya no tiene nada que ver a lo de antes, cuando todo el mundo en el pueblo ponía espárragos. Ahora es que ya no hay gente”. Que se lo digan a Pedro que, junto a su mujer Emilia, lleva tiempo viajando desde Andalucía a esta zona y otros municipios de la ribera navarra tanto para cubrir la temporada del espárrago como en época de vendimias. Y desde hace dos campañas, lo hacen con Ángel.

Ángel Aranda, en una de las esparragueras en producción en Alcanadre.

La mañana de estos primeros días de abril ha salido algo fresca. Los dos agricultores recorren esta finca plantada hace un año en la zona del regadío de Alcanadre y que es de media cosecha (se recogerá durante 30 días y no durante dos meses como es lo habitual). Gubia en mano, Pedro va llenando la cesta con espárragos de primera (con más de 16 mm de calibre). “Todo lo que recogemos es de primera y eso se consigue cuidando bien la esparraguera, es decir, si que le falte agua y abonándola bien. Además, no hay que olvidar los tratamientos para roya y pulgón, que se realizan desde que se recoge el espárrago hasta principios de noviembre, para el Día de Todos los Santos, aproximadamente.

Pedro posa con uno de los espárragos que acaba de sacar de la tierra, con Alcanadre al fondo.

El día anterior recogieron unos 200 kilos y aseguran que cuando llegue plena campaña pueden superar los 300 algún día. “Están saliendo muy buenos, así que a ver qué tal se comporta el mercado este año”. Ángel lleva toda su producción a la Cooperativa del Campo de Lodosa y asegura que todavía no se sabe nada de precios: “Hasta ahora los precios han ido al alza, pero de ahora en adelante ya veremos. De momento no tenemos ninguna noticia de qué pasará este año. Hace un par de campañas yo cobré el kilo a 2,74 euros y es cierto que el estar en una cooperativa te da cierta tranquilidad y es más cómodo a la hora de vender, aunque no cobres en el mismo año como sí les ocurre a quienes lo llevan a fábrica”.

Entre tanto, la gubia no para, día sí, día también, viendo cada vez más próximas las semanas álgidas de la campaña. Eso sí, aquí no se colocan las frontales para recogerlos de noche, sino que aguardan a las primeras luces del día para ir a las esparragueras. Y de allí, una pasada por agua y unos cortes para ir directos a Lodosa.

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