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La UD Logroñés finaliza un curso malo en lo deportivo, pero positivo en lo social

Foto: RFEF

La UD Logroñés ha finalizado con fracaso deportivo una temporada muy irregular. La derrota ante el Villarreal B (3-1) en las semifinales del playoff de ascenso a Segunda puso el epílogo a un curso futbolístico decepcionante para la hinchada. El equipo, recién descendido desde la categoría de plata, no pudo cumplir su primer objetivo de luchar por subir directamente. Sí que se clasificó para la promoción a última hora y cayó a las primeras de cambio. Al menos, el punto positivo queda en la penetración social de una entidad que engancha cada vez más a los jóvenes.

El verano de 2021 supuso un mazazo considerable. Tras descender de Segunda en la última jornada, el equipo tuvo que rearmarse casi completamente. Solo Iñaki, Andoni López, Ousama Siddiki y Sierra continuaron en el club. El resto, plantilla nueva. Cascada de llegadas: Jon Ander Serantes y Ximo Miralles (portería); Paolo, Simic, Rueda, Herrando (prestado desde Osasuna), Tekio, Pinillos (defensa); Parejo, Castellano, Ramos, Fer Cano (centrocampistas) y Alfaro, Guarrotxena, Aridane, Dubasin, cedido desde el Girona y Borja Galán (delanteros).

Foto: UD Logroñés | Partido de pretemporada

Nuevos mimbres en plantilla, también en el cuerpo técnico y la dirección deportiva. Mere Hermoso se hacía con el banquillo blanquirrojo, mientras que Manu Franco, nuevo director deportivo, fue el encargado de revisar un mercado de fichajes movido. Con 3,2 millones de presupuesto y la ayuda al descenso, los riojanos partían como uno de los favoritos en una Primera RFEF de nueva creación. Escuadras como el Racing, el Deportivo de la Coruña, la Cultural Leonesa o el Badajoz competirían en el Grupo I con la entidad de Félix Revuelta.

La afición blanquirroja, sin poder ir al estadio durante toda la Segunda División debido al coronavirus, volvió a las gradas el 29 de agosto. Domingo a mediodía y derbi ante el Calahorra en La Planilla (0-0). Y una semana después, retorno a Las Gaunas 545 días después. El Racing de Santander visitaba la capital riojana y 4.763 espectadores no quisieron perdérselo (con mascarilla obligatoria en esos momentos). Para el recuerdo, el estallido del pitido inicial y el tanto de Guarrotxena para tumbar a los cántabros. Un día espectacular.

Foto: UD Logroñés

Posteriormente, los triunfos ante el Zamora (1-4, triplete de Guarrotxena) y el Real Unión en casa (1-0); firmaron un arranque francamente positivo. Por San Mateo llegó la primera derrota, ante el Bilbao Athletic (3-1), remediada con tres puntos ante el Sanse (1-0). Jornada 7 y primer punto clave de la temporada: derbi ante la SD Logroñés y derrota (0-1). Fue el primer partido donde el equipo dejó dudas. Raúl Llona superó tácticamente a Mere Hermoso y un tanto de Soberón dio la victoria a la Sociedad. Más de 6.000 hinchas acudieron a Las Gaunas.

Tras el traspiés, los blanquirrojos empataron ante el DUX (2-2) y posteriormente, elevaron su ánimo con dos triunfos por la mínima: 1-0 ante el Talavera y 0-1 frente al Celta B, posterior rival directo, con tanto de Dubasin en los minutos finales. Tras diez fechas, la tabla no podía estar más igualada: Deportivo, Unionistas, Racing y UD Logroñés eran colíderes con 20. Y la siguiente cita era de aúpa: el Dépor venía a La Rioja. En un encuentro sin muchas ocasiones, los gallegos se impusieron con un tanto de Miku (0-1).

Todavía un equipo en construcción, la UD Logroñés no tenía suficiente capacidad goleadora y estaba abonado a sufrir: venció en Badajoz con un Serantes inconmensurable (1-2), pero no pasó del empate ante el Tudelano (0-0) y nuevamente, tuvo que sufrir para doblegar al Valladolid Promesas (3-2). A esas alturas, los pupilos de Mere Hermoso eran terceros, con 27 puntos, empatados con el Racing y a tres del Dépor (30). Pero diciembre lo iba a complicar todo y desde luego que la plantilla no iba a comerse el turrón tranquila.

La lesión de Jon Ander Serantes afectó sobremanera al equipo en el último mes del año. Cuatro derrotas, a cada cual peor: eliminación copera ante el Llanera (2-1) y después, tres seguidas en liga: visita al Rayo Majadahonda (1-0), el Extremadura con impagos dio la campanada en Logroño (1-3) y debacle sin paliativos ante Unionistas (4-0). La UD Logroñés cayó hasta el séptimo puesto (27), a diez puntos del Dépor, líder en esos momentos. La continuidad de Mere Hermoso estaba seriamente cuestionada. Y había muchas cosas que resolver…

Foto: UD Logroñés

Llegó 2022 y el empate ante la Cultural Leonesa (0-0), comenzó una racha de siete encuentros sin perder (tres triunfos y cuatro empates). La victoria en A Malata (0-1) y el triunfo in-extremis ante el Calahorra en el derbi (1-0), dieron algo de ilusión. Sin embargo, ni el juego ni las sensaciones acompañaban. Demasiados empates y nulo gol.

Para intentar remediar las carencias, la dirección deportiva movió el mercado. Llegaron Arregi, Fran Rodríguez (dos buenos valores), Diamanka y el delantero Rodri Ríos (claras decepciones). Abandonaron la entidad Andoni López, Tekio, Jaime Sierra y Borja Galán.

Un último tercio de campeonato de montaña rusa

La derrota ante el Rayo Majadahonda (0-1, jornada 25), dejó al equipo octavo. La figura de Hermoso estaba muy tocada y pese a los sucesivos triunfos (0-2 ante el Valladolid Promesas, 2-1 ante Unionistas y 0-2 trámite ante un Extremadura ya descendido administrativamente), volvió la realidad. Primero, tablas ante el DUX (1-1) y después, un auténtico desastre ante el Talavera (2-0). Este encuentro acabó con Mere y el club decidió dar la oportunidad a Albert Aguilá. Con el campeonato ya a dieciséis puntos, en manos de un Racing arrollador, quedaba el playoff.

Aguilá comenzó su etapa con victoria épica ante el Tudelano (1-0). Después, llegaría el ‘Tourmalet’ de la temporada. En medio de una plaga de lesiones, el bloque logroñés cayó ante los tres mejores. Primero, ante el Racing en el Sardinero (1-0), después ante el Racing de Ferrol en La Rioja (1-2) y por último, no compitió en Riazor frente al Dépor (3-0). Una tríada que demostró que el equipo no estaba para competir con los mejores.

Foto: UD Logroñés

La hemorragia se cortó ante el Zamora (4-1), aunque la posterior derrota frente a la SD Logroñés amenazó con finalizar la campaña (3-2). El equipo no dependía de sí mismo, pero una victoria ante el Badajoz (1-0) le hizo llegar a la última jornada con opciones de promoción. Una vez allí, el triunfo en León (0-2) y el empate del Celta B ante la SD Logroñés, llevaron a los de Félix Revuelta al quinto playoff de su historia. Las semifinales, ante el Villarreal B, segundo del Grupo II. No valía el empate.

Tocaba viajar a Galicia y la semana previa fue caótica. La sede no se conoció hasta cinco días antes, hubo presiones de las autoridades gallegas por favorecer a sus equipos y 200 aficionados se cruzaron media España para animar a su equipo en Ferrol. En Logroño, el Palacio de los Deportes reunió a más de 4.000 hinchas que vibraron con el tanto de Dubasin y perdieron su ánimo en la segunda mitad. Sabor amargo para acabar un año que no será especialmente recordado por los blanquirrojos.

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