La temporada ha finalizado en el fútbol logroñés y, con ello, vuelve el conflicto de casi todos los veranos por el uso de Las Gaunas. El EDF Logroño descendió a Segunda División este domingo, mientras que la UD Logroñés jugará en Primera RFEF tras un breve paso por el fútbol profesional. Misma categoría que la SD Logroñés, que confirmó su ascenso en el mes de marzo al tercer peldaño del fútbol nacional.
Rubén Antoñanzas, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Logroño, ha explicado la situación: “La SD Logroñés nos ha trasladado la intención de jugar en Las Gaunas. Estábamos pendientes a ver qué pasaba con el EDF para ponernos a trabajar en el asunto y lamentablemente hemos tenido la mala noticia de que descienden”. El edil se reunirá este lunes con el conjunto presidido por Eduardo Guerra con el fin de empezar las negociaciones para el uso de un campo que, según ha desvelado Antoñanzas, todavía no ha solicitado formalmente la UD Logroñés para la campaña 2021-22.
“Veremos cuáles son las necesidades que tienen y que puede ofrecer Logroño. Llegaremos a la mejor solución para todos los clubes dentro de la capacidad que tiene Logroño Deporte”, ha explicado, poniendo el acento en que la idea ahora es ver qué necesidades existen. “Pondremos a los técnicos a trabajar para solucionarlas y tratar, en la medida de lo posible, atender todas las peticiones en beneficio del fútbol logroñés”.
Tras el descenso del EDF Logroño, crecen las posibilidades de que la UD Logroñés y la SD Logroñés compartan instalación durante la temporada que viene. Una situación que ya se dio durante seis años consecutivos. En 2012, el consistorio recuperó la gestión de la instalación e inició un periodo cuyo final se produjo con el ascenso del EDF, en 2018. El ascenso de las vinotinto a la élite obligó a la SDL a disputar sus encuentros en el Mundial 82.
Una vez que el EDF Logroño ha perdido la máxima categoría, existen dos motivos de peso para pensar que no seguirán jugando en Las Gaunas. En primer lugar, el mismo club tendría difícil reunir la cantidad suficiente para asumir el alquiler de Las Gaunas, más con el pequeño aumento (de 800 euros a 1.000 por partido). Además, la pérdida de categoría convierte al recinto en una instalación demasiado grande para la dimensión de la división.
Sus alternativas podrían ser dos: volver a Pradoviejo, donde estuvo antes del ascenso a la élite. O por otro lado, utilizar en solitario el Mundial 82, cosa que ya ha ocurrido en ocasiones puntuales: un partido frente al Granadilla en 2019 debido a la coincidencia del UD Logroñés-Calahorra u otro encuentro durante el pasado mes de diciembre, frente al Athletic de Bilbao y por la reforma del césped del Municipal para adaptarlo a las exigencias de LaLiga.
La falta de una instalación intermedia
Logroño arrastra un déficit que dura lustros: la ciudad no cuenta con una cancha intermedia para que algunos equipos puedan jugar. Las Gaunas cuenta con 16.000 localidades y el siguiente lugar en capacidad es el campo de hierba natural del Mundial 82, con una sola grada de asientos. Una situación que complica las cosas, por ejemplo, para la Primera RFEF o los partidos de Copa del Rey.
El nuevo tercer nivel del fútbol nacional requeriría una serie de reformas e instalaciones adicionales en Logroño: una iluminación mínima de 600 lux (2021-22), césped natural requerido en la 2022-23 y para la 2023-24, un aforo mínimo de 4.000 espectadores. Así pues, la instalación requeriría reformas para aumentar la iluminación y la capacidad.
