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¿Hay “agravio comparativo” en el fútbol riojano?

Son 720 metros. Metro arriba, metro abajo. Es la distancia que separa el final de la carretera que actualmente cierra el barrio de Valdegastea hacia el oeste y la puerta de acceso a la nueva ciudad deportiva de la UD Logroñés. Es lo que se conoce como el Camino Viejo de Fuenmayor. A izquierda y derecha, fincas de particulares que tras unos trescientos metros dan paso en el margen derecho (dirección Fuenmayor) a la finca de 12 hectáreas en las que se ha levantado la primera fase de la ciudad deportiva del club riojano.

Sí o sí hay que transitar por esos 400 metros para acceder a esta nueva instalación, a la que también se puede llegar por el otro lado, el que delimita el Camino de Rumanía, una vía de doble sentido que da acceso a Ecoembes y a la Bodega Campo Viejo, y en la que se hubiera podido instalar el acceso principal a la instalación deportiva, idea que no recibió el visto bueno del Ayuntamiento de Logroño en una de las muchas modificaciones que experimentó el proyecto antes de su aprobación definitiva que se firmó bajo una licencia muy particular. La que dice que ahí no se puede jugar partidos y solo pueden entrenar los tres primeros equipos de la estructura deportiva del club. Cláusula que expertos en urbanismo consultados por este medio no acaban de comprender su existencia. Pero existe.

El Camino de Rumanía, muy transitado, no cuenta tampoco con aceras, aunque sí con un ancho de asfalto mucho más amplio. Hacia el sur, más abajo, el Camino Viejo de Fuenmayor, una vía también transitada por ciclistas y peatones que disfrutan de largos paseos, y por donde acceden los futbolistas y trabajadores del club a su lugar de trabajo. “Estoy negociando con el Ayuntamiento el tema de la ciudad deportiva, no nos dan la licencia para que jueguen los equipos inferiores aquí”, ha comentado este martes Félix Revuelta.

A ambos lados fincas en el Camino de Fuenmayor que no pertenecen a la UD Logroñés.

El Ayuntamiento de Logroño quiere que Félix Revuelta y el club se hagan cargo de la urbanización de los algo más de setecientos metros que separan Valdegastea de la puerta de acceso a la instalación. 600.000 euros. “Es lo que cuesta el proyecto que nos ha remitido el Ayuntamiento”. Y Revuelta ha levantado la voz: “Nuestros técnicos van a presentar al Ayuntamiento mi contraoferta: no voy a hacer nada. Es más puedo presentar una demanda por agravio comparativo”.

¿Existe agravio comparativo? “Me parecen bien las normas, pero serán para todos, no solo para mí”, ha indicado, antes de poner encima de la mesa un caso. El de la instalación de Lardero. ¿Tiene razón Félix Revuelta? “Me piden poner farolas en los accesos, una vía peatonal. ¿Por qué me piden eso a mí y no a otros clubes en situaciones similares?”. “Mis equipos no van a jugar fuera teniendo estas instalaciones”, ha asegurado el máximo mandatario blanquirrojo.

Paso bajo la vía del tren que permite acceder a Ecoembes, Campo Viejo y la Ciudad Deportiva por la zona de la Ermita del Cristo.

Varea: caso paradigmático

Logroño no acaba en Los Lirios. Más allá sigue estando Varea. Donde desarrolla su actividad deportiva un club como el CD Varea, que cuenta con una instalación deportiva municipal de uso exclusivo como el Ángel Aguado. Allí entrena la amplia estructura deportiva de este club y sus equipos juegan aquí sus partidos oficiales, también el equipo de Tercera Federación, que concita el mayor de los intereses con asistencias importantes como el día de la final por el ascenso a Segunda Federación ante La Calzada. Hasta hace poco, Osasuna desarrollaba aquí su centro de tecnificación pese a ser una instalación deportiva municipal.

Numerosos son los niños que acuden a esta instalación a entrenar. Algo más de quinientos metros sin acera alguna. De lunes a viernes acuden al Ángel Aguado por unos accesos inadecuados, aunque desde la llegada del RTVE al barrio, al menos la iluminación parece asegurada. Es una demanda histórica del club y del barrio, que haya aceras para que los niños y niñas que acuden al campo (muchos se trasladan en autobús urbano y andan cerca de un kilómetro para llegar al entrenamiento) puedan hacerlo con seguridad. Curiosamente acaba el recinto deportivo y empieza la acera que conduce a las instalaciones de la televisión pública riojana. Es más, aún se puede observar un cartel que conduce a los aficionados a un parking situado a unos setecientos metros, distancia que deberán recorrer sin acera alguna antes de llegar a la puerta principal del recinto deportivo.

La Isla: una instalación privada

En Logroño se produce otro ejemplo que choca de frente con la última demanda que impide por el momento que los equipos de la UD Logroñés jueguen en su propia instalación. En La Isla, instalación propiedad del Berceo, son muchos los niños y niñas que cada día entrenan allí, van a la piscina, juegan al frontón… y para acceder a esta instalación deben superar (en coche, bici o andando) un camino asfaltado que tampoco cuenta con aceras. Cada fin de semana esa vía se convierte en un espacio muy transitado, como en las dos últimas semanas, en las que centenares de niños se han dado cita en el torneo del Berceo que se ha disputado con un gran ambiente dentro y fuera del terreno de juego. Toda la estructura deportiva del Berceo entrena y juega en esta instalación, con unas cuantas décadas de historia en sus ladrillos. Algo más de trescientos metros que jamás han contado con acera alguna pese a su intenso uso.

El campo del Salvador, el de La Ribera, y por supuesto Pradoviejo son espacios deportivos integrados en la ciudad de Logroño perfectamente comunicados, con todos los servicios necesarios para que el acceso a ellos sea seguro para los futbolistas de los numerosos equipos que semana tras semana aquí entrenan y compiten.

En Logroño, no; en Lardero, sí

Unos sí y otros no. Es la protesta de Félix Revuelta. Que ha puesto un ejemplo encima de la mesa. El de Lardero, ayuntamiento del área metropolitana de Logroño a la que acuden muchos niños a jugar para el San Marcial, en donde juegan algunos de los equipos de la UD Logroñés que no pueden hacerlo en su Ciudad Deportiva por el requerimiento del consistorio capitalino. En Logroño, no. En Lardero, sí, pese a que tampoco hay aceras para acceder al Ángel de Vicente, instalación de carácter municipal. Una vía muy transitada por bicis y peatones, un camino que acaba convirtiéndose en carril bici pero que aquí se convierte en un embudo cada vez que juega el San Marcial o alguno de los equipos inferiores de la UD Logroñés, por ejemplo.

Otro caso más: Alberite

Y en este recorrido, otro campo de carácter público que no dispone de unos accesos es el del Alberite. También de alta intensidad en su uso, el acceso a esta instalación se produce también por una vía secundaria, muy transitada por ciclistas y peatones que no pueden usar aceras o carriles bici porque no disponen de esta infraestructura. Son caminos secundarios asfaltados para acceder a viñas y otros cultivos de la forma más cómoda, y de paso muchos chavales juegan y entrenan de lunes a domingo. Unos ochocientos metros, con varios cruces, sin acera alguna ni tampoco iluminación.

Félix Revuelta ha dejado claro que no se va a hacer cargo de urbanizar esos setecientos metros que separan su Ciudad Deportiva del barrio de Valdegastea por el Camino Viejo de Fuenmayor, donde hay, por ejemplo, más fincas que no son de su propiedad, “y que el Ayuntamiento estaba muy interesado en que el club comprara aunque no les fuera a dar uso alguno”, advierten fuentes cercanas al club. No parece existir tampoco un acuerdo previo entre Ayuntamiento de Logroño y UD Logroñés para que así se hiciera, aunque ambas partes sabían hasta dónde alcanzaba la licencia actual. Licencia que impide a sus equipos jugar competiciones oficiales en su propia instalación, bajo el requerimiento municipal realizado al club de invertir esos 600.000 euros para peatonalizar los setecientos metros entre Valdegastea y la Ciudad Deportiva.

Fuentes externas al club consultadas por este medio reconocen “lo extraño de esta situación”, a la que le dan una posible justificación: “Huele a falta de voluntad política y exceso de oportunismo económico por parte del Ayuntamiento”. Aunque reconoce que se trata de una situación algo más compleja “al tratarse, tal y como aparece en las Figuras de Planeamiento, de unos terrenos de suelo urbanizable no delimitado”.

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