Gastronomía

Croquetas divinas porque así las hacía su abuela

“Como las de la abuela”. Es la mayor garantía de calidad, por encima, incluso, del “hecho a mano”. Y no conviene mentir con estas cosas. Si no están hechas a mano, pronto se sabrá. Y si no son como las de la abuela, rápidamente se descubrirá el engaño. Y lo uno y lo otro está garantizado en el único proyecto que se ha atrevido a hacer el más difícil todavía.

Porque si algo hemos aprendido en NueveGastroUno durante esta semana en la que nos hemos entregado en cuerpo y alma a la croqueta es que ésta debe estar siempre frita al momento. Es lo que le da ese extra que convierte una simple croqueta en una delicia que merece la pena. Los restaurantes lo saben, y con tiempo, logran servir las croquetas hechas al momento. Pero en los bares, que buscan la rotación rápida, no siempre hay capacidad para freír las croquetas al momento. Pero es lo que diferencia una buena croqueta de una croqueta sin más.

EFE/Fernando Díaz.

Las hacen al momento en el UMM Food & Drinks, en el Sabores de Calahorra, o en el Iturza de Logroño. Pero existe un proyecto en La Rioja que ha aceptado el reto más complicado. Porque no son muchos los bares que en La Laurel presentan las croquetas recién fritas. Sin embargo, en Divina Croqueta no solo las fríen al momento es que además solo hacen eso, es decir, lo han apostado todo a ser un bar especializado única y exclusivamente en servir buenas croquetas.

Detrás de todo esto están las hermanas Loro, restauradoras que desde Sorzano han demostrado que se puede afrontar un proyecto gastronómico de calidad para alcanzar al gran público, el que visita La Laurel y el que demanda por internet sus famosas croquetas. Esto requiere de mucho trabajo y esfuerzo diario, y estas hermanas superan la prueba con nota. Reconocen que “han llegado a servir cinco mil croquetas en un solo día”. Y eso son muchas croquetas. Pero para ellas esta receta no es una más. Es la receta de su vida, porque forma parte de la herencia, casi genética, que les dejó su abuela.

Niñas de bar, criadas en un bar, aprendieron los secretos de las croquetas gracias a las enseñanzas de su abuela materna, Divina, por la que ahora su negocio digital y presencial en La Laurel se llama Divina Croqueta. Estás divinas porque son las que hacía su abuela Divina. Y no hay nada como las croquetas de las abuelas.

Fritas al momento en la calle Laurel, lo que le diferencia, sin duda, de todas las demás, y hechas siempre frescas. Porque estas hermanas han logrado atender la demanda nacional sirviendo siempre croquetas frescas, un reto de altura con croquetas de hasta quince sabores diferentes, tanto dulces como saladas.

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