Gastronomía

Parada y Fonda: ‘Puede ser una Quimera’

Esta vez el cartel de La Quimera ha sido digital, y tiene bastante poca gracia. Cierran por vacaciones y habían acostumbrado a su fiel clientela a ese folio colgado en la puerta de su local en el que tiraban de sentido del humor para explicar que se cogían unos días de descanso en medio del verano… para volver con fuerzas renovadas.

Otrora, cerraron por ‘Calocha’ y también por el riesgo de “flojera”, sin olvidar que lo hacían para “ahorrar luz”. A la espera de cómo será este nuevo cartel -en breve cerrarán durante quince días por vacaciones-, la sorpresa anual ha llegado en forma de ‘post’ a través de las redes sociales.

Así que el golpe ha sido digital, porque este buen bar logroñés se encuentra en un proceso de reflexión. Pero su último anuncio suena a despedida. “Desde 2010, el proyecto de La Quimera ha ido creciendo, alimentado de nuestros sueños y nuestro trabajo, lo mismo que de la amistad y el disfrute de cada vez más y más gente maravillosa. Sucede que, a la par que la criatura se ha hecho mayor, nuestras vidas han ido desviándose hacia otras metas, de modo que es hora ya de separar caminos. Sin embargo, a esa gran familia de quimeranos cuya segunda casa es este bar, la queremos seguir dejando en buenas manos. Por eso buscamos a alguien dispuesto a dar un paso al frente. Si quieres ser tú quien tome el relevo y se haga cargo de una nueva etapa en La Quimera, ponte en contacto con nosotros a través del número de los teléfonos…”. La Quimera se traspasa.

Conra y Coro llevan reflexionando desde la pandemia. Entonces, obligados por las circunstancias, tuvieron que cerrar el bar. Y los dos, incansables trabajadores, se buscaron otros empleos para ir tirando mientras la hostelería permanecía bloqueada por la crisis sanitaria. “Y nos dimos cuenta de que otra vida es posible”, explica Conra a NueveCuatroUno. “Coro encontró un trabajo, y yo otro; y vimos que nos podíamos ganar la vida sin meter setenta horas semanales”.

Sabido es que la buena hostelería es dura, por eso cada día es más complicado encontrar buenos bares como La Quimera, que tras trece años de trayectoria podría estar afrontando su recta final al menos bajo el buen gobierno de Conra y Coro. “Nuestra idea es seguir hasta que alguien se quiere hacer cargo del local”. Aman este espacio que con tanto cariño han desarrollado durante los últimos trece años. Pero buscan a las personas adecuadas. Sin embargo la intención es claro: “Ha llegado el momento de hacer otras cosas que también nos gustan”, para desazón de unos clientes que se alegrarán por Conra y Coro pero que echarán de menos La Quimera, que durante trece años la imaginación y el esfuerzo diario de estos dos buenos hosteleros de toda la vida ha hecho posible.

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