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Sergio Rodríguez entrega el bastón de mando

Para Sergio Rodríguez el banquillo es un territorio de pasiones extremas. Quizás lo sea para todos los entrenadores. Pero sin duda lo es aún más cuando estás al frente del equipo del que también se es aficionado. Todo, entonces, se hace más epidérmico. Ya lo dijo una vez: “Quizás esto sea más fácil cuando no entrenas al equipo de tu tierra, por el que tienes tantos sentimientos”. Es lo que quiere pensar porque, “de lo contrario, la verdad, no sé si esta profesión merece la pena”, afirmó entonces.

Esto lo dijo mucho tiempo después de haber descendido a Segunda División. Porque aquella primera vez decidió irse en silencio. Dio la rueda de prensa tras el partido ante Las Palmas y nada más se supo. De nuevo, el banquillo de la UD Logroñés se ha convertido para él en un lugar de desgaste, miedo e inseguridad. A tres jornadas para el final, el club ha bajado a un lugar impensable, aunque ahora sí, con tiempo para digerir esta caída y con tiempo de sobra para hablar, al menos en sala de prensa, todo lo que sea necesario.

Y tras dos meses contenido en su verbo, Sergio Rodríguez se ha soltado de nuevo para comenzar a decir cosas, una vez que Félix Revuelta comenzó en NueveCuatroUno su peregrinaje mediático. Y el técnico ha confirmado antes de jugar contra la Real B que quiere ser entrenador, aunque sabe que este descenso es un nuevo paso atrás sabedor de por sí que la decisión del verano pasado de meterse en el despacho principal del club ya le alejaba de la posibilidad de ser entrenador de fútbol profesional, “que es lo que realmente me gusta, me gusta mucho, pero el club necesitaba entonces eso y decidí dar un paso adelante”, indicó este pasado viernes.

Félix Revuelta adelantó aquí que Sergio Rodríguez no sería el entrenador del primer equipo la temporada que viene. Y así va a ser: “Me voy tranquilo en el sentido del trabajo que le hemos dedicado”. Aseguraba el presidente que ya había hablado con él, que no habría una dimisión, y que seguiría en la estructura del club como responsable de la ciudad deportiva. Y este viernes confirmó punto por punto: “El club ha decidido quién va a liderar el proyecto profesional, y yo feliz. Sí que me ha encomendado por lo menos terminar esta ciudad deportiva que está muy avanzada, al 80 por ciento, pero todavía quedan cosas”. El todavía técnico blanquirrojo y futuro gerente de la ciudad deportiva cumplirá su cometido: “Terminaré lo que empecé y luego ya veremos a ver”. Siempre el alargado deseo de ser entrenador.

Carlos Lasheras, el pasado fin de semana en Las Gaunas. / Riojapress

Así entrega Sergio Rodríguez el testigo de una temporada fracasada que ha acabado de la peor manera posible. Lo hace con una mirada larga, está vez sí, no como cuando salió del club tras el descenso de Segunda División. “Se quiere implantar todavía con más profundidad si cabe la metodología de trabajo que ya desarrollamos en las diferentes estructuras del club, el objetivo es dar más servicios a los futbolistas, no solo en el trabajo grupal, también en el individual. Se trata de dedicarles más tiempo a los futbolistas de la cantera. Y luego ya veremos”, explica el técnico. El veremos… “pero no me pongo plazos, vamos a ver cómo dejamos terminado todo esto bien, que tenga un buen funcionamiento y ya veremos”.

El testigo del primer equipo ya está en otras manos, más expertas en el conocimiento no solo del mercado sino también de ese fútbol que manejan representantes e intermediarios, llegará un especialista que suele contratar futbolistas que alejan a un club del fracaso total. “Nada de esto hubiera sido posible sin Carlos Lasheras”. Es lo que dijo Sergio Rodríguez en la sala de prensa en La Rosaleda nada más haber logrado el ascenso a Segunda. “Nos hemos entendido muy bien, y su experiencia nos ha hecho a todos mucho mejores”, reconoció ante los allí presentes. Un mensaje que se expresa en toda su dimensión tres temporadas después y dos divisiones más abajo.

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