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Gol en Las Gaunas: ‘UD Logroñés caníbal’

Pedacito a pedacit, la UD Logroñés se ha comido a sí misma. Esto se llama autosarcofagia. Como el que pizca el currusco de pan y ya no puede parar hasta acabar con la barra entera. La UD Logroñés se ha devorado a sí misma. Trocito a trocito hasta acabar en Segunda Federación tras su derrota ante el Nástic. Lo ha hecho hasta quedarse en los huesos, tendida en medio de Las Gaunas, ni tan siquiera exhausta, tan sólo sin nada más que llevarse a la boca. Y la pregunta es: ¿y ahora qué?

Ahora habrá que saber diferenciar entre el ruido lógico de la reconstrucción y el otro, mientras se asimila esto de la fiesta de la culpa que es lo que toca. Iñaki ya ha pedido perdón. Le honra. Sierra se ha ido ovacionado a la salida de Las Gaunas. Al menos le ha puesto un par durante la temporada. A Rufo le han pedido que siga, como a Gonzalo Crettaz. Al primero no sé muy bien la razón, al segundo porque es bueno, tanto como para no jugar la temporada que viene en Segunda Federación.

El resto, al resto, con el resto… mejor tirar de la cadena de la historia. Poco más se puede hacer. Sin olvidar sus nombres porque han formado la peor plantilla de la historia de esta entidad. Unos futbolistas que nunca han formado un equipo. Jamás. Se pusieron a andar durante el primer entrenamiento y desde entones no han cambiado el ritmo para firmar uno de los descensos más justo de la categoría. Inapelable resulta este resultado final para la Unión Deportiva Logroñés.

FOTO: UD Logroñés.

Los futbolistas comenzaron pellizcando su propia carne alrededor de sus dedos. Y nadie les supo parar los pies a tiempo. Siguieron por la falange, hasta las muñecas, luego hasta el codo… hasta el hombro, para seguir por los pies, las rodillas. Y a falta de tres jornadas para el final un equipo a precio de playoff de ascenso ha perdido la categoría sencillamente porque la plantilla ha estado compuesta por malos futbolistas, de esos que nunca están a la altura.

Ellos han formado la peor plantilla de la historia, una plantilla conformada por otros. Por Félix Revuelta en lo más alto de la pirámide, por Sergio Rodríguez, que se acercó al club en verano con espíritu heroico aunque su primera decisión marcó este camino equivocado firmando a Dupi, que no estaba entre sus primeras opciones. Al técnico que ha rubricado el acta del partido del descenso ante el Nástic se le computa también no haber tenido la experiencia necesaria para haber resuelto con éxito el asunto de Albert Aguilá, que evidenció su inexperiencia en la semifinal por el ascenso ante el Villarreal B. El club lo detectó pero no logró la inversión necesaria para poner el marcha el Plan A que deseaban desde un principio, y que podría ver la luz un año más tarde, sin duda ya tarde.

Este proyecto comenzó muerto. La inexperiencia cogió el volante el pasado verano y se pusieron a jugar a un juego demasiado complicado para todos ellos. Sergio Rodríguez era el verano pasado un auténtico inexperto en eso de crear plantillas. Era un inexperto para firmar un director deportivo. Dupi no fue su primera opción, tampoco la segunda, ni la tercera… Dupi no ha acertado con ningún futbolista. Solo uno, Gonzalo Crettaz, al que conocía de cerca al coincidir en el Badajoz la temporada pasada. Ni uno solo de los futbolistas firmados ha estado a la altura. Tampoco las decisiones. No se supo resolver a tiempo la salida de Serantes y por supuesto los no fichajes del mercado de invierno, canibalismo en estado puro.

Es la primera vez que un equipo es más débil el 1 de febrero que el 2 de enero cuando se abre la posibilidad de reforzar a un equipo al que ya se le veían todas las costuras por las que se escurrían todos los vicios posibles. No se pudo convencer al presidente de traer a un central de nivel visto el desastre que cada jornada propiciaban Arregi y David Fernández, tan caros como malos. Tampoco se mejoraron los laterales, ni el centro del campo, ni los extremos…

Y luego lo del gol. Diez goles podrían haber significado la permanencia. Pero en este equipo nadie ha sabido hacer goles porque sencillamente nadie tiene gol. Ver los entrenamientos garantiza el fracaso de cara a puerta. Rematadores impropios de esta categoría. La UD Logroñés se va a Segunda Federación por falta de calidad. Porque sus jugadores de ataque han sido los peores de la categoría. Un club sin reacción está condenado al descenso, no como el Atlético Baleares o el Sabadell, por ejemplo.

Zourdine ha sido apartado del equipo. Vinicius se ha apartado del equipo. Schutte nunca ha formado parte del equipo. Menudo no está para este equipo. Doncel comienza a dar señales de que ya no está para los mejores equipos. Pichín no ha sabido aprovechar su primera oportunidad en un club, a priori, importante. Clau Mendes ha demostrado que entre elegir el camino adecuado o el equivocado prefiere escoger siempre mal, al menos en todo lo relativo a ser futbolista profesional. Y Jorge Martínez-Losa, que sí sabe hacer equipo, estuvo demasiado poco tiempo en este equipo.

Y así se llega a estas primeras horas en Segunda Federación, nuevo e inesperado suelo para este club que había puesto sus andamios para tirar hacia arriba sobre el escalón de la Primera Federación. El golpe es bestial, histórico, de los que generan grietas estructurales que conviene cerrar rápidamente.

Es un club que había ido creciendo lentamente temporada tras temporada. Primero aprendió a hacer buenos equipos, luego comenzó a pelear por los playoff, después fue ganando experiencias en estas fases finales… crecía curso tras curso. Y ahora mengua de golpe y porrazo. Es un club al que le costó mucho pasar de los 2.500 abonados. Que ha conseguido asentarse cómodamente en los 4.500 para ser uno de los clubes con más socios de la categoría. Logró abrir la General, corteos, desplazamientos masivos, ambiente de playoff en la ciudad, camisetas del equipo, seguidores en numerosos pueblos riojanos, un lleno en Las Gaunas y asistencias habituales, en los mejores momentos, de más de 6.000 seguidores.

Todo este trabajo queda ahora en entredicho porque se ha devorado a sí misma en la que sin duda ha sido una de las peores gestiones deportivas tras un primer ascenso a la Liga de Fútbol Profesional. El club ha perdido toda su identidad dentro del terreno de juego. Se ha devorado a sí misma. Se ha comido todo el músculo que había ganado durante todas estas temporadas. Y quizás por ahí deba comenzar su reconstrucción, por ser reconocible dentro del terreno de juego con buenos futbolistas, dentro y fuera del terreno de juego.

Los malos momentos también forjan identidades. Siempre y cuando la entidad comience de una vez todas a tomar buenas decisiones, dejando a un lado luchas de poder y de ego en las diversas estructuras de club que no llevan a ningún lado, bueno sí, a la Segunda Federación. Identidad e ilusión, el verdadero gimnasio para recuperar el músculo perdido por culpa de una plantilla caníbal.

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