Temperaturas altas y lluvias intensas en el mes de marzo son el caldo de cultivo perfecto para que los alérgicos lo pasen mal esta primavera. Idoia González es alergóloga en el Hospital San Pedro de Logroño.
– ¿Qué primavera les espera a los alérgicos en La Rioja?
– Los alérgicos se enfrentan a una primavera con respecto a las alergias entre leve y moderada. Pero las altas temperaturas y las lluvias del mes de marzo tan intensas van a provocar que el polen esté más tiempo en el ambiente y sea mucho más persistentes con niveles muy elevados de polinización.
– ¿Esos son los factores que hacen que cambie de ser una campaña normal a ser una campaña más intensa?
– Efectivamente, la humedad y las variaciones bruscas incluso en un mismo día hacen que la dispersión del polen sea mucho mayor. El polen se libera en esas circunstancias con más rapidez y permanece mucho más tiempo en el ambiente. Eso supone más problemas para los alérgicos.
– ¿Se sabe aproximadamente cuántos alérgicos puede haber en La Rioja?
– En la comunidad no tenemos estudios, pero en España se calcula que aproximadamente puede haber ocho millones de personas diagnosticadas. Además hay mucha gente que no está diagnosticada, en total podría haber unos 16 millones de alérgicos en el país.
– ¿Un alérgico nace o se hace?
– El paciente alérgico tiene una predisposición genética a las alergias. Esta predisposición se puede manifestar en cualquier momento de la vida, los alérgicos no tienen por qué serlo desde que nacen.
– ¿Cómo se pueden paliar los síntomas de las alergias?
– Cuando alguien es alérgico a un producto, el que sea, lo que hay que evitar es el contacto con esa sustancia pero con el polen es imposible porque tendríamos que cambiar nuestra vida completamente. En esa situación sólo queda poder paliar los efectos tanto para la rinitis como para el asma el picor de ojos con antiestamínicos, corticoides o tópicos nasales.
– ¿No hay forma de curar la alergia?
– Hay una vacuna que lo que hace es modificar el sistema inmune para que nuestro cuerpo tolere, en este caso, el polen. El objetivo es que la persona se desensibilice y pueda tolerar la sustancia. La vacuna puede ser inyectable u oral hay que suministrarla entre tres y cinco año. La inyectable es mensual y la oral es diaria.
