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La marea ‘txuri-urdin’ la goza en La Laurel: “Un regalo de Reyes”

Logroño se prepara para vivir una tarde de fútbol como las de antes. Una de bocata, bufanda e ilusión. Una en la que la magia de la Copa del Rey todo lo puede. Familias y amigos han planeado este miércoles como si de una final del Mundial se tratara y es que, este UD Logroñés – Real Sociedad ha llenado Logroño de color: rojo, azul, y uno en común, el blanco y también lo hará en Las Gaunas.

Desde las 12 horas de este miércoles, los primeros aficionados de la Real Sociedad se dejaban ver por la capital riojana. Días de fiesta, cercanía de las ciudades y los niños sin cole: una oportunidad de oro para hacer una escapadita. Simplemente con su llegada al hotel de concentración, los jugadores de la Real ya han notado que este no va a ser un encuentro más. Numerosos aficionados de ambos equipos han esperado en la puerta del NH Herencia para recibir al equipo ‘txuri-urdin’.

Y si el ambiente festivo se respiraba entorno al hotel, ni qué decir tiene en las calles del centro de la ciudad. Los bares de La Laurel han empezado a hacer caja antes que otros días gracias a la hinchada donostiarra, que tiene previsto concentrarse a las 14 horas en El Espolón para llevar a cabo una ‘kalejira’ hasta el estadio a partir de las 17:30 horas. Entre tanto, ¿qué mejor que unos vinos y pinchos en la travesía más famosa de la capital riojana? El ambientazo está asegurado.

“Logroño echaba esto de menos”

Iván ha tomado bien pronto posiciones en la puerta del hotel donde descansa el equipo hasta desplazarse a Las Gaunas. Es riojano, pero realista, y ha reclutado a la cita a su amigo Benjamín, que viene desde San Sebastián. “Voy con la Real porque sé que va a llegar más lejos que el Logroñés, pero quiero cantar al menos dos goles del Logroñés”, explica, subrayando que “Logroño echaba en falta un ambiente así por el fútbol”.

Desde Nalda han llegado a la capital riojana el donostiarra Iker con los pequeños Oier, Markel, Aarón y Óscar. Una cuadrilla que ha cumplido su sueño de ver de cerca a Sorloth, Remiro y, muy especialmente, Oyarzabal. Tras recibir al equipo de sus amores, vuelta al pueblo para “recuperar fuerzas y disfrutar del ambientazo que seguro habrá en el campo”.

Aunque algo más de una hora y media separan Logroño de San Sebastián, Roberto es socio de la Real Sociedad desde pequeñito y este miércoles ha gozado acercando a su hijo Nicolás a ver a sus ídolos. Logroñeses ambos, “somos de la Real desde pequeñitos y ya estuvimos viéndolos contra Osasuna en Anoeta”.

“Viví los enfrentamientos con el CD Logroñés y echaba mucho de menos este ambiente, ver el campo lleno”, asegura Roberto, en cuya agenda para el día hay subrayados tres planes: “Vamos a comer pinchos, iremos con la afición de la Real al campo y a disfrutar”.

Hace ya una docena de años, Sandra abandonó Guipúzcoa para asentarse en Logroño. “Que al Logroñés le tocara la Real Sociedad en la Copa ha sido el mejor regalo de Reyes”, asegura, ya que sus hijos son riojanos “pero de la Real” y el plan “es ir pronto al campo para apurar el día al máximo”. “Es la primera vez que voy a ver a la Real en Logroño y es una gozada, la ciudad echa en falta un ambiente así”, exclama.

También están ‘infiltradas’ las riojanas Claudia, Lorea, Natalia y Julia, que siguen a la Real desde la distancia “y desde siempre” y este miércoles han podido cumplir su deseo de ver pasar a un metro de distancia a Remiro, Brais Méndez y Oyarzabal.

La Laurel, como ‘lo Viejo’

Aunque si en el hotel de concentración se ha dejado notar el seguimiento realista en tierras riojanas, el verdadero ambiente copero estaba a la hora del vermú en la calle Laurel, teñida de blanco y azul con cientos de aficionados guipuzcoanos.

Jokin y Maribel vienen de San Sebastián con toda la familia y amigos. En una mesa de pie disfrutan de unas cañas y algunos pinchos mientras los cánticos visitantes resuenan entre los muros de la ‘Senda de los Elefantes’. “Es la primera vez que venimos a Logroño por un partido de fútbol y todo es genial: estamos de vacaciones, hace buen día y juega la Real”, confiesan. El siguiente plan está claro, “comer en El Cortijo y sumarnos a la ‘kalejira’ para llegar hasta Las Gaunas”.

 

Es, en definitiva, el ambiente de un fútbol profesional del que -en plenitud de condiciones- La Rioja suma dos décadas de horfandad. La Copa del Rey trasciende al mero deporte y supone todo un motor económico para el sector servicios autóctono. Y para darse cuenta de ello, basta con darse una vuelta por las calles de Logroño en los prolegómenos del duelo entre la UD Logroñés y la Real Sociedad.

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