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Talento joven para romper las barreras laborales en el medio rural

Pablo Gómez, uno de las personas jóvenes participantes en el proyecto regional G30

¿Mayores oportunidades laborales en los pueblos? ¿Viviendas asequibles y habitables? ¿Presencia de servicios básicos? ¿Fin de la brecha digital? ¿Más oferta cultural y de ocio para todos los públicos? Parece la radiografía de un entorno rural idílico porque no se corresponde con la realidad actual. Pero, ¿qué escenario dibujaría la juventud si le preguntasen por La Rioja del futuro? En ello trabajan 15 mujeres y 15 hombres de la comunidad, todas personas jóvenes, para despiezar las posibilidades que esconden estos enclaves rurales y sacarlas a la luz.

Con este objetivo nació a comienzos de este año el proyecto G30, una iniciativa gestionada por las Direcciones Generales de Desarrollo Rural, Reto Demográfico y Juventud y enmarcada en la Estrategia del Gobierno de La Rioja frente al reto demográfico y la despoblación con la que se pretende situar a la juventud de la comunidad en el centro de las decisiones. Serán estas 30 personas quienes, trabajando de forma autónoma, desplieguen todo su potencial para idear, elaborar y estudiar la evolución de los prototipos de innovación social que constituirán el germen de esos proyectos de futuro. Y lo harán desde los diferentes equipos creados: el de Vida Plena, Productividad, Sostenibilidad y Ciudadanía.

Pablo Gómez (Logroño, 1991) es uno de las personas participantes. Estudió Economía en Zaragoza, pero nunca se ha desvinculado de sus pueblos de origen: Berceo y Anguiano.  Desde el año pasado gestiona junto a su socio una consultora vinculada a relanzar el turismo en el medio rural: dMillenial Rural Projects. Un proyecto que surgió como una asociación en 2018, pero que ya se ha convertido en una realidad de negocio que busca acercarse a esas necesidades de esta población. “Éramos conscientes de que estos enclaves rurales tienen multitud de potenciales todavía por explotar y que deben considerarse como una oportunidad. Así, trabajando de la mano de los ayuntamientos, principalmente de municipios de menos de mil habitantes donde necesitan un apoyo, actuamos como consultores para ayudarles a impulsar su entorno desde diferentes ámbitos”, explica.

Tras un análisis de las fortalezas y debilidades de la localidad, se ofrecen diferentes propuestas relacionadas con la formación, la cultura o el deporte para que sean los propios ayuntamientos los que decidan. Así, han promovido festivales como el de Sonoverso en Berceo, La Rioja Trail Series en Torrecilla en Cameros, en Bezares y Santa Coloma, así como también la cata popular en Cordovín con diferentes bodegas del municipio. Además, este año han dado el salto también fuera de La Rioja llegando a pueblos de Teruel, Zaragoza y Huesca, así como de Soria y Burgos.

Una empresa que ha supuesto para Pablo el puente para lanzarse a ser parte del G30: “Me informaron de este proyecto del Gobierno regional familiares y amigos y no lo dudé. Primero, porque ya estoy vinculado con el medio rural a nivel profesional, pero también personal. Creo en las oportunidades que tienen estos entornos, a veces olvidados por quienes no los habitan. Por eso me decidí a participar y aportar mi visión y experiencia a la hora de impulsar unos prototipos que logren calar en la sociedad”.

Desde el Equipo de Productividad del G30 del que forma parte Pablo se ha impulsado una plataforma similar a cualquier otra página web de ofertas de empleo, como puede ser Infojobs o LinkedIn, y con la que se facilita la búsqueda de empleo en el medio rural “porque falta atraer talento y potencial a los pueblos. Denominada EmpleaRte, esta plataforma agregadora de oferta y demanda de empleo y servicios del mundo rural a través de una ‘landing’ o web sencilla (con mapa, formulario) se encuentra ahora en la fase de búsqueda de financiación para desarrollar el proyecto.

“La propia población ha visto las bondades de los pequeños municipios en la época COVID, pero creo que lo que echa para atrás a la hora de vivir en un pueblo, entre otras cosas, son los servicios (wifi, transportes, comercios…) con los que ya no cuenta el mundo rural. En eso es en lo que estamos trabajando desde el equipo del G30 Juventud La Rioja. La vuelta de estos servicios y que el pueblo tenga las mismas posibilidades que la ciudad hará que se fije la población existente y se atraiga esos nuevos vecinos rurales que a día de hoy son más “tímidos” a la hora de lanzarse a vivir en un pueblo”, considera.

Así, durante aproximadamente seis meses, este joven ha participado en todo un proceso de análisis y diseño antes de pasar a la etapa de ejecución y evaluación. Y todo ello de la mano de su grupo de trabajo formado por Arancha, Daniel, Verónica, Nacho, Mariola, Adrián y Tania. Talento joven y local a rebosar que confía en “la gran repercusión del G30 al ver la verdadera concienciación de los diferentes pueblos en nuestra región”.

Para Pablo, “el proceso ha sido como una especie de ‘reset’, con un reciclaje de los conocimientos y aprendizaje de otros nuevos para sacar adelante los proyectos. Un periodo, sobre todo, de escucha, tanto a la organización como a los compañeros y, sobre todo, a los vecinos de los diferentes municipios que hemos visitado. A partir de ahí, empezamos a crear el proyecto y desarrollar sus ejes de trabajo. Nuestro trabajo consiste en crear un vínculo de unión entre las empresas que demandan trabajadores y las personas que demandan empleo en estos sectores del medio rural porque a día de hoy carecen de una plataforma de empleo concreta centrada en este ámbito”, remarca el joven.

*Contenido especial para el Gobierno de La Rioja

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