En La Rioja hay dos biblias: la católica y la Guía de la Comunicación. Aunque en estos tiempos más que Biblia “podría definirse como el ‘Google riojano”, así lo denomina Nuria Solozábal, de la Asociación de la Prensa de La Rioja, y una de las encargadas de su redacción. No en vano, ella llegó casi en los inicios, no en la primera edición, pero casi. Una guía que comienza a cumplir primaveras y ya ha superado la primera juventud: este año ha sumado tres décadas desde su lanzamiento en 1989.
“En su momento fue una idea pionera liderada por el entonces presidente Luisen González de Garay, se quería hacer un directorio que atrajera recursos pero a su vez que fuera de utilidad general”, recuerda Solozábal. Una iniciativa novedosa que posteriormente sería copiada por otras asociaciones de periodistas.
De aquella edición de 1989, curiosamente, se mantienen muchos aspectos, sobre todo la estructura temáticas por capítulos. “Tuvieron desde el inicio una concepción muy clara de la organización y aunque se ha ampliado mucho, se conserva la base”, reconoce Maite Íñigo, otras de las periodistas que lleva a cabo su redacción. Entre esos capítulos se han creado algunos como el de las bodegas, el de sanidad, se ha ampliado el de los colegios, y sobre todo el de las asociaciones.
También ha variado su extensión: cada vez tiene más páginas, casi el doble que al inicio; así como la información que se ofrece: ahora además del teléfono se incluye el mail, las webs, las redes sociales, etc. Y sobre todo la posibilidad de consultarla digitalmente. Precisamente esta es la principal novedad de esta edición 2019, con el apoyo del Gobierno de La Rioja. En ella se ha generado el portal web www.guiadelacomunicaciondelarioja.com y una aplicación móvil.
Convertida ya en un clásico, esta Guía de la Comunicación guarda tras de sí múltiples anécdotas y meses de esfuerzo. “Es un trabajo continuo de todo el año, aunque se intensifica en el último trimestre del año, porque comprobamos todos y cada uno de los contactos, es muy riguroso. Insistes por teléfono hasta que consigues confirmarlo”, recalca Íñigo.
En esa tarea de comprobación hay dos secciones especialmente amplias y con cambios: la de las asociaciones y la de los municipios. “En los pueblos suele haber cambio de médicos y de sacerdotes con cierta frecuencia y es una cosa que varía anualmente. Además, igual llamas a los municipios y no saben indicarte… Las asociaciones también fluctúan bastante: en algunos pueblos nos ruegan que aguantemos a quitarlas aunque estén buscando directivos, porque para ellos es importante estar en la Guía”, admite Elena Martínez, la tercera persona que realiza esta guía.
“No es solo un directorio de empresas, entidades o administraciones, es un quién es quién, un reflejo de la sociedad riojana”, subrayan las tres autoras. Tanto es una referencia que su uso va más allá del de los medios de comunicación: se usa en entidades, en empresas, para prepararse oposiciones, como histórico para comprobar datos del pasado, incluso en juicios para demostrar cargos… Es lo que ocurre cuando se recogen los datos de 6.000 nombres propios y cerca de 7.000 entidades y organismos: que se ha convertido el ‘Google a la riojana’.
