Ha pasado casi un año del asesinato del hostelero Guillermo Castillo y, aun así, la fecha en que su familia pueda darle sepultura sigue siendo una incógnita. Aunque en la mañana de este jueves se anunciaba que este sábado se podría celebrar el entierro al haber concluido ya las labores de la autopsia, horas más tarde este paso vuelve a quedar en el aire, al considerar que aún deben esclarecerse varios aspectos sobre los análisis al cadáver.
La recepción del cadáver del popular hostelero, de 78 años, no ha sido un proceso sencillo. A principios de año, coincidiendo con la reconstrucción del crimen en Cuzcurrita de Río Tirón, la hija de la víctima insistía en recuperar el cuerpo de Guillermo para “poder empezar mi propio duelo”.
Aquel mismo 26 de enero el Tribunal Superior de Justicia en La Rioja emitía un comunicado en el que afirmaba que ocho días antes “la jueza encargada de la instrucción de la causa notificó un Auto en el que acordaba que los familiares de la víctima podían iniciar los trámites necesarios para hacerse cargo del cuerpo del hostelero”, si bien especificaba que en el Juzgado no habían recibido ninguna solicitud de los familiares a tal efecto.
FOTO: EFE/Raquel Manzanares.
Un brutal asesinato a la espera de juicio
Mientras se resuelve este enrevesado proceso, la causa aún no tiene señalada la celebración del juicio. Un procedimiento que, por el momento, tiene dos acusados -dos delincuentes comunes de 38 y 52 años en la fecha del asesinato- aunque la familia sospecha que puede haber más implicados y no descarta que el crimen responda a fines más allá de los económicos. No en vano, el botín obtenido por los investigados -según las fuentes consultadas por este medio (cabe recordar que el secreto de sumario impide obtener detalles precisos sobre los hechos)- oscila entre los 100 y los 600 euros.
El perfil de los acusados reabre el debate sobre la eficacia de la reinserción penitenciaria. Uno de ellos, nacido en Portugal y vecino de Logroño, es un viejo conocido de la cárcel riojana y se encontraba bajo tercer grado en el momento del asesinato. A sus 53 años acumula más de una veintena de detenciones, la penúltima de ellas (actualmente está en prisión por el crimen de Cuzcurrita) por atracar a finales de julio -cinco meses después de asesinar a Guillermo Castillo y “con total tranquilidad”- una sucursal bancaria de la capital riojana, empleando para ello una pistola y un arma blanca. No era el primer banco que asaltaba a punta de pistola y en sus antecedentes destacan las detenciones por robo con intimidación en establecimientos comerciales.
El otro detenido, de 38 años, nacionalidad española y vecino en Pradillo, también le constan numerosos antecedentes penales. La Guardia Civil también detuvo por esta causa a su pareja sentimental, de 59 años, aunque esta quedó en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial.
Según los datos aportados por la acusación particular, los dos detenidos accedieron en la noche del 2 de mayo a la vivienda del hostelero, lo engrilletaron a una silla y lo mataron a golpes, empleando una violencia extrema en el ataque. Será un jurado popular el encargado de dictar el veredicto sobre su implicación en el macabro asesinato.
