La SD Logroñés recibe al Deportivo de la Coruña (sábado 18.00, Las Gaunas), con la necesidad de cortar una racha de seis jornadas sin conseguir la victoria. Es cierto que sus dos últimos resultados son empates, el último, ante el Barcelona Atlètic, gracias al gol de Escobar (1-1). Sin embargo, la dinámica no es suficiente, porque los blanquirrojos tienen 21 puntos y se sitúan dos por debajo de la línea de permanencia, marcada por el Tarazona (23). Ganar les resulta urgente y tendrán que intentarlo frente al mayor transatlántico de la categoría, que vendrá a Las Gaunas acompañado de más de un millar de aficionados.
La psicología es un factor que viene condicionando al equipo entrenado por Aitor Larrazabal. Semana a semana, el vizcaíno repite un mensaje parecido: «Estamos a una victoria de quitarnos esa presión y sacar nuestro máximo rendimiento». Su equipo, mientras tanto, sí responde sobre el campo. Ante el Sabadell y pese al 1-1, los riojanos fueron bastante superiores durante un gran tramo del banquillo. Mientras tanto, el partido en el Johan Cruyff tuvo un contexto bastante diferente: el filial culé fue mejor que la Sociedad y dispuso de más ocasiones. Sin embargo, Schmerböck aprovechó su debut con asistencia y Escobar igualó para salvar un punto.
El Deportivo no es un equipo de «su misma liga», pero a estas alturas, los blanquirrojos no pueden fijarse en eso. Al no haber hecho los deberes frente a rivales directos como el Fuenlabrada o el Rayo Majadahonda, su margen de error se ha eliminado. Para colmo, Las Gaunas dista mucho de ser un fortín. La SD Logroñés ha cosechado 11 puntos en su feudo, el segundo equipo que menos en su grupo. No gana desde el 5 de noviembre, ha encajado al menos un tanto en sus últimos nueve encuentros. Falta seguridad en defensa y capacidad para cerrar partidos, algo demostrado por un guarismo demoledor: el 38% de sus goles en contra han llegado después del minuto 75.
Mientras tanto, en el sector de ataque, Larrazabal y el director deportivo Juanma Barroso acudieron a un mercado invernal intenso, con la llegada de los atacantes Ferni, Conejero, Schmerböck y Salado. Con sus problemas en defensa, la Sociedad necesita goles. Probablemente, más de uno por partido. Escobar, con siete tantos a lo largo de la temporada, es el único goleador blanquirrojo desde el 10 de diciembre. Después de 400 minutos de sequía, Escobar anotó el 1-0 frente al Sabadell y posteriormente, volvió a igualar el choque en Barcelona. Evidentemente, él solo no puede sujetar la mochila de todo el equipo. Como expresó Larrazabal, «otros tendrán que ayudarle».
Hombres como Óscar Fernández, Fabián Luzzi y las recientes incorporaciones necesitan colaborar en esa tarea. A lo largo de la temporada, se han producido acontecimientos que han mermado las condiciones de la plantilla. En primer lugar, el delantero Rubio se lesionó de forma grave y no jugará más en esta temporada. Tampoco ha ayudado la rotura de menisco de Dani Garrido, cuya recuperación se ha alargado bastante más de lo previsto. Por si fuera poco, la salida de Toni García, por petición propia, privó al conjunto blanquirrojo de un descaro y verticalidad que echa de menos.
Con la única baja de Dani Garrido por lesión, Larrazabal buscará dar la sorpresa y conseguir su primera victoria como técnico de la SD Logroñés. Hasta el momento, suma tres derrotas y dos empates. Después del frustrado paso por el banquillo de Jordi Fabregat y Andrés García, el vasco cada vez tiene menos plazo para arreglar la situación. Quedan 16 jornadas y en sus propias palabras: «No nos podemos dormir». Algo más nervioso tiene que estar Juanma Barroso, principal responsable de la planificación deportiva. Cuando los jugadores y los entrenadores fallan, el foco siempre se dirige a un estrato superior. Y ese no es otro que él.
Marea blanquiazul en busca del ascenso
En las gradas, mientras tanto, se avecina también un gran ambiente. La SD Logroñés ha declarado el encuentro como Día del Club, así que los socios tendrán que pagar ocho euros y sus acompañantes, diez. Según datos del club difundidos el pasado martes, se habían vendido más de 1.150 localidades para público local y por otro lado, ya se han vendido más de 1.200 entradas para la hinchada deportivista. Un desplazamiento masivo que ya se repitió hace dos años, cuando la SD Logroñés venció por 1-0 en el Municipal, en el primer enfrentamiento entre ambos conjuntos. Un día histórico, no cabe duda.
Más de 750 días después, el Deportivo sigue en Primera Federación. Descendió desde Segunda en 2020 y todavía no ha podido volver. Esta temporada, los hombres entrenados por Imanol Idiakez comenzaron mal, pero han levantado el vuelo. Ahora son quintos, con 38 puntos y solo a cinco del ascenso directo. Los coruñeses acumulan además tres victorias consecutivas, la última, frente al Fuenlabrada (4-1). Vuelven a creer sus más de 28.000 abonados, una cantidad que denota la importancia de una entidad histórica en el fútbol patrio. De hecho, solo siete equipos en Primera División mejoran este registro. Una absoluta barbaridad.
Contar con tan amplia base de apoyo permite a la dirección deportiva construir plantillas muy competitivas. El delantero Lucas Pérez, ex jugador de Primera División, lidera una plantilla donde militan futbolistas como Davo, Paris Adot, Valcarce, Hugo Rama u otros futbolistas que salieron en los cromos, como Ximo Navarro, Balenziaga o Salva Sevilla. A ellos se les han unido incorporaciones invernales, como la del delantero centro Raúl Alcaina (Alcoyano).
Mientras tanto, el punta riojano Martín Ochoa estuvo de baja por un síndrome compartimental crónico (se le duermen los pies). Ya está en dinámica de entrenamiento, pero no viajará a Logroño. Tampoco estará Davo, que vio la roja ante el Fuenlabrada. Además, son dudas Barbero (recuperándose) y Balenziaga (tocado).
Arbitrará el encuentro el señor Álvaro Cánovas García-Villarrubia, que afronta su primera temporada en Primera Federación y nunca ha arbitrado a la SD Logroñés.
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