Es un imprescindible. Bonito del norte, acompañado de cebolla o cebolleta fresca, muy picada y aliñada con vinagre de vino blanco, aceite de oliva y sal. Jamás algo tan sencillo podrá estar más bueno. Es una de las especialidades del Charly, un local emblemático de la calle Laurel. Aquí se puede disfrutar de una gran variedad en pinchos tanto fríos, como calientes, haciendo un guiño especial a la cocina tradicional (choricillo riojano, croquetas caseras, caldo en invierno, etc…), sin olvidar su gran especialidad: el morrito de cerdo frito. Una buena carta de vinos jóvenes, crianzas, blancos y rosados… vital en este punto geográfico, estará siempre a su disposición.
