El Rioverde Clavijo volverá a jugar este domingo (doce del mediodía) en Logroño, ante el Valladolid, en una situación límite para su moral y su confianza, tras acumular siete derrotas consecutivas.
La situación de los riojanos todavía no es dramática, dado que están a dos victorias de la zona tranquila de la tabla, pero sí es cierto que tras más de un mes sin ganar tienen urgencias externas, de cara a no parecer el equipo más débil de la LEB Oro, y, sobre todo, internas, para no caer en las dudas sobre su propio juego.
Desde que empezó la pretemporada el entrenador del Clavijo, Jenaro Díaz, repite que su equipo quiere ganar a base de defensa consistente, en parte porque tampoco tiene grandes anotadores en la plantilla; pero ese discurso ha quedado condicionado por las derrotas y por la incapacidad de sus jugadores para apenas pasar de los 60 puntos, algo que les dificulta sobremanera el vencer.
Con esa dinámica llega un partido ante un rival potente, quinto clasificado, aunque el Clavijo no tiene que mirar eso y sí buscar en sus anteriores partidos los momentos que ha tenido en los que ha sido superior a cualquier rival, aunque haya terminado perdiendo.
Hace siete días los riojanos pusieron contra las cuerdas durante quince minutos al Guipúzcoa, cuarto de la Liga, pero eso no les sirvió y se desfondaron al final. Así que para mañana la receta es clara: defender a su mejor nivel y dosificarse para llegar hasta el final con opciones.
Enfrente van a tener a un rival del mismo perfil que el Guipúzcoa y que muchos de los equipos de Leb Oro que quieren jugar el play-off: una plantilla curtida y con al menos dos jugadores que marcan las diferencias.
Se da la curiosidad de que uno de esos jugadores es Michael Torres, hermano del jugador del Clavijo Kevin Torres; a sus 29 años lleva cuatro temporadas en este equipo y ahora es el segundo máximo anotador, por detrás de otro veteranísimo, el norteamericano Devin Schmidt, que tras ascender con Palencia ahora lidera a los vallisoletanos.
Respeto a las decisiones que pueda tomar el club
Por dentro, otro “clásico” de la LEB Oro, el holandés Lucas N’Guessan, es la principal referencia de un equipo con muchos centímetros y, sobre todo, mucha experiencia en todos los puestos, justo lo que le falta al Clavijo.
Pero “necesitamos ganar”, ha recalcado el técnico de los riojanos, Jenaro Díaz, que ha reconocido que en el último partido “se nos acabó la gasolina” pro “ahora hay que ir a por todas” porque “aunque estamos bien, con victorias se mejora más”, ha reconocido. “El Valladolid es un equipo top y nosotros no”, ha incidido, por lo que “sé que va a ser duro, pero es que nosotros queremos que sea así y, además, ser más consistentes cuando logremos buenos minutos”.
El preparador del Clavijo ha asumido que después de siete derrotas su puesto es cuestionado y por eso no ha dudado en afirmar que “si algún día la directiva cree que hay que hacer un cambio, lo apoyo” y aunque “ojalá pudiera estar aquí otros siete años, respeto las decisiones que se tomen”, ha insistido.
“No creo que estemos todavía en ese punto, porque todos sabíamos el equipo que íbamos a tener y que no iba a ser fácil, pero en cualquier caso yo no me quejo y entreno cada día con la misma ilusión que tenía a los quince años”, ha concluido Jenaro Díaz, que tiene a un par de “tocados” para el partido de mañana aunque espera contar con ellos.
