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Gastronomía, mucho más que cocinar y comer

Por Pedro Barrio, presidente de la Academia Riojana de Gastronomía

El ser humano tiene la capacidad de elevarse sobre su propia entidad biológica para convertir la necesaria alimentación, la nutrición, en un acto mucho más complejo basado en el conocimiento, la fantasía y la razón. Desde un tiempo en que lo prioritario era facilitar la ingesta y digestión de los alimentos, y desarrollar métodos para su conservación, la civilización ha llevado a sofisticar la relación con la incorporación de nutrientes hasta convertir el acto de comer en fuente de placer, en el que se proyecta la capacidad y la necesidad de disfrutar llegando a producir un cierto goce espiritual.

La gastronomía es la manifestación civilizada de la alimentación; requiere de conocimiento y formación; está influenciada por el devenir histórico y por las modas pero debe producir placer, satisfacción y regocijo intelectual. Conocer los orígenes, valorar la calidad de los productos, comprender las influencias, apreciar la técnica, es importante para una experiencia gastronómica completa pero un sencillo acercamiento con la mente abierta, y con disposición a gozar de la experiencia gastronómica que nos brinda la elaboración de un buen producto, nos hará disfrutar también intelectualmente de la buena cocina.

Y así la Gastronomía se ha convertido en una de las manifestaciones humanas más populares y características del siglo XXI; ha llegado a ser una fuerza transformadora que genera una potente industria cultural con importantes repercusiones económicas.

La Rioja no es ajena a este fenómeno. Lucen soles y estrellas que iluminan nuestra región y atraen visitantes ávidos de conocer nuestra cocina y nuestros productos. Y, siguiendo su estela, toda la comunidad se beneficia del impacto económico que este fenómeno produce. Debemos estar a la altura de este momento fecundo. Desde los productores, los elaboradores, la industria agroalimentaria, los profesionales de la hostelería, del turismo y la sociedad en general hasta los responsables políticos. La búsqueda de la excelencia en todos los niveles, ser imaginativos y no escatimar esfuerzos e ilusión, conseguirá que capitalicemos y rentabilicemos un fenómeno global que tiene en nuestra tierra un destino abonado. Tenemos territorio, singularidad, autenticidad, calidad e historia. Debemos aprovechar este tren propicio. Todos debemos implicarnos porque el beneficio es colectivo.

La Academia Riojana de Gastronomía lleva años impulsando y motivando al sector. La Academia quiere ser un acicate para que el sector gastronómico y hostelero continúe su camino de mejora en la calidad de los productos, de las elaboraciones y del servicio. Para ello procura traer a La Rioja a los mejores profesionales, críticos e intelectuales para que compartan sus conocimientos, sirvan de modelo y, al mismo tiempo, se conviertan en prescriptores de nuestra región.

La Academia intenta conseguir que la gastronomía riojana proyecte al mundo una imagen de prestigio y se convierta en un referente de excelencia.

Situar a La Rioja en el imaginario colectivo internacional como una región exquisita, sofisticada, culta, atractiva y acogedora por su gastronomía permitirá incrementar el número de visitantes internacionales atraídos por esa imagen de región.
Nuestra privilegiada región, que de forma natural brinda la calidad de sus productos, potenciada por la sabiduría e implicación de nuestros productores, lanza un reto a todos los protagonistas de nuestro universo gastronómico para que todos los actores se impliquen para que hagamos de nuestra tierra un emporio gastronómico: desde el bar de pinchos a los restaurantes más elevados, la exigencia de calidad, de creatividad y de excelente servicio deben marcar sin duda la diferencia.

La Academia Riojana de Gastronomía quiere estimular y servir de puente entre las diversas partes implicadas para elevar el nivel de esta importante actividad que tanta repercusión socioeconómica tiene. Los productores, los cocineros, la industria agroalimentaria y todos los implicados deben interconectar sus necesidades y ofrecer sus posibilidades. La Rioja debe llegar a ser un referente en la oferta gastronómica; tenemos las bases y las condiciones para lograrlo y no deberíamos escatimar esfuerzos y sinergias para alcanzar el objetivo. La honestidad y la búsqueda de la excelencia redundará en beneficio de todos.

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