Día 1. Diego Martínez ya está aquí. Le ha costado llegar. Ha tenido que esperar. Pero todo comenzó a tener sentido en cuanto Carlos Lasheras regresó al club como director deportivo. Tenía claro que su entrenador era el riojano. Que había llegado su momento. “El día de mi presentación, os dije el perfil que queríamos. Y él cumple todos esos puntos: la experiencia en el grupo, las experiencia de un ascenso, conocedor del entorno, de los rivales. Encaja perfectamente con lo que necesitamos”, ha explicado Lasheras.
Había algo más que el vasco consideraba necesario para relanzar este proyecto y que Diego Martínez cumplía a la perfección: “Frescura y gente que esté iniciando la carrera”. Porque Lasheras tiene claro que “tanto para nosotros como para él puede ser un momento y un sitio en el que nos podemos ver todos beneficiados”.
Después ha llegado el turno de Diego Martínez, tranquilo y seguro ha afrontado su primera rueda de prensa como técnico de la Unión Deportiva Logroñés: “Siempre he dicho que tenía mucho respeto por entrenar en casa y a este club. Pero al mismo tiempo tenían la ambición de hacerlo. Tenemos por delante un largo camino con mucho trabajo por hacer”.
Llega el club con el equipo en su peor momento deportivo, tras un descenso a Segunda Federación, categoría que conoce el riojano a la perfección tras el ascenso con el Numancia: “Todas las categorías son complicadas. Respeto a todos los equipos, a todas las categorías. Es muy complicada, solo hay que ver que grandes equipos que el año pasado descendieron no han conseguido volver a ascender. Nos va a exigir mucho, y lo vamos a afrontar desde la humildad”, palabra también repetida por Carlos Lasheras desde que ha llegado de nuevo al club.
Diego Martínez entraba en todas las quinielas para ocupar el banquillo blanquirrojo, pero la llamada no se producía. “Hace un tiempo vivía esto con más nerviosismo. Me inquietaba más. Ahora no he querido jugar a adivinar cuál iba a ser el momento”, ha indicado. Pero lo que tiene claro es que “estoy muy agradecido al club”.
Ha vuelto a remarcar que “mi sueño era entrenar a este club”. Y “deseaba que fuera el momento”, situación que tuvo algo más clara “en cuanto Carlos Lasheras llegó al club”. Sabe que “es una persona que confía en mí, y estoy encantado”. Por todo esto, “fue muy fácil decir que sí. Muy fácil. Sinceramente muy fácil”. Diego Martínez lo tenía claro: “Siempre ha sido un objetivo. Me daba igual la categoría. Es un buen proyecto. La ciudad deportiva es un paso muy importante. Y que venga Carlos avala esa idea”.
A su lado estará Arturo Guerra, su hombre de confianza que tras lograr el ascenso a Segunda Federación con el Náxara ha decidido seguir al lado de Diego Martínez en esta nueva experiencia profesional: “Es muy importante. Es toda una muestra de fidelidad, de amistad, de todo lo que nos une desde hace muchos años. Es un gesto muy importante. Agradecérselo porque lo ha tenido muy claro, y más sabiendo que tenía la oportunidad de entrenar en la categoría. Es mi doble yo. Mi mano derecha”.
Y la tercera pata de este proyecto a la espera de ir conformando la plantilla, será la afición. “Siempre me he sentido querido y respaldado por la gente de este club y de esta ciudad. Pero esto hay que hacerlo a través de victorias y goles. Ojalá volver a disfrutar y a gozar en Las Gtauas como hemos hecho otras veces”.
Diego Martínez ya está aquí, ya está cumpliendo “un sueño”. Porque “cuando eres niño es la ilusión que tienes, la de entrenar en casa”. Y lo hace desde “el porofundo respeto y con una sensación de responsabilidad y de deber muy grandes”.
