Agricultura

Las crisis del campo riojano: sequía, excedentes y fauna

Las crisis del campo riojano: sequía, excedentes y fauna

Con dificultad avanza el agricultor sobre la tierra agrietada cultivada este invierno. Va contabilizando los diferentes tratamientos que ha arrojado al terreno entre fertilizantes, herbicidas e insecticidas y todas las veces que ha llenado el depósito de su tractor con la vista puesta en un contador que no dejaba de subir y unas facturas que no dejaban de crecer.

El campo, como bien dicen sus protagonistas, va de eso: de echar y luego ya se verá. A veces hay suerte; otras no tanto. Y otras es un desastre total. Este año se parece más a esta tercera posibilidad. El verde que tiñe estos días el campo riojano, desde el cereal al viñedo pasando por la huerta y los frutales, no es ni de lejos ese verde esperanza que debería lucir resplandeciente y no solo por los brotes verdes que los conejos se han encargado de comer. Algunos viñedos incluso se han vallado contra los ataques.

El cielo, además, no ha querido acompañar, desatando así la guerra del agua en algunas zonas de producción donde el agua se ha convertido en un bien de lujo. Los embalses de La Rioja han perdido en un año la capacidad equivalente a la del pantano del Rasillo. A fecha de este martes se encuentran de media al 61 por ciento de su capacidad, pero la cantidad de agua que guardan es 97o millones de litros menos que hace una semana y la comparativa respecto al año anterior es preocupante. Solo se salva, por el momento, el de Mansilla, que se mantiene cercano a ese 90 por ciento (excluyendo así al de Enciso, que se encuentra en fase de prueba de carga).

Hay alguna buena noticia también porque el Ministerio de Hacienda ha acordado soltar un poco la soga y establecer una rebaja del 25 por ciento en los módulos del IRPF que beneficiará a unos 10.000 agricultores y ganaderos, aunque la organización ARAG-ASAJA no está del todo de acuerdo por “el agravio comparativo que existe con otras regiones”, por lo que presentará alegaciones para que se corrija dicha norma.

Cultivo de cereal en Murillo de Río Leza.

1. Herbáceos

Los sembrados llevan días espigados, pero la altura que alcanzan no es ni de lejos una mínimamente óptima. En las próximas semanas, con el calor acechando, comenzarán a tostarse y muchos cerealistas ya dan por perdida su cosecha. Calculan rendimientos de entre los 1.000 o 1.200 kilos por hectárea, en el mejor de los casos, porque también creen que este año muchos trigos, cebadas y guisantes se quedarán sin cosechar. Ante esas lluvias que nunca llegaron por primavera, los aspersores llevan días funcionando en los campos riojanos para intentar revertir algo este desastre agrícola, pero no todos los regantes tienen las mismas oportunidades.

Finca de perales en Entrena.

2. Frutales

En el Valle del Iregua, una de las principales zonas productoras de frutales de la comunidad, la guerra del agua ya ha empezado. Hace exactamente una semana se conocía que las nueve comunidades de regantes que conforman la cuenca del Iregua no lograban un acuerdo en cuanto a la gestión del agua para repartir entre las 10.500 hectáreas de frutales, herbáceos y viña. Los cerealistas insisten en que si no riegan ahora pierden toda la cosecha, pero los agricultores del frutal les recuerdan que si solo tienen uno o dos riegos en verano no será suficiente para salvar sus árboles y perderán años de trabajo.

Las negociaciones continuaron entre unos y otros, junto al Gobierno de La Rioja, que se comprometió a estudiar el escenario y proponer, si fuera posible, un acuerdo compensatorio por el cual los cerealistas percibirían una compensación económica por las pérdidas de producción ocasionadas a cambio de no regar sus fincas. Pero algunos cerealistas de Alberite y Villamediana no han querido esperar a conocer los detalles de esas posibles ayudas y han abierto el grifo sobre sus sembrados. Ahora la vista se fija en la cosecha de la Pera de Rincón de Soto en esta zona que abastece con el 40 por ciento de la producción total de la denominación y que podría tener mermas de entre el 80 y el 90 por ciento.

Cultivo de ajos.

3. Hortalizas

Mismo escenario en la huerta riojana, donde las mangueras de particulares van extendiéndose entre los surcos de tierra para regar esas lechugas, cebollas de verano y tomates. Pero, ¿qué pasa con los grandes productores de hortalizas? Hasta sus invernaderos a orillas del río Ebro no llega suficiente agua y ahora su dilema está en si plantar o no las verduras. “¿Para qué si luego no va a haber agua con la que regar?”. Aunque no todos pueden tomar esa decisión porque tienen unos costes fijos que afrontar. En lo que coinciden todos los agricultores es que los precios de las hortalizas se van a disparar antes la escasez y el aumento de costes por ese riego.

Un viñedo en Rioja Oriental.

4. Viñedo

Aquí la crisis azota a la viña por varias vertientes. Está la ya reiterada situación en cuanto a las existencias de vino que sobran en la DOCa Rioja, que en algunas bodegas supera la cantidad de una cosecha. La histórica denominación acumula unos 253 millones de litros de vino y una ratio, la que fija esa relación entre las existencias de vino y las salidas de bodega para marcar los precios de la uva, que a finales de 2022 se colocaba en el 3,64 por ciento.

Y con tanto vino en la despensa, los proveedores de uva ya están siendo advertidos de que es mejor que tiren las uvas al suelo en lugar de vendimiarlas para acogerse a la ayuda de cosecha en verde. Algunas bodegas, incluso, están avisando que no van a coger tanta uva como en años anteriores. “Estamos fomentando que los viticultores abran sus opciones de entrega a otras bodegas“, aseguran desde el Grupo Pernod Ricard Winemakers Spain (AGE, Campo viejo e Ysios), que baraja amparar algunas producciones con rendimientos del 80 por ciento para las uvas tintas (el Consejo Regulador ha fijado para las dos próximas campañas rendimientos del 90 por ciento para uvas tintas).

También está sobre la mesa la ayuda a la destilación de vino por parte del Gobierno regional, aunque para implantarla necesitan conocer el volumen de vino almacenado en exceso. De cualquier forma, las ayudas que se repartan entre las bodegas de la denominación serán heterogéneas, ya que las de Rioja Alavesa contarán con más dinero gracias a que el Gobierno Vasco ha destinado más fondos.

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