Hasta el núcleo de la Tierra está en constante movimiento. No lo sabía. Es decir, uno lo podía intuir siempre desde el atrevimiento que ofrece la ignorancia. ¿Se mueve el núcleo de la Tierra? Sí, es lo que hubiera respondido por pura lógica. Pero hasta ahí. Ahora bien, saber que se mueve el núcleo de la Tierra no ofrece consuelo alguno en las cosas del comer. Porque entonces a uno le da por pensar que la única materia inerte del planeta juega precisamente en la UD Logroñés. Material sin vida que ocupa puestos de ataque. Todos estos futbolistas se sitúan al otro lado de esa línea imaginaria que fijó el pasado viernes Natxo González, cuando hacía una más que interesante reflexión sobre los problemas de este equipo en los últimos 35 metros de un campo de fútbol.
Y ni verbalizándolo en sala de prensa, esta cuestión se logró resolver este pasado domingo en Las Gaunas ante el Atlético Baleares, ni tampoco en los despachos. Es decir, que el núcleo de la Tierra no solo se mueve, sino que encima, pese a su gigantesca masa y su extraordinaria presión, está capacitado para cambiar su dirección. No como los futbolistas de la UD Logroñés, que siguen empeñados en avanzar por el camino que tomaron hace ya bastantes semanas (seis en descenso) hacia el desastre; y lo hacen, por el bajo rendimiento que dan cada domingo como colectivo, con una tremenda naturalidad, como si este asunto tan grave no les fuera afectar directamente.
El único consuelo es que han mejorado en defensa. Es un equipo, por fin, válido en lo defensivo. Por eso se mantiene en pie, y no anda ya descuajeringado por las cunetas del fútbol de bronce, aunque todo puede pasar a partir de este domingo en Lezama. La UD Logroñés defiende, y lo está empezando a hacer bien. Aunque sigue teniendo ese punto autodestructivo de todo buen colectivo empeñado en descender. El gol del Barcelona B en Las Gaunas es la mejor prueba de ello. O las tres pifias en Castalia que fueron las tres mejores ocasiones locales en un partido que gracias a Crettaz acabó en empate a cero. O el error de Cristian el pasado domingo en Las Gaunas que casi le cuesta al equipo un nuevo gol en contra durante la primera parte.
En líneas generales este equipo ya parece que ha aprendido a defender, que ya no sufre tanto a balón parado, que ha quedado resuelto, por el momento, el problema que acabó por triturar a Albert Aguilá. Los jugadores confían, de momento, en el plan defensivo que les indica Natxo González. No se observan dimisiones en bloque como en Talavera la temporada pasada o en Murcia este curso. El dominio del área propia parece resuelto tras los dos partidos de Copa y los tres encuentros ligueros jugados hasta el momento. Al menos el equipo puede sumar un punto por partido. Insuficiente a todas luces, teniendo en cuenta que este equipo está demostrando una gran capacidad para no ganar a absolutamente nadie. Están a una semana de igualar el mayor número de jornadas sin victoria alguna en la historia de este club en la tercera categoría del fútbol español. Pero aquel equipo, primero, de Pepe Calvo, y, después, de Raúl Llona, era la mitad de caro y buscaba por tanto la mitad de objetivos.
El equipo defiende mejor pese a errores incomprensibles que acabarán por costar goles y por tanto nuevas derrotas, si no se solventa a tiempo el asunto de ser un equipo de buenos futbolistas a partir de los setenta metros, donde el club ha hecho una importante inversión que parece un gasto por el bajo rendimiento de los jugadores que deciden partidos, los que juegan en los 35 metros finales, los que ganan encuentros y que este equipo no parece tener.
Se trata de un escenario impensable a principios de temporada al contar, por curriculum, con futbolistas de renombre, fichados por Dupi como si dispusiera de un catálogo titulado ‘Tanto vales tanto imaginamos vas a rendir’, y que se devalúan cada vez que pisan un terreno de juego. Vinicius Tanque, Boniquet, Menudo, Zourdine Thior, Dani Pichín o Ricardo Schutte firman desastre tras desastre durante los últimos meses, los que lleva este equipo sin ganar.
Y la respuesta del técnico resulta evidente. Porque observa los problemas en fase ofensiva. Da la sensación de que Zourdine juega porque no tiene a otro. Es más, la semana pasada Natxo abrió la puerta a traer extremos. Aunque no hay novedad alguna a una semana de que no puede haber novedad alguna. Boniquet juega porque Carlos Ramos llegó el pasado jueves. Tanque, Campins y Menudo no juegan. Y Schutte participa durante el último cuarto de hora porque no hay ninguna estatua de sal, por bonita que ésta sea, que resista el agua o no se seque al sol de la vida contemplativa.
Así que la pelota está ahora mismo en el tejado del club, que responde jugando a la chica, porque a buen seguro no le da para descartarse y pillar una mano mejor. Promociona a Keita y confía en Sergi López porque son buenos, pero no tanto como para liderar la reacción. Porque ésta es la sensación que transmite el resto del equipo hacia estos jóvenes futbolistas. Es como si Sergi y Keita tuvieran que resolver el problema de no bajar a Segunda Federación siendo futbolistas, a día de hoy, de esa categoría. Sergio Rodríguez y Dupi están completando un mercado de invierno con dos operaciones, las dos más sencillas por coste: liberar las fichas de Kortazar y Víctor Pradas. Mientras, Vinicius Tanque, Campins, Menudo o Schutte se creen genios señalando a una luna que ya no brilla para ellos, pero en el club les siguen mirando al dedo.
Si te interesa puedes conocer más opiniones sobre la actual situación de la UD Logroñés en el podcast ‘Gol en Las Gaunas: fútbol desde el garaje’. Hoy el episodio 16 de la octava temporada.
