“Blanco y marisco mientras dura el disco”. Una frase que se me quedó grabada un buen día. Es más, desde entonces no tengo una frase mejor para mediar en una agria discusión cuando ésta se produce alrededor de una mesa. Así que blanco, marisco y que dure el disco en la eterna discusión del fútbol riojano.
Y esta vez, en el tocadiscos, gira una canción futbolera. ‘Y nadie en Logroño se siente extranjero…’ o ‘seguiremos aquí con el fin de alcanzar la victoria’. Porque a eso vienen los seguidores de la Real Sociedad. A conocer La Rioja futbolera… mucho tiempo después. Vendrán por millares el miércoles 4 de enero a ver, claro, a su equipo. Vienen sabiendo que lo normal es que a las nueve estén clasificados para los octavos de la Copa. Hay dos categorías de por medio entre su equipo y la UD Logroñés. Casi tres. La Real compite en Europa donde esta temporada ha superado al Manchester United en Old Trafford. La UD Logroñés ocupa de forma inesperada puestos de descenso a Segunda Federación.
Primera División, Europa League, Real Madrid, Athletic, Manchester United… La Real está obviamente a años luz de la UD Logroñés. Entonces, la pregunta es por qué por millares se van a desplazar un 4 de enero hasta Logroño para ver a su equipo jugar en Las Gaunas ante un conjunto de casi tres categorías inferior. ¿Por qué? Las primeras 1.2000 entradas puestas a la venta en San Sebastián duraron tres horas en taquilla. Y muchos se colaron por la puerta de atrás de la web del equipo local para adquirir más entradas. El club tuvo que bloquear la web para evitar lo que le pasó al Barcelona contra el Eintrach en Europa League, que el estadio local estuviera repleto de aficionados visitantes. Por tanto, ¿por qué hay tanto interés en San Sebastián? Porque en este deporte tan cultural siempre hay algo más que el interés meramente deportivo.
Foto: Twitter Real Sociedad
Se esperan casi 4.000 aficionados de la Real Sociedad en Las Gaunas. Se rozará el lleno en el estadio. El ambientazo dentro está asegurado. Y el aroma a fútbol de barro por la Copa agudiza el instinto ‘disfrutón’ del aficionado txuriurdin que recuerda Logroño con el cariño añejo de aquellos duelos Logroñés-Real que llevan años sin celebrarse.
Estamos presenciando lo que podría catalogarse como un partido manjar. Un encuentro donde lo ambiental está por encima de lo deportivo, que parece de claro color visitante, aunque con la emoción añadida de que la eliminatoria se resuelve a partido único. Los donostiarras por millares han observado que la fecha del encuentro es la ideal, con los niños de vacaciones; la hora, muy buena; la distancia entre ambas ciudades, la adecuada; y Logroño, un lugar ideal para “echar el día con la familia”, explica Ohiane desde San Sebastián.
Así es el fútbol manjar. Con los restaurantes del centro de Logroño llenos de aficionados visitantes y también locales, que se juntan “para una buena jamada” y “lo que surja”. Es la cuadrilla de Iker. Serán cinco en Las Gaunas. “Tuvimos la cena de amigos por Navidad, y ahora tendremos el partido de vuelta en Logroño”. Ellos han reservado en un restaurante de La Laurel. “En cuanto supimos del partido cerramos la comida”. Cuatro vinos previos, cabrito para estos cinco, un par de tragos largos y “al fútbol”. “No conocemos Las Gaunas y tenemos ganas”. Así es el fútbol manjar.
Pero esta forma de entender el fútbol no es patrimonio del otro lado de la muga. ¿Por qué un partido casi resuelto en lo deportivo genera tanto interés entre la afición local? Porque se ha convertido en el principal act0 social de la Navidad riojana. Nadie se quiere perder un estadio lleno. Las colas que está tratando de gestionar el club modesto permiten observar que esta cita ha caído en el momento oportuno también para el seguidor blanquirrojo. Rival cercano, de nivel europeo, buenas fechas, y por supuesto las ganas de no perderse el ambiente que se espera en el interior del recinto. Es el caso de Rubén, que dejará por unas horas a su familia política en otra comunidad autónoma con la que celebra el Año Nuevo para con su hijo vivir el ambiente de un estadio casi lleno. Van a todos los partido de liga, así que “imposible perderse una ocasión como esta”.
Y que aquí también se cultiva el fútbol manjar. Porque hubo un tiempo en que las cuadrillas o las familias se citaban en restaurantes de Logroño, de Fuenmayor, de Villamediana… para comer y luego acudir a Las Gaunas. Se celebraba cada partido como local. Y así lo va a hacer Jesús con los suyos. Supo la fecha y se movió rápido. Reserva en un restaurante entre La Laurel y San Juan. Comerán, celebrarán y al fútbol para celebrar un estadio lleno.
Luego volverá el caldito de pollo ante el Barça B. Mientras tanto asistimos al milagro de la Navidad: porque los de la Real Sociedad y los de la UD Logroñés tienen ganas de demostrar que La Rioja podría tener un espacio fijo en la Liga de Fútbol Profesional.
