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La locura de Coloma por el bronce de su pupilo David Valero en Tokio

Nadie en España sabe mejor que Carlos Coloma lo que cuesta colgarse al cuello un bronce olímpico en mountain bike. El ciclista riojano celebró sin complejos su tercer puesto en Río 2016 (lágrimas y ‘testiculina’ incluida) y este lunes ha revivido esas mismas sensaciones a través de su pupilo David Valero.

El equipo de Coloma, el BH Templo Cafés asentado en Albelda, se ha reunido frente al televisor en un hotel de Altea para ver el desarrollo de la prueba para Valero en la final olímpica. La tensión se podía cortar en el ambiente mientras las cámaras se centraban en el campeón (el británico Picock), pero en cuanto el plano regresó a la línea de meta para mostrar cómo el ciclista del BH Templo llegaba en tercer lugar se desató la locura en el clan de los Coloma.

“¡Medalla, medalla, medalla! ¡Vamos, equipazo! ¡Se podía, joder, claro que se podía!”, exclama eufórico el medallista riojano, que a partir de este lunes también puede presumir de tener a otro medallista olímpico en sus filas.

“Increíble, lo ha conseguido. Otra medalla para España en mountain bike; sé que hay mucha gente que no creía pero la mayoria si que creíamos y aquí está la medalla”, ha asegurado Carlos Coloma, quien ha dado las gracias “a toda la afición y al BH Templo Cafés, que nos lo hemos currado” y ha destacado el buen papel de Dasculo: “Muy bien, carrerón de Vlad, diploma olímpico”.

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