El aeropuerto de Agoncillo coge aire. Al menos en cuanto al número de operaciones (salidas y llegadas), pues acaba de firmar el mes con más vuelos desde su inauguración en mayo de 2003. Para poner el dato de marzo en su contexto, los 764 despegues y aterrizajes en las pistas de la instalación (una media de 25 al día) superan en un 27 por ciento la anterior plusmarca: los 600 vuelos registrados en julio de 2009, año dorado de la infraestructura, que cerró con un total de 5.023 operaciones.
Así se desprende de los datos publicados este viernes por Aena, según los cuales el aeropuerto de Agoncillo ha firmado el segundo arranque de año con más vuelos (1.009, solo superados por los 1.176 de 2009) de su serie histórica, si bien el crecimiento no se traslada de forma líneal al número de pasajeros, que también experimentan una tendencia al alza.
Aunque en enero, febrero y marzo pasaron por la terminal riojana 4.805 viajeros (mejor inicio de curso de los últimos doce años), esos guarismos apenas representan la mitad del trasiego de maletas en la mejor época de la instalación: la segunda mitad de los 2000.
¿Cómo se explica, por tanto, este desajuste entre el número de operaciones y el volumen de pasajeros? ¿Ha ‘contaminado’ las estadísticas la Semana Santa, al caer íntegramente en marzo? ¿Las grandes fortunas se han lanzado a volar desde Agoncillo en sus aviones privados? Nada que ver. La respuesta es mucho más sencilla: la escuela de pilotos FlyBy, que entró en funcionamiento el pasado 1 de marzo y ha disparado -por razones obvias- el número de despegues y aterrizajes del aeropuerto.
Así las cosas, el único aeropuerto riojano ha iniciado una escalada que solo el tiempo permitirá contemplar adónde llega. Porque si en 2021 Agoncillo era la instalación con menos operaciones del país, en marzo ha remontado catorce posiciones y ya supera en número de operaciones a los de Zaragoza, Valladolid, San Sebastián o Pamplona.
