El BM Logroño completará en los próximos días su proceso de desconfinamiento y volverá a los entrenamientos para preparar su vuelta a la competición. Será frente a Sinfín en Santander (7 de octubre), en la recuperación de la primera jornada. Los santanderinos protagonizaron el primer gran incidente sanitario durante el pasado verano, con la detección de un falso positivo tras un amistoso con los franjivinos. Un hecho que metió diez días en casa a la plantilla y al cuerpo técnico de los riojanos.
Sin margen para respirar, Cisne visitará La Rioja el próximo 10 de octubre. Una semana más tarde, Logroño tendrá que viajar a la pista del Villa de Aranda. El partido está en duda por la situación sanitaria, ya que el conjunto castellano cuenta con tres positivos en su plantilla, habiendo detectado este martes los últimos dos. A partir de aquí, el bloque jugaría otro encuentro ante el Ángel Ximénez en casa (24 de octubre), para cerrar el mes con una visita a Cuenca.
Todo ello, si el coronavirus lo permite. En la última jornada de ASOBAL se tuvieron que suspender tres encuentros: Huesca – Benidorm, Puerto Sagunto – Villa de Aranda y el BM Logroño – Irún. El panorama se oscurece cada semana y para los riojanos, el túnel ya es bastante profundo. El bloque de Miguel Ángel Velasco solamente ha podido disputar dos encuentros (Nava y Barcelona) de los siete que tenía programados. Saber si acabará o no la liga es, hoy en día, una auténtica incertidumbre.
