El BM Logroño ha ganado al Cuenca sufriendo muchísimo (31-28). Importante triunfo de los de Miguel Ángel Velasco, que alejan así a un rival directo (quinto clasificado) y tratan de presionar al Ademar de León, que recibe al Valladolid en esta jornada y aventaja ahora en un punto a los franjivinos. Solo la recta final ha podido romper la igualdad y dar un importante triunfo al bloque logroñés.
Tanto la táctica como el orden se han roto desde el inicio. Y el resultado ha sido un encuentro cáotico, imprevisible y muy cambiante. Los riojanos han tomado la iniciativa (4-2), pero los visitantes le han dado la vuelta en un santiamén (4-5, min 9). Mientras Gianluca Dapiran tomaba las riendas en ataque, la fragilidad defensiva lastraba a los locales. Goles demasiado fáciles para el Liberbank, pérdidas estúpidas y poca continuidad. Un desorden que ha permitido llevar la iniciativa a los castellano-manchegos (8-10).
Los pupilos de Lidio Jiménez Carrascosa no han dudado en ser agresivos y no ceder un solo palmo. Y la grada la ha vuelto a tomar con el colectivo arbitral, cuyas actuaciones han dejado bastante que desear en estas últimas jornadas. El tenso ambiente ha motivado a Cuenca. Especialmente a Leonardo Dutra Ferreira, quien ha firmado seis tantos en la primera mitad. En el otro lado, Lazar Kukic ha logrado desatascar el ataque. 16-16 al descanso y un registro muy llamativo: 19 lanzamientos del Logroño por 28 de su oponente.
Tenía que mejorar mucho el conjunto del Palacio si quería llevarse la victoria, especialmente en las concesiones defensivas. Y tratar además de controlar un encuentro ingobernable e igualado hasta la recta final (20-20, minuto 39). Poco a poco, las defensas han ido poniéndose a tono. También ha entrado en escena Sergey Hernández, completando una segunda parte estratosférica y parando a casi todos los jugadores de Cuenca. Porque a Leonardo Dutra Ferreira, autor de once goles, nadie ha podido hacerlo.
25-25 en el electrónico a falta de ocho minutos, llegaba la hora de la verdad. Ahí, como tantas otras veces, los logroñeses no han fallado. Han sabido mantener la calma y conseguir abrir brecha por primera vez (29-26). Todo en medio de un ambiente crispado, lleno de decisiones polémicas y parones constantes. Al final, con sangre, sudor y lágrimas, se hicieron los deberes. La fuerza colectiva ha vuelto a hacer volar a los locales, y por eso, el sueño de la segunda plaza sigue ahí…
