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Víctor cae en su primer partido de San Mateo y se complica su pase a la final

Víctor Esteban tenía ante sí el escenario perfecto. Un Adarraga lleno, debut en la Feria de San Mateo, la afición volcada y a su favor e ilusión por bandera. Pero no ha podido ser. Él y su compañero Zabaleta (azules) han caído ante los rojos Olaizola II y Rezusta (22-16). Duelo largo que se ha decidido por detalles. Inicio malo del riojano, recuperación, pero finalmente la veteranía ha podido sobre la juventud y los rojillos se han llevado el gato al agua.

Los colorados han arrancado de forma impecable (6-1). Olaizola II ha empezado de forma prácticamente infalible, tanto en la finalización de tantos como en el desgaste hacia la parte trasera del frontón. Cada tanto valía oro y desde muy pronto se ha librado una auténtica batalla. Víctor ha comenzado a enchufar tantos, poniendo todo al rojo vivo (6-4).

Zabaleta, muy exigido desde el inicio, ha sido capaz de resolver situaciones complejas desde más allá del ‘7’ y Rezusta no lo hacía menos. Con los cuatro rindiendo a un buen nivel, los ingredientes estaban resultando en un gran espectáculo en el Adarraga (8-5). Muy sólida, la pareja navarro-guipuzcoana ha abierto brecha (11-6). Víctor trataba de provocar el fallo de Olaizola, pero el de Goizueta llegaba absolutamente a todo. 12-7 al primer descanso.

Cuando todo parecía cuesta arriba para los azules, han sacado fuerzas de flaqueza. A Víctor le ha faltado ser más directo, pero su insistencia y tenacidad ha dado sus frutos (14-12). La afición creía. “Sí se puede, sí se puede”, el griterío era atronador en cualquier zona (14-14). A partir de ahí, los pequeños detalles han comenzado a favorecer a los rojos. Chapa de Víctor, una bola que no entra por poco… 18-14 en un visto y no visto al segundo intervalo.

Al final, Olaizola y un excelente Rezusta han sido más certeros en los momentos importantes, para acabar imponiéndose. Derrota que complica sobremanera el futuro del ‘pelaire’ en este Torneo, dejándole con pocas posibilidades de disputar la final. 743 pelotazos de espectáculo por todo lo alto con decepción para la parroquia local.

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