Reme se queda. Por segunda vez en doce días, los vecinos de Anguciana han logrado impedir el desahucio de Reme, su vecina de 77 años que lleva medio siglo residiendo en la vivienda de la que es propietario su hijastro, Carlos Ballugera, recientemente nombrado defensor de los consumidores por el Ministerio de Sanidad.
A falta de que el Juzgado vuelva a señalar una nueva fecha para ejecutar el lanzamiento, Reme puede seguir en su vivienda gracias a la implicación vecinal del municipio riojalteño. “Sabemos que está haciendo su trabajo, como el cerrajero o como yo, que soy cocinero, pero dentro de nuestro corazón sabemos que esto no está bien”, le explica una de las vecinas a la Guardia Civil, que se marchó entre aplausos.
Justo después, Ana y Laura -hijas de Reme- atendieron a los medios de comunicación para explicar que “creemos que es una injusticia y vamos a seguir hasta el final con todas las consecuencias, porque es nuestra vida, es nuestra madre y es el deseo de nuestro padre”. “Le hemos pedido a Carlos (Ballugera) parar el desahucio y hablar con calma; donde quiera y cuando quiera, pero nos ha dicho tajantemente que no, que le entreguemos las llaves y luego negociamos”, apuntan.
Laura Ballugera ha expresado que a su hermanastro “se le olvida que esto no es ninguna negociación, es la palabra que le dio a su padre, que le dio a su ‘tía’ (como Ballugera se refiere a Reme) y que nos dio a nosotros”. “Se trata de que nos aclare por qué ha emprendido esta guerra de esta manera, porque todo el mundo sabe que tiene una posición acomodada y no necesita la casa para nada”, ha añadido.
Una mujer valiente
Su hermana Ana Rosa ha subrayado que Reme “es muy valiente”. “Mucha gente ha pedido que paremos esto en su nombre, pero nunca hemos hecho un movimiento sin contar con ella. Está desgastada, envejecida, triste… está muy mal, pero es la primera que quiere llevar esto hasta el final. La gente que está aquí es la vitamina que la mantiene”, ha agregado.
Las hijas de la anciana, que además tiene un grado de discapacidad de en torno al 50%, han afeado las formas en que Carlos Callugera se hizo con la vivienda en propiedad: “Realizó una simulación porque (en 1991) había un lanzamiento hipotecario y mi padre pensó en él porque era una persona en quien se podía confiar; él dijo que se hacía cargo de la deuda. En ningún momento hay una compra-venta al uso ni una entrega de llaves. Se va a quedar con esa casa por 2.800.000 pesetas”.
Asimismo, han relatado la “absurda” escena que se produjo la última vez que intentaron comunicarse con el nuevo presidente de los defensores del consumidor: “Al vernos se escondió en un portal. Le llamamos por teléfono y conseguimos que se acercara, pero nos dijo ‘¿Traéis las llaves? Si no las traéis, largaos’; se metió en su casa y llamó a la Policía porque había unos intrusos molestándole”.
Las hijas de Reme coinciden en señalar a la venganza como principal motivación que ha llevado a Carlos Ballugera a recurrir a la vía judicial para desahuciar a su madrastra de la vivienda de Anguciana. “Ha comido en nuestra mesa, ha asistido a bodas y bautizos de la familia, es padrino de bodas y de nuestros hijos… Pero al morir mi padre vino ‘a recoger lo que es mío’ nos invitó a encontrarle acomodo a nuestra madre”.
