La SD Logroñés ha caído en un duelo directo frente al Teruel (0-2) y queda muy tocada de cara a final de temporada. Muy mal partido de los blanquirrojos, incapaces de dominar ni las áreas ni el centro del campo. Segunda derrota consecutiva para el cuadro de un Aitor Larrazabal que solo ha logrado un triunfo en los diez partidos que lleva en el banquillo. Los tantos de Salado en propia puerta y Borja Martínez mantienen su cuenta de puntos en 25, en una zona de descenso que cada día aprieta más. El Teruel les supera, con 27, y además les iguala el golaveraje de la ida. En resumen, se acumulan los problemas en cascada y peligra la categoría.
Para Larrazabal era “una final” y la ha perdido. Un duelo directo por la permanencia que los locales han afrontado con las bajas de Damià por lesión y sobre todo, la de su pichichi Jordi Escobar por lesión. Con esos condicionantes, el entrenador ha colocado a Uri en portería, con una defensa continuista (Gexan, Trespalacios, Aurtenetxe y Paredes). En el centro del campo se han situado Curro, Salado y por fin, Dani Garrido como titular. Por último, la ofensiva ha estado compuesta por Jaráiz, Manny y Ferni. Banquillo nuevamente para Schmerböck, junto a otros futbolistas como Óscar Fernández, Castellano o Conejero, duda en la previa.
Situado solo un punto por debajo de los riojanos al arranque, el Teruel no ha venido a la expectativa. Reforzados tras dos victorias consecutivas y acompañados por casi 200 hinchas en el Fondo Sur, los aragoneses han saltado más incisivos. Borja Martínez ha avisado al cuarto de hora y poco después, Aitor Pascual se ha internado en el área y tras recortar, ha mandado el balón al exterior de la red. A la tercera ya no han perdonado los aragoneses, Tena ha centrado e involuntariamente, en un envío venenoso al corazón del área, Salado ha acabado metiéndose la pelota en su propia portería. Mazazo durísimo del que los blanquirrojos ya no se han podido levantar.
Bien plantados y con dominio del centro del campo, los visitantes han aprovechado la ansiedad de los locales. Otra vez, la presión que tanto les afecta cuando juegan en Las Gaunas. Vuelta a la vieja película, la de las imprecisiones, los errores y la incapacidad de ganar las áreas. Dudas en defensa y también en la ofensiva, puesto que Taliby, guardameta visitante, solo ha tenido que intervenir una vez para blocar una pelota. Se ha notado y mucho la ausencia de Jordi Escobar. No solo es el gol que aporta, también el juego de espaldas, la asociación con sus compañeros y muy importante, la sensación de peligro que genera.
Incapacidad de reacción y derrumbe
Antes de empezar la segunda mitad, Larrazabal ha sacrificado a un discreto Ferni por Óscar Fernández. Ya lo subrayó el vizcaíno: “Si encajamos, no debemos caernos”. Debía reaccionar la SD Logroñés e imponerse sobre un Teruel incisivo y vertical, que incluso ha amenazado con el 0-2. La única réplica riojana en mucho tiempo ha llegado con una falta ‘golosa’, casi sobre la línea frontal, que Dani Garrido ha estampado frente a la barrera. Les hacía falta más energía y pegada a los riojanos, así que han ingresado Castellano y Luzzi. Sin embargo, poco después de este movimiento, ha llegado el 0-2.
Foto: CD Teruel
Pascual ha centrado desde la banda diestra y Borja Martínez, de potente cabezazo, ha sentenciado el encuentro en el minuto 68. Todavía ha podido ser peor, pues Dani Garrido ha cometido un impropio fallo y Naranjo ha perdonado el 0-3. Descomposición total de una impotente SD Logroñés incapaz de marcar una de sus únicas tentativas claras. Tras un gran pase de Garrido, Óscar Fernández se ha plantado ante Taliby y ha errado este mano a mano. Schmerböck, recién salido del banquillo, también ha errado su rechace. No salía nada y la recta final se ha convertido en un viacrucis para el equipo y la afición. Mucho corazón, pero muy poca cabeza.
Ya sin partido, Uri ha salvado el 0-3, en una falta directa lanzada por Aitor Pascual. Hoy por hoy, hay un mundo de diferencia entre los estados de forma de SD Logroñés y Teruel y el campo solo lo ha demostrado. A la Sociedad no le queda otra que ir a Sestao a jugar otra final, si cabe, todavía mucho más importante que la jugada este sábado.
