Salud

Los testamentos vitales se disparan en La Rioja

La Rioja duplica las cifras de testamentos vitales en los últimos seis años

Hablar de la muerte, y aún más de la propia, es un tema que resulta complicado de abordar. Sin embargo, en La Rioja cada vez más personas optan por enfrentar esta realidad de manera anticipada y decidir cómo desean que sean sus últimos días de vida. En La Rioja, en los últimos años, los testamentos vitales han experimentado un notable crecimiento.

Los datos ofrecidos por el INE muestran que en los últimos años los riojanos han apostado por hacer este documento de instrucciones previas. Si en 2018 sólo eran 2.675 las personas que lo tenían hecho, en enero de 2024 -(último dato registrado por el INE)- ya eran 5.342 personas. Además no dejan de aumentar, según los datos del Servicio Riojano de Salud, a 15 de marzo de este año ya había 5.703 testamentos vitales registrados en La Rioja. Más aún, La Rioja es la tercera comunidad con más porcentaje de testamentos vitales tras Navarra y el País Vasco.

Y todo ello a pesar de que hay lista de espera para poder hacerlo. “El incremento tras la aprobación de la Ley de Eutanasia ha sido enorme y estamos intentando solucionarlo pero tenemos una lista de espera para registrarlos presencialmente de unos dos meses, aunque si es un caso urgente, como no podía ser de otra forma, le damos prioridad”, comenta Ana López, una de las médicos que atienden el servicio.

Más de mil riojanos lo han hecho en el último año. “La mayoría de los que lo hacen son mujeres, más de un 64 por ciento, y la media de edad está en torno a los 70 años aunque cada vez viene gente más joven”.

Hacer el testamento vital puede parecer complejo, pero no lo es. Su esencia es simplemente la expresión por escrito de la voluntad de un paciente respecto a los tratamientos médicos que desea recibir o aquellos que no está dispuesto a aceptar. En el documento se dejan escritas las instrucciones sobre si alargar o no la vida en la situación de que el paciente no pueda tomar una decisión en ese momento (sondas de alimentación, respiradores, no reanimación..).

Además, en el documento queda también reflejado la decisión de ser o no donante de órganos o incluso la decisión sobre la posibilidad de ejercer el derecho a la eutanasia. “Un 84 por ciento de las personas que han hecho el testamento vital son partidarios de ejercer este derecho si llega el momento. Se les explica bien que se ejercerá únicamente en los casos en los que lo permite la ley y siempre que la persona no tenga capacidad en ese momento para decidir”.

Con el avance de la medicina, se hizo evidente la necesidad e importancia del consentimiento informado, que implicaba la participación activa del paciente en la toma de decisiones junto con su médico acerca de los tratamientos a seguir. Sin embargo, existen circunstancias en las que el paciente no puede decidir sobre su propia salud debido a la incapacidad provocada por la enfermedad, un accidente o el proceso natural del envejecimiento. En tales casos, una herramienta vital para asistir al personal médico es considerar la voluntad del paciente expresada previamente a la pérdida de su capacidad para razonar. “El documento se registra a nivel nacional, se incluye dentro del historial clínico del paciente, para que en cualquier lugar del territorio español se tenga conocimiento de esta circunstancia”.

Para que esta declaración sea válida, es necesario que la persona que la firme esté en pleno uso de sus facultades mentales. La firma debe realizarse en presencia de tres testigos o, alternativamente, con la intervención de un notario. Der los tres testigos sólo uno puede tener relación familiar con el solicitante. Además, permite designar un representante legal encargado de velar por el cumplimiento de esas decisiones médicas y tomar decisiones en caso de que surjan eventualidades no contempladas en el testamento escrito.

El testamento vital, reconocido legalmente en España desde el año 2002 con la Ley de Autonomía del Paciente, una vez firmado, se deja en un registro de voluntades vitales creado con este propósito. En La Rioja, este registro se encuentra en el CARPA de Logroño, concretamente en el servicio de Prestaciones y Farmacia. Para completar el registro, se requiere una fotocopia del DNI del otorgante y de los testigos. También es posible realizarlo de forma electrónica a través del portal de Riojasalud de larioja.org.

El documento puede cambiarse a lo largo de la vida siempre que la persona tenga sus capacidades íntegras y “únicamente se recurre a este documento cuando el paciente no se encuentre en pleno uso de sus facultades”.

“Cada vez hay más concienciación con este tema y tener una muerte digna, la gente que viene lo tiene muy claro y está funcionando mucho el boca a boca entre los riojanos porque las encuestas de satisfacción entre los usuarios es muy buena”, explica Gonzalo Aparcio, director general de Prestaciones y Farmacia de la Consejería de Salud y Políticas Sociales.

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