Después de que la SD Logroñés haya caído ante el Teruel (0-2), su técnico Aitor Larrazabal ha reflejado un rictus serio. Décimo partido para el técnico en el banquillo blanquirrojo y una sola victoria. Las cosas no están saliendo: “Duele mucho, porque era un partido muy importante para nosotros. El hecho de ganar nos llevaba a alejarnos de un rival directo en cuatro puntos. Las sensaciones no han sido las mejores, parece que si nos hacen un gol, nos dejan muy tocados”. Refiriéndose al 0-1, lo ha calificado como “jugada desafortunada”, pero ha llamado la atención sobre el error previo, al dejar centrar un balón lateral.
“Está en nuestro debe, lo entrenamos, intentamos solucionarlo y a veces, ocurren estas cosas. Lejos de reivindicarnos, estamos más desafortunados”, ha reflexionado el vizcaíno. La cabeza es central, tal y como ha reconocido: “Es la presión que tienen los jugadores de estas en la situación donde están, el no querer defraudar a la afición, es el tercer entrenador esta temporada y ven que las cosas no salen”. También ha reconocido el sufrimiento de sus jugadores, aunque ha admitido que “no han hecho lo suficiente para ganar un partido”. Por ello, ha pedido casta: “Es una cuestión de cabeza y orgullo, cuando no estamos bien en lo futbolístico, hay que tirar más de eso”.
Sin pelos en la lengua, Larrazabal ha remarcado que la derrota es “un paso atrás”, envidiando la “convicción” de su rival, aspecto que ha definido como crucial. Preguntado por esta cuestión, ha respondido lo siguiente: “Seguro que la falta de convicción es un porcentaje de lo que les falta a los chicos ahora mismo, falta de fe en sus posibilidades. No son tan malos como los números demuestran. Esto ocurre, no vamos a ser el primer equipo ni el último. Desgraciadamente, estamos en ese bache que no nos deja mostrar nuestras mejores sensaciones y desde luego, nuestras cualidades”.
La sanción de Jordi Escobar, por sanción, también ha afectado. Sin embargo, el técnico no ha puesto paños calientes: “Sabemos lo importante que es en la ofensiva y no hemos podido contar con él. No puede ser una disculpa que él no esté, hay otros 21 compañeros que tienen que intentar demostrar el por qué están aquí”. En ese sentido, ha repetido su mensaje anterior: “Hay una máxima, ya no en el fútbol, sino en la vida; hay que tirar de orgullo y de casta y por lo menos, se tiene que ver que defendemos unos colores y tenemos orgullo y casta”.
Por eso, ha querido pedir perdón a la afición: “Cuando un equipo no funciona, el aficionado, el socio, está triste. Nosotros también lo estamos y vamos a seguir trabajando en pos de conseguir esa victoria el sábado”. Un encuentro frente al Sestao River que ha calificado de “el más determinante”. “Nos tenemos que levantar cuanto antes. Nos va a costar, nos va a costar, porque es una derrota dolorosa. Hay que rumiar esta derrota, los jugadores son conscientes de la importancia que tenía el envite y tienen que analizar conjuntamente con nosotros lo que no han hecho bien”.
Todo ello, para ganar en Las Llanas con “convicción”. Será importante que el equipo se adelante: “Cuando nos pusimos por delante ante el Arenteiro y el Sabadell, nos hicimos más fuertes, porque la confianza de los chicos suben. Cuando no es así, pecamos de muchas acciones después. El Teruel ha sido justo vencedor porque ha estado mejor que nosotros, esa es la evidencia”.
