Qué fue antes, el huevo o la gallina, es -muy posiblemente- el debate que más veces ha circundado el ser humano desde que adquirió la capacidad de comunicarse con sus semejantes. El Sereno no tiene pruebas, pero tampoco ninguna duda, que los debates sobre la doble fila en Logroño deben tener su origen (año arriba, año abajo) en la misma época.
Basta esperar a un día de lluvia y acercarse por el entorno de la calle Barrera para comprobar cómo los coches en doble fila brotan como setas. “La academia de inglés, la de música y la oficina de Correos se llenan de coches en doble fila a ambos lados de la calle que obligan a circular por medio a los vehículos de ambos sentidos”, denuncia una vecina, hastiada de una situación casi eterna.
“Aparcan en las aceras, en la entrada de garajes y es casi imposible sacar el coche aparcado correctamente de la calle a esas horas”, concluye.
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