Foncea, Herramélluri, Santo Domingo de la Calzada, Ocón, Torrecilla… y ahora también El Rasillo. Los robos de cable están empezando a ser el día a día de muchos municipios riojanos. Los ladrones buscan cobre, muy bien pagado en el mercado negro. Unos robos que hacen que los vecinos, además de ver cómo los ladrones destrozan postes de telefonía para hacerse con el ansiado botín, se queden durante días sin comunicaciones, con el perjuicio que supone para particulares, bares y empresas de la zona.
El último municipio en sufrir uno de estos robos ha sido El Rasillo de Cameros. Al menos un intento. Todo comenzó el pasado viernes, cuando los vecinos comprobaron la falta de cobertura telefónica y de internet. Lo habitual de los fallos en las comunicaciones en el Camero Viejo provocaron que nadie le diese mayor importancia, pero con el paso de los días se dieron cuenta de que los ladrones habían hecho de las suyas.
La operativa es casi siempre la misma. En una primera visita se cortan los cables y una segunda sirve para robar el cobre. No llegó a ser así en el caso del intento de robo que tuvo lugar lugar en el camino que conduce al Club Náutico del embalse González Lacasa. En la zona, sólo El Rasillo y Montemediano no cuentan con fibra -cuya implantación es inminente- y desde el Consistorio se intuye que los cacos se hayan querido adelantar a que Movistar se lleve los cables y el cobre.
Pero El Rasillo, a pesar de ser el último municipio afectado, no es el único. En Foncea, el robo de cobre se ha convertido ya en una costumbre. Tras varios robos en los últimos años, el pasado 10 de enero los ladrones se llevaron incluso varios postes de telefonía completos. A los perjuicios habituales en este tipo de golpes se suma que los postes siguen tirados e impiden que se puedan labrar las tierras.
Herramélluri ha sido otro de los municipios afectados. Los robos comenzaron hace mes y medio, cuando los ladrones se llevaron casi 200 metros de cobre en el entorno de la ermita de la Virgen del Poder. Las sustracciones se volvieron a repetir unos días después. Las consecuencias de esta última fueron ocho postes serrados, sin rastro del cobre. El alcalde, Emilio Gómez, apunta que “además de los robos la cuestión es saber por qué esas líneas siguen ahí, si una vez que tenemos fibra ya no tienen ninguna función; habrá que luchar para que Telefónica los vaya quitando”.
También en Ocón han sido víctimas de la ‘fiebre del cobre’. Cuatro robos en pocos días han afectado a las comunicaciones de dos de los municipios. “El primer robo fue en la carretera de Los Molinos a La Villa, que fue la que dejó sin teléfono al municipio, y después hemos tenido tres más; uno de ellos ha dejado también a Las Ruedas sin teléfono”, explica su alcaldesa, Inmaculada Ortega, que detalla que La Villa de Ocón lleva ya tres semanas sin conexión telefónica.
“Debe ser una banda que opera por toda La Rioja y algunos vecinos dicen que han visto a personas ‘disfrazadas’ con los buzos de la empresa gestora; como piensan que están trabajando, no son conscientes del robo hasta que llegan las temidas consecuencias”.
En Santo Domingo de la Calzada han visto, incluso, afectadas sus comunicaciones por carretera a causa de los robos de cobre: los ladrones derribaron una veintena de postes junto a la carretera LR-204, que comunica la ciudad con Cirueña, para hacerse con más de 1.800 metros de cableado.
También en campos de fútbol y polígonos
Si los municipios están siendo el centro de operaciones de la ‘banda del cable’ estos días, otras de las instalaciones que son habituales entre sus fechorías son los campos de fútbol. El estadio Luis de la Fuente de Haro, las instalaciones del Mundial 82 de Logroño, el municipal de Pradejón o La Planilla de Calahorra también han sido víctimas de los ladrones en los últimos años.
Otro punto habitual de robo son los polígonos industriales. Aprovechando la falta de actividad los fines de semana, son muchos los que ya han sufrido este tipo de robos cada vez más en auge.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no permanecen ajenos al auge de este fenómeno y en las últimas semanas, tanto Guardia Civil como Policía Nacional, han intensificado la vigilancia para poner coto a esta ‘fiebre del cobre’ que trae de cráneo a una decena de municipios riojanos.
