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Un 2023 negativo para un centenario Calahorra: descenso y apuros en Segunda Federación

Foto: UD Logroñés / Riojapress

El Calahorra despide un año 2023 bastante negativo a nivel deportivo. En medio de su centenario, los riojanos pasaron de jugar en Primera Federación a hacerlo en una categoría inferior (Segunda Federación). Tras un verano con cambios sustanciales en la plantilla y la dirección deportiva, los calagurritanos comenzaron la temporada con la intención de ser competitivos. Sin embargo, los resultados no les han acompañado demasiado. Los rojillos son undécimos en el Grupo II y se tomarán las uvas con solo tres puntos de margen respecto al descenso. El playoff, una ilusión a inicio de temporada, ya está a catorce puntos de distancia.

Enero arrancó con el equipo situado como colista de la Primera Federación. En las pasadas Navidades, el club contrató a Carlos Pouso como entrenador, con la utópica tarea de salvar a un conjunto casi hundido. Pronto, el fútbol demostró que mantener la categoría no iba a ser posible. El equipo concluyó el primer mes del año con un punto en cuatro partidos y para colmo, sufrió un desastroso mercado invernal. En dicha ventana llegaron siete jugadores, entre los que se encontró Kortazar (ex de la UD Logroñés) o los delanteros Aritz Pascual y Pablo Saénz, con la intención de arreglar su falta de gol. No lo consiguió: de hecho, su sequía continúa incluso ahora.

Foto: CD Calahorra / Encuentro frente al Barcelona Atlètic en La Planilla

Todavía peor para los riojabajeños fue ver como hasta doce futbolistas causaron baja: el portero Valera, los defensas Canella, Edu Luna, Sukía y Recio; los centrocampistas Carrasco, Fer Cano y Robles, más los atacantes Chinchilla, Forcén, Barace y Gabarre. Una sangría que sentenció una temporada para el olvido. Es cierto que Pouso logró su primera victoria como técnico rojillo a inicios de febrero. Fue contra el Numancia (0-1), con gol de Baselga, que rompió una racha de once jornadas sin ganar. Aun así, Los Pajaritos solo resultó un espejismo, un esbozo de una reacción nunca llegó.

En las ocho jornadas posteriores a Soria, el Calahorra solo pudo ganar en una ocasión (Bilbao Athletic a domicilio, 2-3). Una victoria que, para colmo, conllevó la lesión grave de Quezada. Barrera llegó para sustituirle. El viacrucis continuó hasta Semana Santa y asumido ya el descenso virtual, llegó la mejor versión del equipo. Sin presión, los rojillos se impusieron ante el Castellón en la jornada 31 (1-2 con remontada y doblete de Baselga). El propio atacante, que finalizó la 2022/23 con doce goles, también marcó el gol de la victoria ante el Cornellà en la jornada 33 (2-3). Al menos, un poco de orgullo hasta que las matemáticas dictaron sentencia.

Lo hicieron el 7 de mayo, día en que la entidad presidida por Tomás Lorente descendió a Segunda Federación. Lo hizo tras concluir su partido de la jornada 35 con derrota frente a La Nucía (2-1). Asumido el fracaso deportivo, quedaron tres jornadas de competición. Quedaron tres choques sin nada en juego y en la última jornada, los riojanos se despidieron de su afición con triunfo ante el Intercity (2-1). Concluido el curso, llegaron los cambios sustanciales.

El adiós de Eduardo Arévalo cerró una etapa en el CD Calahorra

El 28 de mayo, Eduardo Arévalo anunció su salida de la dirección deportiva del club, después de nueve años de desempeño en el club. Primero fue entrenador y luego, como director deportivo, etapa durante la que llegó a disputar un playoff de ascenso a Segunda División. Su sustituto, anunciado días después, fue Carlos Pouso, que añadió la dirección deportiva a su cargo como entrenador. Su objetivo fue construir un equipo que pudiera ser competitivo en la Segunda Federación. Una categoría en la que fueron englobados junto a seis equipos vascos, cinco navarros, cuatro aragoneses, además de los otros dos riojanos, Náxara y UD Logroñés.

En cuanto a la plantilla, hubo una revolución total. Con la única continuidad de Miguel Martínez, llegaron 20 jugadores nuevos. Gonzi llegó en la portería; Sola, Lecea, Barandiarán, Zaldúa, Cantero, Ekhi Senar, Bolado y Recio en defensa; Castillo, Lizaso, Cristian Sanz (también central), Oier Herrera y Julen Ekiza en el centro del campo; los extremos Jorge Domínguez, Jorge Pérez, Pau Miguélez y por último, los atacantes Kevin Soeiro, Uzkudun y Raúl Rubio. A esta relación se unió el nombre de Luis Martínez de Quel, llegado en el mes de septiembre y dado de baja en diciembre. Una mezcla de jugadores en su mayoría nuevos y jóvenes. Una incógnita.

Siempre es un privilegio cumplir 100 años y el club lo celebró por todo lo alto. Se diseñó un nuevo himno para el club y en mitad del verano, Calahorra acogió el primer partido de pretemporada frente a la Cultural Leonesa, entidad que también ha soplado las 100 velas. Las conmemoraciones siguieron durante los siguientes meses. Durante el mes de septiembre, una mesa redonda reunió a cuatro ex entrenadores del club: Serafín García, Diego Martínez, Eduardo Arévalo y Emilio Remírez. Como colofón, ya en noviembre, los veteranos del Calahorra y el Athletic de Bilbao celebraron un encuentro amistoso.

Foto: CD Calahorra / Presentación del nuevo himno

Más allá de lo institucional, pronto lo deportivo tomó prioridad. A principios de septiembre, el equipo empezó a competir. Lo hizo por todo lo alto, pues se colocó líder tras vencer a la Mutilvera (3-0) y al San Juan (0-1). Tampoco recibió goles en sus dos primeras rondas de Copa Federación, sufriendo su primer derrota en la final autonómica frente a la UD Logroñés (0-3). A partir de ahí, su solidez inicial se desvaneció y el equipo comenzó un gran bache durante septiembre y octubre. De la tercera a la novena jornada, la plantilla solamente pudo ganar al Náxara en La Salera (0-1). Un tramo en el que además, solo pudo celebrar dos goles. La sequía de cara a puerta era un hecho.

Noviembre comenzó con un triunfo balsámico ante el Brea (2-1), pero el derbi riojano ante la UD Logroñés volvió a dejar pésimas sensaciones. Los visitantes fueron vapuleados en Las Gaunas (4-0). “Hemos salido cagados”, reconoció Pouso. Las malas sensaciones continuaron con una derrota asumible frente al líder Bilbao Athletic (1-0), pero otra muy decepcionante en Barbastro (1-0), que dejó al equipo a las puertas del descenso. Menos mal que llegó un triunfo frente al Izarra (2-1), que alivió algo las aguas. Pero nuevamente, el equipo no pudo continuar su racha: empató frente al penúltimo en Egüés (1-1) y cayó frente al Alavés B antes del parón (0-2).

Foto: UD Logroñés/Riojapress | Miguel Martínez de Corta intentó estirarse para evitar un gol de la UD Logroñés, sin éxito

Dieciséis jornadas de competición que finalizan con 17 puntos para el Calahorra y lo más preocupante, solo once goles a favor. Casi una vuelta de Segunda Federación donde ha quedado claro que el objetivo para 2024 será la permanencia. Más allá de un inicio prometedor, el equipo no ha sido capaz de ganar más de un partido en el resto de competición. Vista la situación actual, el cambio de año llega con la necesidad de encontrar más argumentos ofensivos. Para eso está el mercado de fichajes, con el objetivo de que, al menos, los riojabajeños puedan mantener la categoría sin apuros. Pero eso ya será tras las campanadas.

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