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El Calahorra desciende matemáticamente a Segunda RFEF

Foto: CD Calahorra

El Calahorra ha descendido a Segunda RFEF de forma matemática, a falta de tres jornadas para el final. Los rojillos han caído frente a La Nucía (2-1) y eso ha desembocado en el inevitable final. Javi Gómez ha anotado una falta directa para los alicantinos, pero Santana ha igualado inmediatamente después, muy poco antes del descanso. En la segunda parte, el propio Javi Gómez ha puesto el segundo, condenando definitivamente a los riojabajeños.

Cinco años después, los rojillos abandonan el tercer escalón del fútbol español. Después de campeonar y ascender desde Tercera, los rojillos llegaron a la Segunda División B en la 2018/19. Otro hito llegó en la 2020/21, con el ascenso a Primera RFEF e incluso, la disputa del playoff a la liga de plata. Fueron los mejores momentos de un Calahorra que logró resistir un año más, pero que no ha podido superar una 2022-23 llena de infortunios y tristezas.

La campaña arrancó con Juan García Acedo en el banquillo y la continuidad de solo cuatro jugadores (Miguel, Zubiri, Barace y Arias). Un bloque nuevo siempre tiene riesgos y futbolistas como Vidorreta, Sergio Gil, Santana, Ibarrondo, Gabarre o Baselga renovaron el vestuario. Llegó la competición y pronto los resultados no acompañaron. Siete jornadas tardó en venir la primera victoria, a domicilio frente a la SD Logroñés (0-2). La segunda se logró en la décima jornada, con un triunfo frente al Real Unión (3-0). Desde entonces, no ha llegado otra más en su campo. Eso explica muy bien la trayectoria rojilla.

Foto: CD Calahorra

Para dar un volantazo a la situación, la directiva destituyó a Juan García. Dos jornadas estuvo Israel Vicente como interino, una transición hasta que llegó Carlos Pouso. El de Leioa asumió el cargo en plenas Navidades, con el equipo hundido en el fondo de la tabla. Si bien las sensaciones mejoraron, la racha era nefasta y una nueva victoria no llegó hasta la jornada 22. En los Pajaritos, los rojillos rompieron una tendencia de doce partidos sin ganar (0-1). Al término de esa jornada, el Calahorra tenía 17 puntos y estaba ya a diez de la salvación. Además, solo había anotado quince goles.

El mercado de invierno tampoco trajo buenas noticias: llegaron siete jugadores y se fueron once, con bajas muy importantes (Canella, Robles, Gabarre o Barace). Las malas noticias no cesaron: Gustavo Quezada sufrió una lesión en Lezama y llegó Álex Barrera para sustituirle. Aun así, los detalles siguieron perjudicando a los riojabajeños, que competían bien, pero naufragaban en las áreas. Perjudicado por cada detalle, el Calahorra quedó descolgado de la lucha por la permanencia. Su duelo particular fue con el Bilbao Athletic, por evitar el farolillo rojo. Algo que, de momento, ha conseguido.

Cuando asumieron su destino, los hombres de Carlos Pouso se quitaron la presión. Gracias a ello, lograron vencer por dos veces a domicilio, tanto en Castellón (1-2), como en Cornellá (2-3). Una demostración de orgullo por parte de unos jugadores que nunca han perdido la cara a la competición. Apenas han encajado goleadas y de hecho, sus tres últimos partidos en casa han acabado con 0-1.
Ahora, toca volver a levantarse y afrontar la Segunda RFEF con la ilusión de volver.

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