El Logroño La Rioja buscará este miércoles ante Ademar su séptima victoria consecutiva en la Liga Asobal, con lo que remataría un final de primera vuelta excelente y se aseguraría al menos ser cuarto y así jugar la Copa, el próximo fin de semana en Irún.
El equipo riojano llega a este encuentro con la mejor cara de la temporada, a pesar de haber quedado eliminado de Europa, y consciente de que cuando juega a su mejor nivel es superior a muchos de los rivales de la competición española, como ha demostrado en el último mes.
No obstante, tampoco hay que pasar por alto que en estos meses ha sido un equipo “bipolar” que ahora pasa por un buen momento pero que empezó la campaña a un nivel mucho más bajo, lo que le ha impedido luchar por cotas más altas.
En cual quier caso “lo que nos falta es rematar” aunque “ganar siete partidos seguidos no es fácil”, ha asumido el entrenador del Logroño, Miguel Ángel Velasco, en declaraciones a EFE.
“Lo que sí tenemos claro es que dependemos de nosotros mismos para ser cuartos y para lograrlo hay que acabar bien” aunque “sabemos que no va a ser fácil, el Ademar también se juega bastante, es casi una final para ellos”.
Velasco prefiere no mirar atrás, aunque admite que “con dos o tres puntos más estaríamos en el tercer puesto” pero “lo importante es que hemos terminado haciéndolo bien, aunque falta este partido, y que ahora todos los jugadores aportan y transmiten buenas sensaciones”.
Para el Logroño, este partido -al margen de la Copa, si la juega- suponen el poner fin a un ciclo marcado por la “estrechez” de plantilla, ya que durante el parón hasta la segunda vuelta recuperará a Ángel Rivero y Javier García.
Pero todavía debe afrontar sus encuentros con “jugadores que van al límite” por problemas físicos que, no obstante, les permiten jugar; los casos más significativos son los de Palomino, renqueante desde hace unas semanas, y Uríos, que juega a pesar de tener un dedo de una mano dañado y del que, incluso, podría ser operado en las próximas semanas.
