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Las dudas iniciales le cuestan puntos a la UD Logroñés

Foto: UD Logroñés / Riojapress

En las últimas semanas, la UD Logroñés sufre para mantener su concentración antes de romper a sudar. Para muestra, las cifras: los blanquirrojos han recibido sus cuatro últimos goles en los primeros minutos iniciales de la primera o la segunda mitad. Así ocurrió en el Ciudad de Tudela, en Zubieta y por último, este pasado domingo frente al Gernika. No había ocurrido en toda la temporada, pero esas tres ocasiones han costado puntos y alejado el ascenso directo, en manos de un insaciable Bilbao Athletic (40 puntos, frente a los 28 de los riojanos).

El primer indicio de desconexión ocurrió en Tudela. A los 47 minutos de partido, Kike Royo salvó un remate de Joel dentro del área, pero Mikel Santamaría recogió el rechace y adelantó a los navarros. A pesar de que Iñaki pudo empatar el partido un cuarto de hora después, los blanquirrojos se fueron sin victoria. Días más tarde, su entrenador Diego Martínez reflexionó sobre lo sucedido: “Fuimos de menos a más y me quedó una sensación agridulce, creo que si ellos no se hubieran adelantado, nos hubiéramos llevado el partido. Sin embargo, parece que tienen que hacernos ese gol para reaccionar y poner toda la carne en el asador”.

Tras el derbi frente al Náxara (victoria 5-0), los problemas volvieron a reproducirse en Zubieta, donde la UD Logroñés cosechó su primera derrota liguera ante la Real Sociedad C (2-0). Ni se habían cumplido los veinte segundos cuando el colegiado señaló penalti sobre Ugarte. No lo era, pues la infracción fue fuera del área. Desde los once metros, Guibelalde adelantó a los suyos en el minuto 2 de encuentro. A pesar del fallo del colegiado, los blanquirrojos pecaron de falta de intensidad, por permitir que el balón llegase tan temprano a una zona de peligro. Sirva para ello el grito de un aficionado presente en el País Vasco: “¡Venga chavales, que estáis dormidos!”.

Esta ‘caraja’ volvió a producirse en el segundo minuto de la primera parte. El filial txuri-urdin combinó en el centro del campo de forma muy rápida. Ugarte y Capdevila intentaron cortar el pase de Zubizarreta hacia Mariezkurrena. No lo lograron y Mariezkurrena se aprovechó del espacio libre para encarar y ejecutar un zurdazo directo a las mallas. En esa ocasión, ambos despistes se unieron a la falta de puntería. En palabras del entrenador: “La Real C se acercó tres veces a portería e hizo dos goles y un palo. Te vas a casa pensando que hicimos muchas cosas para ganar y con poco te ganaron”.

Ante el Gernika, el cuento acabó con la mayor goleada de la historia del club (7-1). Sin embargo, el inicio blanquirrojo no fue nada bueno. A los cuatro minutos, Gallastegi se anticipó a Cristian y Ugarte para empujar el balón casi sobre la línea. Pudo ser mucho peor la cosa, ya que Badiola se encontró con una gran parada de Royo y después, con el larguero. La ’empanada’ de los locales resultó monumental hasta que Jony empató. El propio Diego Martínez no quiso poner paños calientes: “Hemos entrado fatal al partido, muy mal, muy mal. Hemos tenido que recibir un gol y casi el segundo para meternos en el partido”.

“Es algo que no podemos permitirnos y que tenemos que intentar que no vuelva a ocurrir”. En ese sentido, admitió la recurrencia del problema: “Me dan rabia los primeros quince minutos, en Zubieta nos pitan un penalti a los dieciséis segundos. Es o no es, pero nos lo pitan y nos ponemos por detrás. En la segunda parte, nos meten el 2-0 y nos dejan casi sin opciones. Toda la semana hemos incidido en salir enchufados y no lo hemos hecho. A mí eso me duele como entrenador y líder. A ellos también, pero parece que tienen que recibir el golpe para que reaccionemos”.

Con ganas de evitar estas desconexiones, los blanquirrojos miran ya hacia su último encuentro de 2023. Será la visita al Brea (domingo 17:00). Su objetivo: sacar los tres puntos para acabar el año más cerca, al menos, de la segunda plaza.

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