El BM Logroño disputa este martes en Serbia, ante la Vojvodina, un choque que es casi una final para no quedar alejado casi de forma definitiva de las opciones de pasar a la siguiente ronda de la Liga Europea.
El equipo riojano ha viajado con el precedente de haber hecho probablemente su mejor partido fuera de casa del pasado sábado, en Benidorm, aunque enfrente va a tener a un rival de una calidad superior, que ha realizado un inicio de temporada temible y está invicto tanto en su país como en Europa.
Los riojanos empezaron la fase de grupos en la pista más difícil, a priori, la del Silkeborg danés y encajaron una derrota que les obligaba a ganar después a un rival con menos “nombre”, el Alkaloid macedonio; pero en esa segunda jornada nada les salió bien, porque solo pudieron empatar y en el otro partido la Vojvodina logró una victoria que les coloca en el primer puesto de la clasificación.
El rendimiento de los serbios se fundamenta en un buen balance entre defensa y ataque, aunque con un acierto goleador importante (ha ganado sus últimos partidos de liga por más de 15 goles de diferencia), y una buena capacidad para decidir partidos en los momentos finales, justo lo que no ha hecho el Logroño hasta el momento.
La Vojvodina ha buscado en los últimos años hacerse con los talentos jóvenes del balonmano serbio, los que todavía no han salido a equipos europeos, y apenas se ha reforzado esta temporada con jugadores extranjeros; solo han llegado el tunecino Marouane Aziz y el húngaro Stefan Sunajco.
Los serbios, además, acreditan una experiencia contrastada en Europa, donde el año pasado ganaron la Copa de Europa -un escalón por debajo de la Liga Europea- y parecen decididos a hacer un gran papel también esta campaña.
El internacional serbio Milan Milic es su principal referencia goleadora en Europa, con 11 tantos en dos partidos, aunque, en realidad, la Vojvodina ha demostrado en esos dos compromisos que dispone de un gran repertorio de jugadores que pueden anotar, como sus compatriotas Pukhouski o Vorkapic, además del tunecino Aziz, por el que pasan muchos de los ataques de su equipo; además, en la portería se alternan Trnavac y Lucin, los dos con una efectividad del 33 por ciento.
Frente a esos jugadores ha viajado un Logroño en su mejor estado de confianza tras sumar dos victorias consecutivas, la última en Benidorm y con bastante claridad y buen juego.
Pero los riojanos deben ser conscientes de que sobre todo deben mejorar en intensidad defensiva, que es lo que les ha pasado factura en sus dos partidos europeos y lo que le ha abocado a afrontar una final dividida en dos, ya que tras el partido de mañana la semana próxima recibirá en Logroño a la Vojvodina.
