Eduardo Palacios
El campeón español de bicicleta de montaña, David Valero, ha iniciado un periodo de descanso para dejar atrás un final de temporada aciago, en el que los problemas físicos se le acumularon, probablemente, como él explica, porque en los dos últimos años “he llevado el cuerpo al extremo”.
El corredor andaluz del equipo riojano BH Coloma Team lleva, en realidad, dos semanas en España tras viajar desde Estados Unidos, donde debía haber disputado la penúltima prueba de la Copa del Mundo pero no lo hizo aquejado de una fuerte infección originada por un problema bucal.
Tras esa carrera la temporada terminaba en Canadá, pero él ni siquiera viajó a ese país “aunque en un primer momento sí nos lo planteamos”, ha explicado a EFE, “y tomamos la decisión de regresar a España para atajar cuanto antes el problema” y “la verdad es que tras pasar por el dentista todo está ya bien”. A esos dos “disgustos” de la gira americana con la que terminaba la temporada, se suma que un mes antes tuvo que parar quince días por covid. En realidad, David Valero tiene marcado en el calendario el día que para él se torció todo y también cómo las cosas empezaron a cambiar.
El corredor del BH llegaba al Campeonato del Mundo de Escocia justo después de perder el primer puesto del ránking mundial -que mantuvo 10 meses- por una decisión propia, la de renunciar a algunas carreras para prepararse bien y luchar por una medalla en esa cita.
Y las cosas iban más o menos bien para él hasta que en poco después de comenzar la carrera tuvo un problema con una zapatilla que casi le dejó fuera; aunque acabó el Mundial lo hizo muy retrasado y desde entonces no ha logrado buenas posiciones en las carreras en las que ha podido participar, con lo que acaba la temporada en el puesto 28 de la clasificación mundial.
Empezar con rabia un 2024 marcado por los Juegos de París
“Acabo con un sabor agridulce, porque recuerdo la primera parte del año y todo salió a la perfección, pero luego se han juntado todos los problemas”, asume el corredor granadino, que ahora opta por “dejar eso atrás y pensar ya en 2024”.
Porque al echar la vista atrás recuerda que “2022 fue un año prácticamente perfecto y 2023 empezó bien, pero me ha enseñado que para estar arriba no puedes cometer ningún error”, explica Valero, que ahora quiere “coger aire para salir reforzado”.
“En dos años he llevado mi cuerpo al extremo y creo que me ha pasado factura”, detalla el corredor, que tras ganar una medalla olímpica en Tokio inició una serie interminable de eventos, carreras en las que tenía que participar por patrocinios y todo tipo de compromisos “y quizás eso también te impide estar todo lo centrado que deberías estar”.
Ese es otro de los motivos por los que ahora se plantea “centrarme otra vez en una temporada en la que hay que seleccionar los compromisos para llegar lo mejor posible a los Juegos Olímpicos de París” aunque “en cualquier caso empezaré con rabia por cómo ha terminado este año”.
“Sobre todo quiero estar bien de salud para disfrutar de la bicicleta”, subraya Valero, que también es consciente de que debe prepararse para “competir en una modalidad que cada vez es más explosiva” en la que tiene más importancia la capacidad para aguantar a ritmo fuerte “mientras que yo soy el raro del pelotón y voy más poco a poco incrementando la velocidad, soy diésel”, bromea.
Los Juegos Olímpicos llegarán en un 2024 en el que Valero cumple 36 años con lo que asume que “también puede ser, en cierto modo, un fin de ciclo” aunque “sí las cosas salen bien seguro que ne 2025 voy a querer seguir corriendo” aunque “es cierto que no solo yo, sino muchos viejos rockeros del pelotón internacional llegamos a París frente a muchos jóvenes que vuelan en las carreras y que también piden su espacio”, ha concluido el campeón español de bicicleta de montaña
