El Logroño viaja a su partido ante el Puerto Sagunto con el principal apoyo de que no ha perdido ninguno de los dos primeros partidos de Liga, aunque consciente de que debe corregir algunos errores para mantenerse invicto.
El equipo riojano ha sido capaz en dos partidos de mostrar varias caras diferentes; ha jugado bien en algunos momentos y ha parecido solvente; pero en otros se ha venido abajo y ha quedado a merced de sus rivales, aunque, todo sea dicho, el primer partido lo ganó apoyado en su portero y el segundo logró mantener el empate.
El principal factor que explica esa situación es el cansancio de un equipo que desde que empezó a entrenar ha tenido muchos problemas de bajas y que no consigue completar una convocatoria. En esta ocasión, viaja a la comunidad valenciana con trece jugadores solo, varios de ellos “tocados” o, incluso, tras haber estado enfermos toda la semana.
“Lo primero que tenemos que pensar es que no hemos sabido rematar bien estos dos partidos cuando los hemos tenido en la mano y eso hay que cambiarlo”, ha subrayado a EFE el técnico de los riojanos, Miguel Ángel Velasco, que admite, además, que la semana pasada “empezamos muy mal y nos costó mucho meternos en el partido”.
Pero ha incidido en que “la realidad es que no hemos perdido” y “somos conscientes de que con las bajas que hay no se puede trabajar bien y luego eso se nota en los partidos”.
“No quiero poner excusas, pero estamos los que estamos”, ha subrayado el preparador, que tiene la buena noticia de recuperar a Eduardo Ortiz para el partido de mañana.
Parte de los problemas del equipo riojano para tener suficientes efectivos no son de ahora, sino que se deben, por un lado, a que el cubano Ángel Rivero no podrá jugar hasta feberero por una lesión que sufrió el año pasado; y, por otro, porque el club inició la pretemporada buscando todavía el fichaje de un jugador que pudiera actuar en el centro de la defensa y también como lanzador.
Por fin ha encontrado a ese jugador, un joven togolés Abdoula Modi, que destaca por su poderío físico, ya que mide 2,11; tiene 22 años y llega procedente del Povoa de Portugal; fue fichado a los 18 años por el Oporto y desde entonces ha militado en cuatro conjuntos lusos, sin tener la oportunidad de recalar en el club que lo contrató.
Ahora jugará en España, aunque todavía está pendiente de completar los trámites burocráticos para poder hacerlo y el club riojano no ha concretado cuando llegará a Logroño.
