La SD Logroñés ha superado al Sabadell (1-2), en una épica victoria donde los visitantes han jugado con diez durante más de una hora de partido. Escobar ha adelantado a los riojanos y pese a su inferioridad numérica, Óscar Fernández ha puesto el 0-2. En la recta final, Manel Martínez le ha dado emoción a un encuentro que ha deparado sufrimiento hasta el minuto 98. Todo ha valido la pena, porque los blanquirrojos duermen colíderes, con nueve puntos y empatados con el Real Unión. Es el mejor arranque de la historia del club en Primera Federación y la mejor forma de festejar San Mateo. Este equipo sigue en crecimiento.
Jordi Fabregat ha saltado al césped con el mismo once que en la victoria ante el Sestao River (3-0). Iru en portería; Gexan, Murua, Aurtenetxe y Paredes en defensa, centro del campo para Castellano y Damià Sabater, Toni García, Dani Garrido y Rubio por delante, y arriba, Escobar. Tercera vez en cuatro jornadas que saltan los mismos protagonistas al verde. ¿Para qué tocar algo si funciona? Doce minutos ha tardado Escobar en poner el 0-1. Tercer gol liguero ya para el punta, que ha culminado un contragolpe con recorte al portero y remate a puerta vacía.
Todo parecía idóneo para la Sociedad, pero pronto llegarían curvas. El objetivo se ha acabado cumpliendo, pero el viaje se ha plagado de obstáculos. En vez de una autopista, ha sido un puerto de categoría especial. Culpa de ello ha tenido la expulsió de Rubio a la media hora de juego, por un codazo a Monroy en el centro del campo. Una decisión arbitral excesiva y protestada por unos visitantes que han quedado en inferioridad durante más de una hora. Iba a ser un partido muy largo y duro. Con marcador desfavorable y 11 contra 10, los arlequinados tenían incentivos para ir a tumba abierta.
Claro que la valentía tiene sus riesgos. Tras unos minutos de acoso y derribo local, Escobar ha conseguido plantarse solo ante Ortolá. Jordi ha tenido demasiado tiempo para pensar y finalmente, ha rematado raso y al muñeco. Muy cerca el 0-2, pero no ha llegado. Y por tanto, quedaba sufrir. De menos a más, el Sabadell se ha acercado a portería, con continuas acciones a balón parado. La estrategia es uno de los puntos fuertes de los locales. Murua y Aurtenetxe, centrales blanquirrojos, tenían un reto: minimizar los remates aéreos lo máximo posible. Una tarea que, con la entrada del delantero Manel Martínez en el descanso, sería difícil.
Contragolpe demoledor
Al Sabadell le ha ocurrido la paradoja de la manta. Desesperadamente ofensivos, los catalanes lo han intentado de todas las maneras posibles. Iru le ha sacado una manopla clave al ex blanquirrojo Monroy y el 1-1 ha podido llegar de varias formas distintas.
Pero si te tapas la cabeza, los pies quedan a la intemperie. Fabregat, en otra buena lectura desde el banquillo, ha sacado a Óscar Fernández para explotar los espacios tras robo. Seis minutos después de entrar, el de Piélagos se ha marchado ante Ortolá y le ha batido por bajo. El 0-2 ha golpeado a un rival que había enviado la pelota a la madera solo dos minutos antes, mediante Gualda.
Pero los barceloneses tampoco se han dado por vencidos y por fin, han podido recortar. Enésimo centro desde la zurda y testarazo de Baselga a la cazuela. 1-2 y más de un cuarto de hora por delante. Un periodo en el que Adrián Cova ha debutado con la Sociedad. Casi veinte minutos de gran sufrimiento que los blanquirrojos han superado, dando una lección de madurez y resistencia para dejar claro que Arenteiro fue solo un accidente.
