TRIBUNA

Sirena sí, bandera no

Diez días lleva el Partido Popular gobernando con mayoría absoluta Logroño y dos han sido sus prioridades políticas: que la sirena del Espolón vuelva a sonar, y que la bandera LGTBI no aparezca mucho en el balcón municipal, no vaya a ser que a los de Vox les dé un jamacuco, en esa España donde, según ellos, esta bandera y otras deben tirarse a la papelera como todo aquello que les molesta y con lo que no están de acuerdo.

Analicemos este comienzo fulgurante del PP logroñés con el Sr. Escobar de Alcalde.

Primera prioridad. Pese a que no hay consenso ciudadano, y el ruido de la sirena del Espolón, para algunos, atenta contra el descanso de aquellos que trabajan de noche, sufren con el ruido ensordecedor, o este sonido les trae a la memoria la guerra y los bombardeos aéreos, el Sr. Escobar, rápido, mediante Resolución de Alcaldía, con un informe de un técnico que ni es competente en la materia, ni tiene formación jurídica para ello, la pone en marcha.

¡Aquí estoy yo! debe pensar, conmigo mismo, y mi consenso. Para eso soy el Alcalde. Qué más da que exista una ordenanza municipal que lo impida, que haya denuncia vecinal, que el ruido sobrepase con mucho lo permitido, que ponga en un brete a Ibercaja, y al propio Ayuntamiento ante futuras denuncias, y no tenga la calma para hacer las cosas bien. Yo soy el Alcalde. Adelante con el consenso. Sirena, sí.

Segunda prioridad. El miércoles 28 de junio se celebra el día internacional del orgullo LGTBI. El Partido Popular de Logroño defiende días antes, por boca de su Alcalde, Conrado Escobar, la dignidad del colectivo, la necesaria libertad, la celebración de una ciudad diversa y de convivencia, y se manifiesta en contra de cualquier tipo de violencia, pero se equivoca al decir que es el sentir de todos los grupos políticos del Consistorio. No es así. Ahora en el Consistorio está Vox que no lo defiende, y presenta una moción que irá al próximo pleno municipal para eliminar la bandera LGTBI que cuelga del Ayuntamiento de Logroño, y que ese mismo día se colocó como defensa del colectivo. ¿Qué hace el PP ante este hecho? Quita la bandera de la fachada del Ayuntamiento, y lo más interesante de todo es la argumentación: puede haber denuncias contra la colocación que aconsejen quitarla. Sirena sí, pese a las denuncias ya interpuestas; bandera LGTBI no, por temor a futuras denuncias.

Todo muy coherente, muy de consenso, muy de convivencia.

El colectivo LGTBI reacciona, siente que se elimina uno de los elementos fundamentales de su lucha y avance, cual es la visibilidad del colectivo, la defensa de sus derechos, la necesidad de que cada cual quiera como le dé la gana en aras de la libertad y la dignidad, y sabe bien que es lo que está pasando, lo que está en juego, con esta ola reaccionaria que nos ocupa. Así que manifiesta su protesta y su malestar, y el Partido Popular tiene que echar atrás, y contesta que volverá a colocar la bandera en la fachada del Ayuntamiento, como ha pasado en todos los años anteriores cuando gobernaba el PSOE.

Sirena sí, porque yo lo valgo. Bandera no, porque puede haber denuncias. O sí, porque me pueden hacer una manifestación los del colectivo LGTBI, y no es plan comenzar el mandato así. Sorber y soplar, estar en misa y repicando, denuncias sí o no, o todo lo contrario. Esto es lo que nos espera. ¿Valores, principios, coherencia? Depende. ¿De qué depende? Iremos viendo…

¡Viva el consenso universal!

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