Al Balonmano Ciudad de Logroño se le ha hecho muy larga la temporada, sobre todo desde que jugó la final de la Copa del Rey y logró, por ello, una plaza en Europa para la próxima temporada. Una vez obtenido el premio se han juntado muchos problemas físicos en el equipo, que ha sacado como ha podido algunos de los partidos de esta recta final de campeonato. Además, a esta situación se une el que el partido servirá de despedida para casi la mitad de la plantilla, que no seguirá. Se medirá este sábado a las cinco de la tarde en el Palacio de los Deportes ante el Cisne.
Así, por un lado el entrenador Miguel Ángel Velasco solo tiene a ocho jugadores de campo sanos y otro está tocado, Preciado. No pueden jugar Ángel Rivero, Kisselev, Keyta y Eduardo Ortiz y por ello para completar la convocatoria tendrá que poner en el banquillo a tres o cuatro de sus porteros, como ya ha sucedido en otras ocasiones.
Por otro lado, los protagonistas del final del choque, ya que este equipo «mantea» a los que se van, serán Kisselev, Keyta -que se despiden sin jugar- Jorge Pérez, Álex Rubiño y, probablemente, el pivote Javier Rodríguez y el meta bielorruso Markelau.
«La verdad es que se nos ha hecho largo el final de temporada», ha reconocido en declaraciones a EFE el entrenador de los riojanos, que asume que «menos mal que no nos jugamos nada». En cualquier caso «queremos hacer un partido serio e irnos con buen sabor de boca, dejar buenas sensaciones» porque «la realidad es que hemos hecho buena segunda vuelta a pesar de todas las dificultades» y «hay que rematarla mañana con un buen partido», ha concluido Velasco
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