Iñaki Sáenz (29-04-88) regresó a la UD Logroñés un 7 de enero de 2019. Llegó con una idea que verbalizó sin contemplaciones. Fue directo y categórico en aquel invierno de 2019: «Las cosas se están haciendo muy bien, y ahora tenemos que convencernos de que podemos ser campeones de grupo y pelear por el ascenso». Dicho y hecho. Un año y medio más tarde, la UD Logroñés lograba el ascenso a Segunda División.
Cuatro temporadas después, a Iñaki, el jugador con más partidos en la historia de este club, el capitán, le cuesta ponerle palabras a lo que siente. El equipo acaba de descender a Segunda Federación, algo impensable que se veía venir desde hace unos meses. E Iñaki, a pesar de que este fracaso era irreversible desde hace un par de meses, no halla palabra alguna a modo de consuelo. Se atasca. Respira constantemente para coger algo de aire. Se detiene en medio de las frases para adecuar su mensaje. Duda porque la inseguridad ha hecho mella en su habitual mensaje directo y contundente, que parece quedar muy lejos, a pocas horas, eso sí, de haber certificado el descenso matemático «al pozo del pozo».
-¿Se queda corta la palabra jodidos para calificar la actual situación de la UD Logroñés?
-Sí. Estamos jodidos. También, decepcionados con nosotros mismos por ese sentimiento de haber fallado a mucha gente, a toda una ciudad. No sé, sí, jodidos… Son días difíciles.
-Estoy notando que desde el pasado domingo, tras constatar que el descenso ya es matemático, como que le está costando mucho encontrar las palabras adecuadas para explicar lo que siente. Lo noté en la rueda de prensa posterior al partido contra el Nástic, también en ese corrillo improvisado en el que trató de dar explicaciones a los aficionados que allí estaban… y en su primera respuesta lo vuelvo a percibir. ¿Le está costando poner en palabras a los sentimientos que ahora mismo tiene?
-Todos teníamos unas expectativas y una idea de cómo iba a ir el año. Todos creíamos que estaba bien. Y puede salir bien o no. Pero un descenso no entraba en los planes de ninguno de nosotros. Este año, en lo personal, tenía mucha ilusión. En poder disfrutar de nuevo con la gente. Y obviamente no se ha dado. El otro día, no sé, me salía pedirle perdón a la gente. Es muy difícil ir uno a uno pidiendo perdón, que es lo que realmente me gustaría hacer. Y había un grupo de gente ahí, enfadada, y me vi un poco en la obligación por lo que soy de ir hasta allí y pedir disculpas, y lo vuelvo hacer aquí porque deportivamente está claro que no hemos dado el nivel.
-Ahora mismo hay una pregunta sin resolver: ¿qué ha pasado para que un equipo confeccionado para pelear por el ascenso se haya caído de esta manera al pozo del fútbol español con tan solo 32 puntos y a falta de tres jornadas para el final?
-Espero que no haya sido por cuestión de un único motivo. No sería lógico no haberlo encontrado en todo el año para resolverlo a tiempo. Creo que nos ha pasado de todo y seguramente todo lo que nos ha pasado ha sido negativo. Resulta muy complicado encontrar una fecha en la que todo se rompe, como se dijo en su momento. Y darle más vueltas a lo que ha pasado no sé si es fustigarse pero hay que asumir la realidad, y esto debe ser una prueba como club y como afición para estar apoyándonos siempre.
-Entiendo el deseo de pasar página cuanto antes, casi como mecanismo de defensa. La vida sigue. Pero al mismo tiempo convendría hacer un análisis profundo de lo que ha sucedido para saber cuáles han sido los errores y evitar repetirlos en próximos proyectos. Se apunta a tener veranos más tranquilos, a crear proyectos más largos, a no fallar con las personas que lideran esos proyectos, a contar con futbolistas con otro perfil…
-No sé si me toca a mí hacer este análisis. El club tiene una estructura a la que le corresponde hacer y tomar ese tipo de decisiones, y obviamente lo que necesitamos es que todo el que venga aquí se empape de la cultura de este club, de lo que representa para los más de 4.000 socios que somos, y a partir de ahí creceremos exponencialmente como equipo y como club.
-¿Lo que más preocupa ahora mismo es la pérdida de masa social de cara a la temporada que viene?
-No es preocupación. Es más bien expectación por ver qué puede pasar. Pero lo veo como una prueba que debe fortalecer al club y a la afición. Obviamente no les vamos a exigir a todos que sigan a nuestro lado porque cada uno siente las cosas como le nacen. Espero y deseo que al menos seamos los mismos la temporada que viene. Soy consciente de que será complicado conseguirlo, pero debemos confiar en el club, en la estructura que tiene y en la ciudad deportiva, que va a dar una seguridad que no ha tenido nadie, lo que sin duda ayudará a que todos los puntos negativos que hemos tenido hasta ahora vayan desapareciendo. Es un club para crecer, y al menos por mi parte siempre estaré ligado a él.
-Regresó a su casa un día de un mercado de invierno. Hace ya cuatro años largos. Y sin rubor se atrevió a decir que este club estaba preparado para el ascenso porque estaba haciendo muy bien las cosas. Se consiguió. Pero cuatro años después, la realidad ha cambiado bastante. No sé cómo analiza esta montaña rusa en la que se ha convertido su club.
-Ahora mismo tampoco estoy para tener una mirada muy amplia. Todo es pesimismo y malas sensaciones. Pero sí es cierto que después de dos años y medio muy buenos se produjeron muchos cambios en el club. Y esos cambios no sé si fueron siempre los más acertados. A veces se acierta y otras veces no. El grupo al que yo llegué era diferente al que luego se fue formando. Pero obviamente soy consciente de que ni esta temporada ni seguramente la anterior he estado al nivel que yo me exijo y que la gente me exige y que este club necesita. Pero este año se ha torcido todo, no solo individualmente. Nadie puede sacar pecho. Hay que asumirlo y acabar la temporada dignamente.
-Parece que sigue echando de menos a sus viejos compañeros de aquel histórico ascenso, o de aquella experiencia por la Segunda División.
-Yo creo que el grupo formado este año tampoco ha sido el mayor de los hándicap durante esta temporada. Es verdad que no hemos conseguido como grupo encajar bien con la afición como sí hicimos otros años. Por unas causas u otras no hemos conseguido encajar bien. Tampoco nos hemos hecho fuertes en casa. No hemos estado bien, y el perfil de jugadores de otros años era diferente. Esta temporada teníamos muy buenos futbolistas, pero no hemos conseguido ser un gran equipo. La única realidad es que el club desciende y el resto son hipótesis de las que podemos hablar durante horas pero no vamos a llegar a un punto de encuentro ni a una certeza clara.
-Habla del perfil de esta plantilla. Y se lo pregunto al capitán de esta plantilla: ¿ha faltado la profesionalidad de alguno de los miembros que han conformado esta plantilla?
-¿Falta de profesionalidad? No sé. Creo que ha habido algunas meteduras de pata. Creo que ha habido momentos en los que no tocaba hacer ciertas cosas, y ya está. Creo que incluso los propios jugadores a los que les han pasado ciertas cosas son conscientes de ello. Entonces, (piensa para medir su respuesta), eh, creo que es lo que te he dicho, que ha habido muchas causas para llegar a este resultado, y obviamente ésta puede ser una de ellas.
-¿Son conscientes estos jugadores de que han roto muchos corazones?
-La gran mayoría de la plantilla sí es consciente de ello. Y es verdad que es difícil crear en tan pocos meses un sentimiento muy profundo de identidad, pero muchos de mis compañeros saben que un descenso puede tener sus consecuencias de cara a firmar otros contratos, que es lo que a alguno le interesa. Pues va a ser un hándicap muy grande para ellos, y todas esas expectativas que puedan tener no las van a cumplir. Así que decepción personal debemos tener todos por una causa (por el cariño hacia el club) o por otra (por la mejora de sus contratos de cara al curso que viene).
-¿Esto mismo, como capitán, se lo ha comentado a sus compañeros a lo largo de esta temporada, conforme se iba complicando la permanencia, o ha sido muy complicado hacerlo?
-Se habló de esto hace un par de meses. Por encima está la imagen del club y la imagen personal de cada uno. Pero ahí cada uno elige la huella que quiere dejar por los lugares por los que pasa. Se han dicho muchas cosas esta temporada, como que he agarrado a algún compañero del cuello para dejar las cosas claras. Este tipo de comportamientos no los defiendo. Y no voy hacer ciertas acciones que recrimino a otros por hacerlas. Somos todos mayorcitos y profesionales como para para saber lo que toca en cada momento. Y por encima de la imagen de cada jugador está la imagen del club.
-¿Ha llorado más esta temporada que en toda su carrera?
-Posiblemente. Sí, ha sido la más dura a nivel emocional. Era consciente de haber hecho un gran año en Segunda. Y sin embargo el siguiente año (por la temporada pasada) fue muy duro, ya no solo en lo deportivo, también en lo extradeportivo. Porque hubo mucho cambio. Aquel fue otro tipo de grupo, y este año tenía muchas esperanzas de que las cosas saliesen bien. Y obviamente no ha sido así.
-Ya sabemos cómo fue el grupo la temporada pasada. ¿Cómo ha sido la plantilla esta temporada, porque de puertas hacia afuera ha dado la sensación de ser un absoluto desastre de grupo?
-No ha habido mala gente ni ese tipo de cosas. Somos futbolistas muy peculiares, cada uno tiene sus cosas, pero en el vestuario todos nos llevamos genial y nunca ha habido un mal rollo, que puede ser siempre lo más fácil con todas las cosas malas que hemos vivido esta temporada. Todo lo contrario.
-Se van a producir muchos cambios en el club a partir de este próximo lunes. Nadie en esta plantilla queda exento de sufrir el peso de todas las consecuencias. Lo ha dicho el propio Sergio Rodríguez, que esta situación va a provocar decisiones que pueden afectar a todos y cada uno de los miembros de esta plantilla. ¿Cómo ve su futuro en estas circunstancias? Entra en una fase de su trayectoria como profesional en la que no sé cómo se encuentra de ánimo para seguir jugando a fútbol. ¿Qué plan tiene de cara a la temporada que viene? ¿Le gustaría seguir jugando en la Unión Deportiva Logroñés en Segunda Federación?
-Siempre he dicho, y lo he demostrado, que antepongo los intereses del club a los propios. Y esta vez no va a ser diferente. Voy a esperar a que el club decida y una vez el club decida qué quiere hacer conmigo lo valoraré.
-Me dijo la temporada pasada que no se veía jugando ya con otra camiseta que no fuera la de la UD Logroñés. Pero parece que todo se ha precipitado hacia espacios inimaginables. ¿Se ve jugando con otra camiseta?
-El club tendrá que tomar unas decisiones, y yo tendré que aceptarlas. Ojalá sea que cuentan conmigo, si es de jugador, perfecto, o de lo que quieran. Va a entrar gente nueva, que no sé quién van a ser, y tomará decisiones, y las tendré que acatar.
-¿Está pensando en no jugar más a fútbol de manera profesional?
-No. Me apetece seguir jugando porque me veo físicamente bien. Necesito acabar mi carrera con una sensación mejor de la que tengo ahora mismo. Creo que tanto el club como yo nos lo merecemos. Logroño se merece pelear por lo más alto. Y a pesar de que este año no se ha dado, debe darse durante las próximas temporadas. Y como te he dicho antes, si tiene que ser en el campo estaré encantado, y si no estaré en la grada, en mi asiento, apoyando al club y deseándole siempre lo mejor. Siempre desde el club han tenido la mano tendida y siempre lo han hecho muy fácil para mí.
-¿Se ve trabajando para el club en la nueva ciudad deportiva?
-Lo que siempre digo, haré lo que decida el club. Si el club cree que estoy capacitado para ayudar en algún trabajo que haya que hacer en la ciudad deportiva, ya sea por lo que yo represento o por lo que sea, yo estaré encantado de poder ayudar y de sentirme útil para conseguir los objetivos. Pero antes el club debe tomar decisiones, y al resto nos toca aceptarlas.
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