Apuntalado de arriba a abajo, lleno de pintadas, con bolsas de basura, cartones de comida y residuos por todas partes, ese fue el terrible escenario en el que presuntamente el pasado domingo un grupo de siete jóvenes agredió sexualmente en una lonja a dos niñas de 12 y 13 años en la Avenida de Navarra de Logroño.
Los vecinos de la zona se van acostumbrando a ver a periodistas por las inmediaciones del portal número 16. Conexiones en directo, preguntas a quienes pasan por allí… Un escenario que no les es del todo ajeno, ya que no es la primera vez en que este enclave despierta el interés policial e informativo.
“Hacía tiempo que estábamos tranquilos pero, hasta que detuvieron a parte de la familia que vivía en el edificio, este era un punto habitual de venta de droga”, comenta uno de los vecinos, recalcando que las cosas habían mejorado mucho desde la detención hace cinco años de un clan que había establecido en el inmueble un ‘supermercado de estupefacientes’.
EFE/Raquel Manzanares
En el mismo portal y, probablemente en la misma lonja, agentes de la Policía Nacional conjuntamente con la Policía Local de Logroño desmantelaban en febrero de 2018 un activo punto de venta de droga, principalmente de heroína, cocaína y marihuana, al que solían acudir de manera regular y continuada consumidores para hacer acopio de dichas sustancias.
“Dicen algunos vecinos que alguno de los chavales tienen ser de la misma familia; los hijos de los detenidos se quedaron a vivir aquí con unos tíos y no creo que viva nadie más en ese edificio tal y como está, eso es insalubre”, señala a NueveCuatroUno otro de los ciudadanos que viven en la zona.
Entonces, las actuaciones policiales se enmarcaron dentro del plan de Participación Ciudadana con la finalidad de encauzar las distintas demandas planteadas por los ciudadanos, sobre problemas de convivencia que afectaban a determinadas zonas de Logroño, en este caso, generados por la constante afluencia de consumidores hasta dichos domicilios con la finalidad de comprar droga. El edificio se había convertido en un auténtico supermercado de la droga.
Entonces se detuvo también a siete personas, dos mujeres y cinco hombres, de edades comprendidas entre 20 y 47 años de edad, pertenecientes a un mismo clan familiar conocido en la capital por su relación con la delincuencia, todos ellos con numerosos antecedentes policiales: “Todo el que vive por la zona sabía quiénes eran los padres y quiénes son los hijos”.
Ahora las cámaras de televisión vuelven a la calle. Esta vez por la presunta violación grupal que ha consternado al país por la juventud de sus presuntos autores: de entre 13 y 17 años.
Este mismo miércoles, dos de los menores detenidos han sido internados en régimen cerrado tras la decisión del juez. Sobre los otros tres se ha dictado una orden de alejamiento y prohibición de comunicarse con las víctimas y continúan expedientados, es decir, se practicarán más diligencias de investigación para averiguar su grado de implicación en los hechos denunciados.
Además, los otros dos menores que también participaron -presuntamente- en la agresión sexual, son inimputables por su edad, ya que la Ley del Menor establece que no se pueden adoptar medidas policiales sobre personas menores de 14 años.
