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El libreto de Sergio Rodríguez

Carlos Doncel por fin se giró. Lo hizo con rapidez, con un buen primer control. Corrió hacia adelante, harto a buen seguro de hacerlo desde hace demasiadas semanas hacia atrás. Su partido en Lezama fue la constatación de su naufragio individual, lo que afectó, claro, al colectivo, empeñado, desde el banquillo, que todo empezaba siempre hacia atrás. Y más atrás llegó a ser ya imposible. Dar un paso hacia atrás para coger carrerilla era la intención de Natxo González, idea que tocó fondo en Sabadell, cuando a sus laterales, bien perfilados para irse hacia arriba, les insistía una y otra vez desde la banda que jugaran hacia atrás. Al fútbol se juega hacia adelante. Cuestión superada en cuatro buenos entrenamientos desde la llegada de Sergio Rodríguez al banquillo riojano. Hay que ir hacia adelante, siempre hacia adelante, que fue lo que se vio durante los primeros 45 minutos de partido de este sábado en Las Gaunas ante Osasuna Promesas.

Doncel arrancó por fin un eslalon hacia adelante que sorprendió a propios y extraños, porque hacía mucho tiempo que no se veía. Llegó por la zona del 10, por dentro, por donde van los buenos. Se marchó de hasta tres rivales, porque Doncel puede hacerlo, y decidió bien. Fantástico. Se la dio justo a tiempo, es decir, decidió bien, para que Clau Mendes tuviera por fin una situación de remate. Disparó quizás un poco tarde, se le notó ansioso, demasiado tiempo sin disparar a puerta. Dos segundos antes su disparo hubiera tenido algo más de ángulo, hubiera sido más determinante.

En cuatro entrenamientos Sergio Rodríguez ha dotado a este equipo de una nueva identidad, la que ha permitido, de momento, romper la peor racha sin victoria alguna en la historia de este club. Dieciséis partidos sin ganar que quedaron atrás con los goles de Arregi, a balón parado, y de Jaime Sierra, de fantástico disparo desde fuera del área. Algo tiene el agua cuando la bendicen, y las casualidades no existen cuando se trata de salir de una racha tan pésima. El equipo ganó y lo hizo con relativa superioridad, teniendo en cuenta la situación de la que partía.

EQUILIBRIO. Su primer tiempo fue meritorio, desde unas claves en las que se reconocen los equipos de Sergio Rodríguez. Todo parte del equilibrio. El equipo ya no se presenta a cualquier cita como un acordeón, que se abre demasiado de atrás hasta adelante. El equipo fue este sábado un ente que se movió a la vez, hacia adelante cuando tocaba, hacia atrás cuando correspondía. Se reducen así los metros en los que debe jugar el rival, que sufre ante la ausencia de espacios entre las diferentes líneas. En la rueda de prensa previa al partido, Sergio Rodríguez reconocía que la clave del partido era el equilibrio; cuando toca, arriesgar para lograr los goles, como en la primera media hora, o cuando el equipo necesita protegerse, como en la media hora final, para conservar el resultado.

INTENSIDAD. Ahora la UD Logroñés obliga a sus equipos a jugar en un espacio más reducido. Afecta directamente a la capacidad del equipo para presionar. Todo está más cerca, hay que decidir más rápido, pero correr menos para llegar a la presión y complicar al rival. Es la presión tras pérdida tan reconocible en los equipos del técnico riojano. Es la intensidad, de la que tanto se ha hablado en los últimos días. La plantilla entrena con más intensidad, y jugó al menos la primera parte con más intensidad. Todo sucedía más rápido. Se juega como se entrena. Y ahora se entrena con más ritmo. Los resoplidos de algunos futbolistas por el cansancio acumulado al término de las sesiones no se habían escuchado hasta ahora. La clave del fútbol actual es la intensidad, el ritmo, y este equipo hasta el pasado sábado jugaba un punto por debajo al que presentan la mayoría de plantillas de esta categoría.

HACIA ADELANTE. La orden desde el banquillo es clara, se juega siempre con la intención de ir hacia adelante. Los detalles, por pequeños que parezcan, fueron importantes el pasado sábado porque permitían ver el cambio. Sucedió en la primera parte. El más joven de la plantilla, Sergi López, estaba muy presionado en mitad de campo. Lo fácil era salir hacia atrás. Nada. Miró para adelante, un recorte y buscó por dentro al jugador más cercano. Eso es un cambio. Como Iñaki, que miró constantemente durante la primera parte hacia adelante. Ni un paso atrás, ni un pase atrás. Sierra o Markel Lozano tuvieron que arriesgar más, decidir más rápido, ser futbolistas, porque al fútbol, tal y como lo observa Sergio Rodríguez, si tienes un buen equipo hay que arriesgar para ganar metros y desordenar al rival.

AGRESIVIDAD. Concepto necesario cuando se está en una situación límite. La agresividad en las segundas jugadas. Llegar para no ser superado. Ganar todos y cada uno de los duelos individuales que se generan en cada  una de las jugadas. Así fue la primera media hora del partido. Esta plantilla ganó cada duelo. Y Osasuna Promesas se vio superada. No estuvo cómoda. Porque el rival le impidió girarse, pensar y decidir. Sierra, Markel, el trabajo de presión de Clau Mendes fue determinante para atascar a Osasuna en su propio campo.

RECUPERAR EL BALÓN PARADO. Es la forma más directa de ganar y perder un partido en Primera Federación. El balón parado fue un desastre durante la etapa de Mere Hermoso, que dejó de sumar muchos puntos por su incapacidad para hacer daño mediante los saques de esquina, las faltas laterales o los saques de banda. Son puntos que se deciden por pequeños detalles, por ganar duelos individuales cuando la pelota sale del pie del compañero. Lo hizo Arregi, que es un cañón en el área contraria, sabiendo que Iñaki sabe poner buenas pelotas. Así se abrió la lata ante Osasuna Promesas. Y la salvación dependerá de la capacidad de este equipo de dominar las áreas, la propia y la contraria, en el juego a balón parado.

DOMINIO DE LAS ÁREAS. La madre de todas las batallas. Aquí se resumen los partidos. El equipo que decide bien en las dos áreas acaba sumando muchos puntos. La UD Logroñés de Sergio Rodríguez generó dos ocasiones antes de lograr el primero, a balón parado. Ya por delante, generó otra más, con Iñaki rompiendo por la izquierda, apoyándose en Clau y dejando un balón claro a Sierra, que se incorporó al ataque convencido de sus posibilidades. Cuatro remates, dos goles, y tres puntos. Dominar las áreas resulta fundamental. En la propia hay que decidir bien, despejar cuando corresponde, ganar los duelos siempre, y por supuesto confiar en el portero, donde Daza detuvo las que le enviaron para dentro en una buena tarde para el meta blanquirrojo.

EL CENTRO DEL CAMPO. Fue esperanzador observar cómo se desenvolvieron Sierra, Markel Lozano y Carlos Ramos en el centro del campo. Jugaron juntos, siendo superiores a sus rivales, defendiendo los rechaces, tocando a buen ritmo, incorporándose al ataque, manteniendo el bloque medio, ordenando a sus compañeros, y sin los errores de bulto que han marcado el curso de Markel y Sierra, lo más usados en esta zona y que este sábado rindiendo a muy buen nivel.

Por mejorar

INICIO DEL SEGUNDO TIEMPO. De nuevo se observó al equipo superado a la vuelta de vestuarios. A los equipos de Sergio Rodríguez habitualmente les cuesta reactivarse tras el paso por el túnel de vestuarios. El equipo sufrió más de la cuenta nada más iniciarse la segunda parte. El rival juega y arriesgó, pero la UD Logroñés se mostró menos decidida en relación a la importancia que tenía el encuentro del sábado.

BAJÓN FÍSICO. La intensidad del primer tiempo pasó factura en la segunda parte. Al equipo le costó encontrar este ritmo dominador que se debe marcar cuando juega en casa y cuando tiene un partido prácticamente resuelto. Los jugadores no están acostumbrados a jugar a esta intensidad. Ni con Albert Aguilá ni con Natxo González el equipo jugaba tan exigido desde el banquillo. De la capacidad del equipo para hallar un umbral de sufrimiento más elevado dependerá buena parte de las opciones de este equipo para lograr la permanencia.

LOS CAMBIOS. Sergio Rodríguez no es amigo de hacer cambios pronto. Conserva a los titulares durante muchos minutos. Y pese al bajón físico no tocó mucho hasta la recta final del encuentro.

NO BUSCAR EL TERCERO. El equipo está malo, sigue en cuidados intensivos, de ahí se puede entender que no buscara el tercero. El resultado era lo suficientemente cómodo como para protegerse, teniendo en cuenta la pésima dinámica en la que se encuentra el equipo. Dio un paso atrás que puede resultar hasta lógico observando las necesidades que tiene la UD Logroñés en la actualidad. De ahí que el desempeño defensivo vaya a ser esencial en esta último tercio de campeonato.

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