El lenguaje no verbal es tan importante como el verbal. Y Sergio Rodríguez denota, con su gesto, preocupación. Está serio, muy serio, muy alejado de aquel Sergio Rodríguez que en 2017 llegó por primera vez al banquillo blanquirrojo. La situación, como ha advertido él mismo este viernes en sala de prensa, “poco tiene que ver con aquella”. Ha explicado que ahora “no es como la otra vez porque vuelvo por una situación muchísimo más complicada”. Aquel equipo de 2017 estaba en problemas aunque no tan agudos como los que afecta a la actual plantilla de la UD Logroñés. “Está siendo un año muy duro, después de dos salidas de entrenadores”, ha indicado.
Entonces, en 2017, el equipo también estaba viviendo una temporada muy dura, y también habían salido dos entrenadores (Pouso y Berges), pero al contrario que en 2017, en la que Sergio Rodríguez presentaba un lenguaje no verbal más positivo, ahora su lenguaje no verbal indica que está en un lugar donde no le apetecía estar. Es más, lo ha confirmado: “Son sensaciones raras. No quería ni hubiese pensado estar en esta situación, sobre todo por el club, también en lo personal. Es una situación rara, de no alegría. De todo lo contrario. Es de responsabilidad y así es como me siento”.
Serio, marcando una distancia casi infinita, Sergio Rodríguez analiza su vuelta a los banquillos muchos meses después. Analiza el partido de este sábado en Las Gaunas ante Osasuna Promesas. Y ya tiene la estrategia: “Vamos a ir día a día”. Porque “todos somos conscientes de la situación en la que estamos, y vamos a poner todo el esfuerzo para salir de esta situación”. Sabe que parte con una desventaja, que ha podido trabajar solo cuatro días con sus futbolistas, a los que él conoce a la perfección, pero pocos le conocen a él. “En lo táctico evidentemente no tienes tiempo, y más a estas alturas de temporada. No vamos a poder meter todas esas premisas iniciales que no tenemos”, ha señalado. “Hay que encontrar ese punto de disfrute”, porque sabe el preparador riojano que así “los jugadores tomarán mejores decisiones”.
Pero en estas situación tan comprometidas para el futuro de un equipo, donde solo vale ganar para seguir con vida, Sergio Rodríguez sabe que lo anímico es tan importante como lo táctico. Y tiene un plan: “Hay que descargar la presión y la responsabilidad. Porque más presión y más responsabilidad no sirve de nada”. Y asegura que “es una plantilla comprometida, que está involucrada, que tiene actitud y tiene ganas de sacar la situación adelante”. Pero también reconoce que “es cierto que no están consiguiendo llegar a su nivel individual y colectivo, y por eso no conviene cargarles de presión”. Así que su plan pasa por “disminuirla” para que “encuentren su mejor versión”. Pero lanza una advertencia: “Esto no quita para que el día a día sea intenso y pidamos todos los requisitos de un buen entrenamiento, pero sí que puede ser importante quitar presión para que se sientan mejor”.
Lo que parece claro es que este sábado se verá una UD Logroñés más intensa, o al menos es lo que quiere Sergio Rodríguez, tal y como han entrenado desde el pasado martes. Ser más competitivos, más intensos y tomar mejores decisiones. Ahí empezaría a ganar este equipo a Osasuna Promesas. “Hay que dominar las áreas, elegir bien, y saber cuándo hay que arriesgar y cuando no”, ha dicho. Pere reconoce que “son muchas cosas y que son precisamente las que afectan a los equipos que se encuentran en una dinámica como la nuestra”. Así que les ha recomendado “abstraerse de esta situación, sin olvidarla, para ver si encontramos la mejor versión de cada uno de los jugadores”. Porque Sergio Rodríguez sabe que “esta plantilla tiene un nivel superior a los resultados que está obteniendo”.
