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Gol en Las Gaunas: ‘La fiesta de la culpa’

Asistimos a la ceremonia de la rendición. Y lo habitual en estos casos es que el mechero no se encuentre lejos del bidón de gasolina para que todo acabe saltando por los aires. Cuestión de tiempo. Porque la UD Logroñés parece dispuesta a morir en Primera Federación y ver qué le depara su futuro en Segunda Federación. Nadie en el club se muestra dispuesto a cambiar algo para que algo cambie cuando todo, al menos dentro del terreno de juego, es un desastre, y fuera del campo, en lo deportivo, resulta igualmente desastroso.

Porque estamos asistiendo a la ceremonia de la rendición por obra y gracia del peor equipo de la historia de la UD Logroñés, que, de paso, es en la actualidad el peor equipo del fútbol español. Está a un partido de ser incluso peor que el Tudelano de la temporada pasada. Para así tener otra chapita en su solapa de la decepción y convertirse por méritos propios en el peor equipo de la corta historia de la Primera Federación. Ahí es nada lo que está consiguiendo esta plantilla, dirigida por Natxo, confeccionada por Dupi, y supervisada por Sergio Rodríguez.

Y es inevitable que esta ceremonia de la rendición esté perfectamente ambientada por la fiesta de la culpa. Porque como es lógico, los socios del club con más seguidores de La Rioja reclaman decisiones toda vez que las explicaciones a semejante desastre son escasas, y cuando llegan, poco convincentes. Este martes NueveCuatroUno ha explicado que pese a los pésimos resultados, que pese a estar a seis puntos de la permanencia, pese a llevar seis partidos sin marcar un gol, pese a que Sabadell puede ser la tercera punta en el ataúd de una temporada salvaje… pese a todo esto y mucho más, la UD Logroñés no quiere afrontar la rescisión de un entrenador que pudo haber solventado la situación durante sus primeros partidos (Amorebieta, Real Sociedad B, Elda…) pero que se dejó caer al equipo el día de Lezama, y eso él ya no lo va a levantar. Natxo no sabe hacer ganar a un equipo empeñado en no ganarle a nadie.

Los aficionados se aferran a la esperanza, que es lo último que pierde todo buen aficionado. Porque hay margen, cada vez más estrecho, para mantenerse en esta categoría y empezar de nuevo el curso que viene. Se agarran al último clavo ardiendo. No queda otra. Confían en Sergio Rodríguez como entrenador, pese a su pésima gestión como gerente deportivo, porque entre otras cuestiones no ha sabido poner fin al pésimo comportamiento profesional de unos cuantos jugadores de esta plantilla que se manejan mejor fuera del terreno de juego que sobre el césped. Tampoco ha sabido apretar a Dupi para que trajera algo interesante en invierno. Tampoco ha logrado convencer a la propiedad de que la temporada estaba en juego, quizás porque hasta Lezama no creía que este equipo se fuera a caer con todo el escenario. Como poco a Sergio Rodríguez le ha faltado visión deportiva para ver los nubarrones que amenazaban a un equipo mal hecho, mal trabajado, mal desarrollado, incapacidad de salir de esta tormenta.

Doloroso fue observar cómo Jaime Sierra hacía de tripas corazón el pasado domingo, tras una nueva derrota de su equipo, para no hacer saltar por los aires un vestuarios poco profesional. Le dio vueltas y más vueltas, con gesto preocupado, para dejar claro que sabía sobre qué se le estaba preguntando pero que no iba a entrar en profundidad, advirtiendo, eso sí, que cada uno de sus compañeros debía dar un poco más de sí para darle la vuelta a esta situación. “Sé a lo que te refieres, lo entiendo, pero no toca comentarlo aquí y no lo voy hacer”, explicó. La fiesta de la culpa se ha colado dentro del vestuario. Se miran culpables, porque ya no se ven soluciones.

Foto: Real Murcia

La fiesta de la culpa mientras se produce esta ceremonia de la confusión ha llegado también a los despachos. A los deportivos y a los ejecutivos. Nadie se libra. La frustración y el olor a cadáver son una mezcla peligrosa, porque las culpas van a vienen ante la imposibilidad de presentar una solución a un propietario tajante en su última decisión. Ni un euro más a Natxo González. Ha decidido que se le paga hasta junio, sabedor, quizás, de que un descenso rompe el acuerdo que une a ambas partes de cara a la temporada que viene.

La situación de Dupi está resuelta. No va a seguir la temporada que viene. Ha hecho un equipo de catálogo desastroso. Ni una apuesta de catálogo le ha salido bien. Profesionalmente se ha dado el gustazo de firmar nombres importantes que te dan lustre en la categoría para poner en marcha futuros proyectos. David Fernández, Markel Lozano, Thior, Doncel, Vinicius Tanque o Schutte son operaciones importantes en la categoría, a la altura de su bajísimo nivel. Dupi se lleva eso en su currículum, como el fracaso en Logroño, y ahora la duda en el club es si debe seguir o no estos meses finales teniendo en cuenta que no va a trabajar en la confección de la próxima plantilla, sea en Primera o en Segunda Federación.

Y Sergio Rodríguez, que contaba en junio pasado con la plena confianza del propietario, la ha agotado en tiempo récord. Dispuesto a ponerse como entrenador, el propietario no finiquita a Natxo, que como buen profesional del fútbol profesional tiene las espaldas bien anchas para aguantar la presión interna y la externa. Se ve “con fuerzas” para seguir adelante. Sergio Rodríguez, quizás por falta de experiencia en estas nuevas labores, está siendo esclavo de los resultados, más incluso de cuando era entrenador del primer equipo. Porque entonces se le veía como un valor muy necesario en el club para desempeñar cualquier labor, la que él quisiera. Y quiso ser gerente deportivo. Ahora, con el equipo viajando a Sabadell para ganar o dar el asunto por cerrado, el técnico riojano ha dilapidado su capacidad de influencia. Natxo sigue a los mandos del primer equipo. Así que Sergio Rodríguez por fin ha visto lo que le comentaban ejecutivos de este club: lo de que Félix Revuelta escucha poco o nada cuando el fútbol requiere de respuestas urgentes para evitar desastres duraderos.

Eso a Sergio Rodríguez le salvó de ser destituido en Segunda tras una racha casi tan mala como la actual. Ahora sabe la cruda realidad de por qué no fue destituido en Segunda.

Indagamos más en los problemas de la UD Logroñés en un nuevo capítulo de Gol en Las Gaunas, que puedes escuchar aquí.

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